Frozen in Thin Ice || Winx Club

6. Desastre de Fiesta

Bloom podría haberse quedado en la montaña para siempre. Ha descubierto que había una cueva justo detrás de la cascada. Tuvo que mojarse un poco al pasar, pero valió la pena.

Cuando la luna abrazó el cielo con su luz, el azul neón de la cascada se hizo más visible, hermoso de ver. Cortó a través de la oscuridad, atrayendo mágicamente la atención de todos los animales por allí.

Incluso los animales eran mágicos, pertenecían a este mundo.

¿A dónde pertenecía Bloom?

Ya era hora de que regresara a Alfea antes de que Faragonda sospechara. Bloom no quería problemas, sabía que de cualquier manera la directora la encontraría. La frialdad aún vagaba por sus venas mientras despegaba, regresando a casa. No tenía que esforzarse tanto para no ser vista. Todo el castillo estaba dormido cuando llegó al balcón de su dormitorio.

Con cuidado y en silencio, Bloom bajó el picaporte y entró.

Como era de esperar, sus amigas estaban dormidas como todas las demás.

Seguramente Flora rechazaría la 'acusación' pero Bloom podía escuchar sus ronquidos, que sonaban como una tormenta.

Una vez en su propia habitación y soledad, el hada miró su frágil imagen en el espejo.

Aún no había pasado ni un mes pero ya estaba agotada, harta; ojeras oscuras se aferraban a su rostro, incluso su cuerpo parecía más viejo de lo que debería ser.

Pobre Bloom en el espejo.

Ese no era la Bloom que ella conocía. No había emociones en su rostro. Como la bruja de hielo.

—Conozco muy bien esa mirada compasiva y vacía, pero esa no es la forma en que miro a alguien... —murmuró como si hablara con su reflejo. Sus ojos se veían en blanco, cansados, sin emoción. —Ja... Por supuesto. Icy me mira así. —Bloom luego tocó su rostro con las yemas de los dedos.

De camino a casa, todo lo que hizo fue pensar en lo que Icy hizo y dijo allí.

A pesar de que tuvo la oportunidad, Icy optó por humillarla, en lugar de matarla y Bloom se preguntó por qué.

Apretando los puños y entrecerrando los ojos, se mantuvo firme. Se enojó, como si no fuera su reflejo en ese espejo sino el de Icy.

—Tienes el poder que me mataría en una milésima de segundo, pero no lo hiciste. Aplastándome, viéndome así... Te encanta ver a la gente temblando débilmente ante ti. Es tu satisfacción personal...

Su puño derecho tembló. Las uñas se clavaron en su piel.

Estuvo a un momento de romper el espejo, pero logró respirar profundamente, al igual que las veces que lo hizo en la Tierra. Era doloroso recordar sus sesiones de calma. Cada vez que alguien la humillaba por su pasión por las mujeres, se volvía loca.

Sin embargo, ella nunca lastimó a nadie por enojo, pero en Alfea, todo era diferente. Ya ha lastimado a dos personas fuera de control.

Bloom se asustaba de sí misma cada vez que le hacía daño a alguien.

Primero, Delphine casi se convierte en cenizas, luego Sky se lastimó y casi se incendia. Toda la escuela tembló a sus pies.

—Ahora que. ¿Eso me hace sentir bien?

Observó sus palmas y luego las puso en su cabeza, tratando de detener los malos pensamientos, pero no pudo evitarlo.

Energía. Se sintió bien.

—¿Me estoy volviendo... una egoísta?

Una vez Griselda dijo que las hadas tienden a ser más humildes.