Capítulo 17

470 47 0
                                    

Beatrix's POV.

Con la poca energía que me quedaba, conseguí transformarme. Aisha, Bloom, Stella, Musa y yo concentramos nuestra energía en conseguirme volver bruja, pero era imposible. Necesitábamos una hada de la naturaleza para completar la transformación, pero Terra no tenía poderes. Intentaba hacer fuerza, pero no podía. Y en frente mía, mis hermanas me miraban por encima del hombro y soltaban carcajadas al ver que no me salía.

- Mírate, Stormy. Has elegido ese camino. Ser una inútil que nunca se conseguirá transformar. Podrías hacerlo pero... No te apetece. Mírate. Eres ridícula. - Me dijo Isobel, mientras se acercó a mí - Todavía estás a tiempo. Únete a nosotras.

- Me queríais matar y seguís pensando que me uniré a vosotras. Nunca me tuvisteis ni un mínimo de aprecio. Para vosotras nunca fui vuestra hermana, solo fui la niña ridícula que busca un hogar de la que aprovecharse. Así que no os escudéis en es que podrías ser diferente, porque si os hiciese caso a vosotras... - En ese momento no me pude aguantar las lágrimas. No soportaba sus mentiras, no soportaba que no admitiesen lo que me iban a hacer. Me sentía totalmente estúpida, y me empezaba a creer lo que me decían. Ellas sabían perfectamente lo que hacían. Hacerme dudar de mis amigas. De mí misma. De mi novia. De todo el mundo. - ¡Estaría muerta, joder!

- Quizá era tu destino, cielo - Respondió D'Arcy.

- ¿A qué te refieres?

- A que te sacamos de la muerte y te dejamos comunicarte mientras estabas muerta con tu novia por videollamada cósmica. El universo va a querer que mueras. Déjate de tonterías y danos el poder, que ya hemos perdido suficiente tiempo con tus niñatadas. Deberías agradecernos que has vuelto a la vida.

- Para volverla a matar. Mira tú que regalo - Respondió Stella, enfadada - Flora, puedes hacerlo. Confiamos en ti.

- No, no puedo. No he hecho ningún tipo de desarrollo personal. Vosotras habéis avanzado como persona y yo... Sigo siendo la misma que llegó aquí. La misma niñata. - Dijo, mientras comenzó a llorar de la impotencia. Todas nos acercamos a ella - Es más fácil que Terra recupere sus poderes.

- Escúchame, Flora. - Aisha se acercó a ella - Sé que va a ser difícil. Para ninguna de nosotras fue fácil, pero tienes que saber sí que evolucionaste como persona. Cuando llegaste aquí eras una persona impulsiva, que sólo quería fiesta. No sé si lo recuerdas.

- Y sigo siendo igual...

- No. Eres una gran amiga. Eres una persona maravillosa, que ha aceptado sus poderes y su personalidad. Para transformarte no tienes que estar en una experiencia cercana a la muerte, tan solo tienes que aceptar el hada que tienes dentro. No eres inferior a ninguna de nosotras, de hecho, el grupo es lo que es porque estás tú con nosotras. 

- Llegaste en un momento en el que necesitábamos una persona como tú. Alegre, despreocupada... Fuiste quién nos dio esa chispa que necesitábamos para ser felices. - Respondió Musa.

- Nunca te metes en problemas con nadie, y siempre eres la mejor amiga para todas. En este grupo eres necesaria, Flora. No concebimos a las Winx sin ti. - Completó Bloom.

- Fuiste la primera en no juzgarme por mi pasado, en darle una oportunidad a todo el mundo. Eso es lo que te hace especial. Tu forma de aceptar a todo el mundo. Podrías haber creído todo lo que te decían, pero tuviste mente propia. Eso es lo que te hace especial, y por lo que confío para que te transformes, joder - Dije, sabía que también necesitaba mi apoyo, y nos estábamos quedando sin tiempo, pues mis hermanas seguían riéndose y dejando que nosotras mismas nos desmoronásemos. Era su estrategia.

- Mi compañera de habitación, eso eres. La que hizo que la princesita saliese de su suite, ¿te parece poco?, llegaste y revolucionaste el panorama al momento. Hiciste que pasase de ser una clasista a encariñarme de alguien que no tiene nada que ver conmigo. Tú me uniste por completo al grupo, y por eso tú eres quién se merece transformarse. Es un momento difícil pero no imposible. Puedes salvar el día, Flora. Y lo vas a hacer. - Stella completó.

Pero ninguna de nuestras palabras parecía creérselas. Era como que quería dar el paso, pero no era capaz. Lo entendimos, necesitábamos el apoyo de su prima. Y ahí fue cuando Terra se acercó a ella y le agarró la mano. Estaba falta de fuerzas, pero no de ilusión. Con un tono solemne y amigable nos dio motivos para soñar con la transformación. Era ella quien tenía que hacerlo.

- Flora. Te conozco desde que nacimos. Siempre fuiste una niña maravillosa, y sé que tus padres te ponían mucha presión encima para que dieses lo mejor de ti. La niña perfecta, la que no dice una mala palabra a nadie. Y eso hace que ahora sientas que no estés a la altura, ¿me equivoco?

- No, no te equivocas.

- Piensas que todas nosotras hemos avanzado como personas porque o aceptamos nuestras orientaciones sexuales o nuestra naturaleza como hadas, pero hay algo todavía más importante, y es aceptar que uno mismo lo vale. Escondes tus inseguridades en tu apariencia tranquila, pero con nosotras puedes decirlas. Nadie te va a juzgar si un momento sientes que no eres capaz, o si sientes que el mundo está por encima tuya. Porque una persona que te quiera, te querrá con tus pequeños momentos de rabia. Con esos momentos en los que no actúas como deberías, porque eso es lo que nos hace humanas. Y en este grupo, Flora no es la amiga perfecta. Es una más, y por eso te queremos. Porque admiramos tu forma de actuar. Te admiramos a ti. 

- ¿Y si no soy capaz?

- Pues tendremos otro plan. Pero tienes que aceptar que las cosas pueden ir mal y no siempre tienes que esconderte, al menos no con nosotras. Y quien no te acepte tal y como eres, puerta y para fuera. 

Y aquellas palabras entraron en la psique de Flora. Mientras mis hermanas se reían - cómo no, tremendas gilipollas -, Flora emanaba energía de su cuerpo. Poco a poco. El mundo se paralizó a sus pies, y todas nosotras pusimos nuestra mejor cara de energía. En cuestión de minutos, sus alas aparecieron. Era increíble, ver una transformación de otra persona que no sea yo fue brutal.

Y al ella conseguir transformarse, le dio un poco de energía a Terra, que también consiguió hacerlo. Y todas juntas nos unimos, emanando energía sobre mí. Mis hermanas intentaban hacer su magia para evitarlo, pero ya no era posible. Ya había aceptado esa parte de mí. La mirada de Stella y de mis amigas diciendo "puedes hacerlo" me hacía aceptarlo. Soy una bruja. ¡Soy una bruja!, no tiene absolutamente nada de malo. 

Y el momento llegó. Me transformé. No sé ni cómo describir las sensaciones que sentí en aquel momento. Mi cuerpo era más ligero, y lejos de tener maldad dentro como mis hermanas - mi mayor temor a la hora de transformarme - lo único que noté fue fuerza. Habilidad. Evidentemente, las brujas de sangre no somos malas por naturaleza. Y el equilibrio con mi parte hada no dejaba de influir en la situación. Era más que un hada. Era más que una bruja. En ese momento supe que era la criatura más fuerte del mundo. Derroté a mis hermanas con tan sólo mover un dedo. Absorbí su magia y su brujería, y quedaron en el suelo casi perdiendo el conocimiento. 

- ¿Así que me queríais ayudar, eh? - Dije, supe que tenía que tener mi momento para burlarme de ellas - Ahora me toca a mí.

- La sociedad te odiará, cariño. No has hecho absolutamente nada bueno.

- No, tan sólo la he salvado de dos hijas de puta que trataban de acabar con todo. Sí, nos han jodido por ser híbridas, pero siempre se puede mejorar. Y eso voy a hacer yo a partir de hoy. Pero no con vuestra ayuda.

Todavía quedaba Luna. Trató de escapar, pero todas las Winx fueron detrás de ella. Stella llevaba esta vez la voz cantante, y pude escuchar exactamente lo que le dijo, con el código penal del reino en mano.

- Has incumplido tus deberes como reina de Solaria. Estás presa.

- Soy la reina, no podéis hacerme eso.

- Oh, claro que podemos. El código penal que tú misma redactaste lo avala. Ya no eres la reina, eres una criminal. 

- Pero hija...

- No soy tu hija. Ni nunca lo seré.


You have me. | StellatrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora