I Don't Like Him

983 106 43
                                    

— Puta madre, puta mierda, puto todo...

Tomo agua del lavabo haciendo un cuenco con mis manos y me la echo en la cara de nuevo, por al menos cuarta vez.

— Quedaste en ridículo, Minho. ¿"Estás lindo"? ¿En serio? Puta mierda, ¿Y dices que la gente no notará que eres gay?

Bufo con molestia y quiero golpear a mí reflejo y golpearme a mí mismo para no sentir la vergüenza que me carcome.

— Maldito Lee Felix y su radar gay... — murmuro.

De todos los hombres de esa universidad que están abiertos a relaciones del mismo sexo, ¿Tenía que elegirme a mí?

— Lee Felix te odio tanto... — suspiro—. Ay, en realidad no...

El único chico que me pone nervioso de todo el puto mundo se me declara.

No lo amo, no me gusta, no se confundan.

Puedo decir que Lee Felix es mí tipo, que es hermoso tanto físicamente como en su personalidad, que es adorable y me dan ganas de llenar de besos todos sus cachetitos y sus labios esponjosos, que canta mejor que nadie en el mundo, que sus ojos me atrapan y que todo en él me hace ruborizar y sonreír sin razón alguna, a demás de todo su ser.

Pero no me gusta.

Ni un poco.

— No, no— niego—. No me gusta.... ¿Por qué le pediste una cita, entonces?

Mí corazón se comprime y siento como mí pecho duele, mis ganas de llorar aumentan al punto en que me duele el pecho de aguantar las ganas de llorar.

Lee Felix morirá pronto y lo más probable es que no pueda hacer nada por él para evitarlo.

A él le queda esa lista que no sé cuántas cosas pueda ayudarlo a cumplir, y no sé por qué me ofrecí a ayudarlo a completarla.

No es que quiera pasar tiempo con él, creo.

Respiro profundamente y me lavo la cara con agua fría por quinta vez antes de salir.

— ¿Necesitas que te golpee para que reacciones? — pregunta Jisung, mí mejor amigo y el único que sabe de mí sexualidad.

— No, tengo huesos débiles, pero gracias— digo.

— Estás nervioso— dice, notando cómo juego con mis dedos y mí vista no puede quedarse en un lugar—. ¿Qué hizo Felix esta vez?

— ¿Cómo sabes que fue Felix? ¿Quién dijo algo sobre él?

— Se te paró, Minho.

— ¡¿Qué?! — bajo mí vista a los pantalones.

— El corazón~— canturreó.

— Puta madre, Sung... — quiero golpearlo pero él tiene más fuerza que yo así que aprieto los puños para aguantar las ganas.

Él ríe y me parece odioso, así que me voy para seguir ordenando los libros que devolvieron y que sólo se apilan sobre mí escritorio.

— Bueno, bueno, no te enojes— dice, apareciendo al lado mío y lo ignoro—. Pero ya, ¿Por qué tan nervioso? ¿Lee te invito a salir o qué?

— Yo lo invite.

— ¿Que tu qué?

Sonrío sin darme cuenta y el suelta un chillido alegre.

— No grites en la biblioteca— le digo, pero por mí sonrisa no me deja sonar serio.

— A ver, Lee Minho jjang jjang man boong boong, ¿Qué te hizo tener tantos huevos de un momento a otro?

— Felix se me confesó hoy, me dijo que era algo de su lista de "Cosas para hacer antes de morir" y me ofrecí a ayudarlo a completarla.

Jisung se mordió el labio mientras sonreía, sus mejillas estaban teñidas de rojo.

— Esa táctica para conseguir una cita no la sabía ~~ — dijo con emoción—. Voy a usarla, pero sólo un idiota como tú caería en eso.

— Felix está enfermo— digo, totalmente serio, su sonrisa se borra—. No se sabe cuánto tiempo le quede... Por eso hizo la lista.

Jisung se queda unos cuantos segundos en silencio.

— Puta madre, Min, ¿Por qué no empiezas por ahí? — suspira—.... Ahora me siento mal por bromear.

— Que te sirva para callarte un poco— digo.

— No me ayudas.

— No quiero ayudarte.

— Eres un muy mal amigo, Minho.

— Gracias.

— Pero yo no, y por eso te voy a ayudar a que estés bonito para tu cita de hoy~~

— ¿Te pedí ayuda en algún momento? — lo miro, alzando una ceja.

— Los amigos se ayudan aunque nunca lo hayas pedido— dice, cruzándose de brazos.

— Eso suena a un metiche no a un amigo.

Jisung rueda los ojos con fastidio.

— ¿Vas a ser así de quejoso frente al chico que te gusta también? Ya no quiero ayudarte, malagradecido...

— Felix no me gusta.

— No, para nada— dice, y lo miro con expresión cansada—. Oh, espera, te quedó un corazoncito de tus ojos de cuando lo miras en la mejilla— pasó sus dedos por uno de mis pómulos como si estuviera corriendo una basurita, me aparté con el ceño fruncido—. Ya se fué— dicez riendo—. Buena suerte en tu cita, campeón— dice, antes de darme una nalgada y salir de la biblioteca riendo.

 Buena suerte en tu cita, campeón— dice, antes de darme una nalgada y salir de la biblioteca riendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Actualizaciones diarias.

𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 × 𝑚𝑖𝑛𝑙𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora