Our First Time

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Sus brazos son cálidos.

Minho está totalmente rojo, y sus ojos no pueden ni mirarme de la vergüenza que carga.

Sonrío con ternura, acariciando sus mejillas, sus ojos me miran con timidez.

Ambos estamos sentados en mi cama, vestidos, sus manos se posan en mi cintura, pero está tenso, estamos muy juntos y me siento cálido, aunque él está demasiado nervioso.

— Minhonnie... Tranquilo— le pido—. Ninguno de los dos es un experto, será despacio, ¿Sí?

Sus ojos me miran con duda.

— Primera cosa que sientas mal y paro — dice, y yo asiento, él me mira un segundo en silencio antes de besarme con lentitud, correspondo en seguida, nuestras lenguas se rozan, pequeños  chasquidos suenan en la habitación cada vez que nuestros labios se separan mínimamente.

Mis manos van debajo de su remera, se tensa con el contacto de mis dedos con su piel, dejó caricias hasta que se relaja un poco.

Tiro de su remera hacia arriba, separo el beso para quitársela, y su pálido pecho queda a la vista, mis ojos se pierden un poco en lo bonita que es su piel, y no puedo resistir a acercar mis labios a su cuello, cerca de sus clavículas, para besar unas cuantas veses, sacándole jadeos, y luego comenzar a succionar mientras mordía ligeramente su piel.

— F-Felix... — sus manos van a mí cintura y la aprietan, tomó una de ellas y la dirijo debajo de mi camisa, me separo de él, conforme con la marca rojiza que dejé.

— Quítame la ropa— pido, exagero el tono necesitado de mi voz y él traga duro—. Por favor.

Él tarda un segundo en comenzar a desabotonar mi camisa, yo me dejo a su merced y no hago más que mirar sus temblorosas manos, me libero de la tela que cubre mi pecho y las manos de Minho se enganchan en mis jeans.

Me acuesto en la cama de espaldas, mirando el techo, alzando mi trasero de la cama para que él puedo quitarme los pantalones, está tan nervioso que me deja los calzoncillos aún puestos.

Suelto una risita sin poder evitarlo y él me mira, sintiéndo que hizo algo mal, lo noto en su expresión.

Me levanto un poco para besarlo con suavidad, apenas un pequeño beso, antes de llevar mis manos al cierre de sus jeans, lo noto tragar duro.

— Minhonnie — lo llamo de nuevo, y sus ojos me miran, parecen los de un cachorro perdido—. Tranquilo, gatito— digo, llevó una mano a su mejilla y la acaricio con ternura, mi otra mano desabotona sus pantalones—. Hazme lo que quieras... Estará bien.

Su rostro me mira sin expresión alguna un momento, antes de acercarse a mí de golpe y besar mi cuello, sacándome suspiros mientras sus labios descienden sobre mi cuerpo, hacia mi pecho, entreteniendose en mis pezones, haciéndome gemir su nombre.

Lame mis abdominales y siento un cosquilleo, sus dedos encuentran el borde de mis boxers y lo baja mientras sus labios dejan besos conforme descienden a mi zona púbica.

— M-Min... — murmuro su nombre con voz temblorosa, la idea de lo que hará me hace gemir bajo.

Su boca rodea mi miembro, la calidez me hace suspirar, tiemblo completamente, mientras él chupa con lentitud y cuidado, pasando su lengua por mi pene mientras desciende, abarcando casi la totalidad de mi miembro en su boca.

Mis manos buscan su cabello y se enrriedan en este, pidiendo por más, él comienza a succionar y suelto gemidos sin poder retener ninguno de ellos.

Siento que voy a correrme al cabo de unos minutos de tener a Minho ahí abajo, quiero decírcelo pero las palabras no salen, son sonidos incoherentes que me avergüenzan entre profundos gemidos.

𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 × 𝑚𝑖𝑛𝑙𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora