𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 × 𝑚𝑖𝑛𝑙𝑖𝑥

I Belong To Lee Minho

— Minho hyung...

— Felix, no es necesario el formalismo— dice, su voz suena adormecida—. Dime "Honnie"... O "Minie", o sólo "Min" o cualquier apodo que inventes está bien para mí— dice, y suelta un largo bostezo.

Ambos estamos tirados sobre su cama, que es amplia y cómoda y huele mucho a él y me encanta, se supone que estábamos viendo una película, en la televisión, pero es muy aburrida.

Apagó la tele, me quedo mirando el techo unos segundos hasta que me giro hacia él, tiene sus ojos cerrados y abraza una almohada y me parece muy tierno.

Me acerco a él hasta que nuestras narices se rozan, abre sus ojos un poco al sentir mí cercanía y mira primero mis labios, los lamo a propósito y no tarda en ruborizarse, sus oscuros ojos gatunos van a los míos y sonrío sin poder evitarlo.

Alza un dedo y toco la punta de su nariz con mí índice.

— Boop— digo, y comienzo a reír y él sonríe adormecido.

— Boop— repite lo que yo hice con mí nariz y sé que tomé la decisión correcta al salir con él.

Me acerco a él y lo beso son lentitud, sus labios son torpes al principio por el sueño, pero rápidamente se acomodan y él domina mí boca.

Su mano se apoya en mí cintura, al tener la remera algo levantada esta toca mí piel y doy un respingo al sentirla fría, cosa que es común de las manos de Minho.

Él aprovecha que mí boca se abrió para introducir su lengua en esta y no puedo evitar temblar cuando recorre y se apodera de todo, apenas puedo responder y tira de mí hacia él, aunque no nos podemos acercar mucho más por la almohada entre nosotros.

Él corta el beso con brusquedad y siento vergüenza del pequeño gemido que escapó de mis labios en cuanto él se alejó.

Minho sonríe y me siento a morir, hundo mí rostro en la almohada.

— Ey, bebé... — me llama, su mano deja mi cintura y va a mí mejilla acariciando despacio—. ¿Qué ocurre, precioso?

— E-Ese f-fue n-nuestro primer beso... Con len-gua— tartamudeo, con el corazón a mil y el rostro muy rojo.

Escucho su risa y él aparta la almohada, quitándome mí refugio y sólo puedo mirarlo con ojos muy abiertos.

— Lixxie~ — dice, y suena bonito, deja caricias en mis mejillas con ambas manos—. Es muy lindo cuando te averguenzas, ¿Sabes?

— A-A mí no me gusta.

— Ah, pero te gustó el beso— dice, con algo de gracia.

— N-No- ¡Mgh! — sus labios vuelven a colocarse sobre los míos, se mueven de forma sensual e intensa, su mano acaricia mí cuello dándome escalofríos y su lengua logra entrar en mí boca por segunda vez, encontrándose con la mía, intento responder pero mis movimientos son tímidos y Minho domina el beso sin que yo pueda hacer nada.

Cuando se separa de mí respiro de forma agitada y desesperada, él sonríe y veo que baja a mí cuello, besando la piel de este.

— P-Para... — ruego, sintiendo sus húmedos labios—. Para... P-Por favor...

Él se detiene y me mira con preocupación, se separa de mí y yo me aparto aún más, sentándome en el borde de la cama mientras recobro el aire a grandes bocanadas.

Él tarda unos segundos en venir a mí lado apoyando una mano sobre mí hombro.

— Felix, ¿Estás bien? — pregunta y asiento pero sé que no me cree—. Lo siento, no debí hacerlo sin tu consentimiento.

Niego.

— No, no... — dijo—. Es... Lindo, estuvo bueno, Minho hyung.

— Sólo Minho, Felix, ya hay confianza— dice —. Pero dime, ¿Qué pasa? Me estás asustando, por favor.

— Y-Yo...— llevó una mano a mí corazón, que late desbocado—. Estoy muy acelerado, Minho... N-No puedo, no debo. N-No quiero morir ahora, necesito calmarme un poco...

— Sí, bebé— él asiente—. Ven, pequeño, descansa— él tira de mí hacia la cama, se recuesta junto a mí y me acomoda sobre su pecho, escucho sus latidos que se van calmando con los minutos, los míos los siguen—. Te voy a cuidar bien, bebé— dice, afirmando el abrazo un poco más.

Al contrario de sus manos, sus abrazos y su pecho son cálidos, y me hacen sentir cómodo, es mí lugar, como mí hogar, es donde pertenezco, y ese pensamiento me hace sonreír.

Pertenezco a Lee Minho.