Ice Law

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—Aish... Lo odio, lo odio, lo odio... — me echo en mí cama, viendo al techo—. Lo odio por amarlo.

— ¿No estás siendo un poco dramático? — pregunta Jeongin, mientras bebe de su gaseosa haciendo un ruido molesto al sorber.

— Nunca vas a entender un corazón adolorido, Innie — responde Hyun, mientras se pone a mí lado para abrazarme como consuelo.

— Porque tú me amas demasiado y yo soy muy insensible como para sentir algo— responde, y vuelve la vista a su celular.

— El pandita me recuerda a él— sollozo, abrazando el estúpido muñeco.

— Estamos jodidos— dice Jeongin, y vuelve a tomar con tranquilidad su Coca-Cola.

— Chicos... Necesito saber qué hacer... No quiero perderlo— murmuro.

— Felix, yo te entiendo— dice Hyun —. Es algo delicado y sensible, se nota que lo amas mucho, pero no quiero que te sigas lastimado así... Creo que lo mejor es que-

— Aplicale la ley del hielo— dice Jeongin —. No le hables hasta que lo diga. Y sólo si pregunta porqué no le hablas le dices que no le vas a dirigir la palabra hasta que él diga que te ama.

La habitación queda en silencio.

— No es... Una mala idea— murmuro—. Y en realidad no hay otra idea tampoco...

— Soy un genio, ya lo sé— dice Jeongin, sonriendo ampliamente.

— Eres un fanfarrón— dice Hyunjin.

— Qué bien me conoces, bebé— réplica el menor, dedicándole un guiño.

— ¿Les molesta si les pido que me dejen sólo? — pido—. No me sirve que una pareja como ustedes esté en mí cuarto...

Jeongin se encoge de hombros.

— Bien— dice, simplemente.

Hyunjin deja un beso en mí mejilla y revuelve mis cabellos, me dice que me quiere y luego se marcha de la habitación junto a Jeongin.

Me quedó tirado en la cama, abrazando al pandita, que me hace pensar inevitablemente en Minho, y todo lo que quiero que vuelva a ser el novio tierno y atento que era.

¿Seguimos siendo novios?

Pensar en él duele, y me hago bolita en la cama con el pandita entre mis brazos.

Desgraciadamente, no puedo llevar a pandita conmigo a la universidad, así que estoy desprotegido cuando voy para allá, y no tengo dónde esconderme cuando a una cuadra de mi casa, veo a Minho que viene hacia mí.

Me ruborizo completamente con verlo, y aprieto los labios para no decir palabra, siguiendo el consejo de Jeongin.

— Hola, Lixxie — dice, y sólo asiento con la cabeza a modo de saludo, lo miro sin decir nada y noto que se pone incómodo por eso, continúo caminando y él me sigue, colocándose a mi lado—. Y-Yo... Iba a tu casa a buscarte, como... Como antes.

Sonrío un poco, pero me duele por dentro.

— Felix yo... Quería pedirte disculpas por ser tan... ¿Exagerado? No sé, ya... Ya sabes.

Yo asiento.

— Es que... En serio me asusta— dice—. Me asusta que... Que te vayas... Y la broma en serio me molestó, porque, era como si te estuvieras burlando de mí.... De mí, de mi mayor miedo y... Todo por unas palabras que podrían surgir en un contexto mejor, ¿Sabes?

Me muerdo el labio inferior, obligandome a callar.

— Creo que hay momentos, Felix, y decirte "Te amo" merece un momento lindo... No sé si entiendes, tal como queda muy doloroso que te lo diga en tu lecho de muerte, queda muy mal si te lo digo mientras estoy en el baño haciendo del dos, ¿Sabes?

No puedo evitar soltar una fuerte carcajada por ese estúpido ejemplo, y lo escucho a él reír también, y su risa es hermosa, es tan rara de escuchar que es especial y me encanta tenerla al lado mío.

Nos detenemos en la entrada a la universidad y él toma mi mano, mirándome a los ojos.

— Con ese estúpido ejemplo quiero decir... Que esas palabras merecen un buen momento, un lindo momento, para que cuando lo recuerde sea grato, ¿Sí? Si te lo hubiera dicho en ese momento... Sería doloroso, y en parte molesto porque fue una broma de mal gusto, y no quiero que tenga que recordarlo así.

Lo miro a los ojos sin decir nada, me muerdo el labio.

— Felix... Di algo— pide, y niego—. ¿Qué? ¿Por qué? ¿Es que ahora eres mudo?

Sonrío con gracia.

— Minhonnie... Te aplico la ley del hielo hasta que digas que me amas.

 Te aplico la ley del hielo hasta que digas que me amas

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𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 × 𝑚𝑖𝑛𝑙𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora