.⃗ ༉‧ ⃟⛓ ;; Cacería | Spruan.

.⃗ ༉‧ ⃟⛓ ;; IX

Juan despertó agitado, le dolía demasiado la cabeza y el cuerpo, ¿se habrá caído?. Solo recordaba cosas vagas de su sueño, se quedó callado para mirar sus manos, ¿todo fue un sueño?.
Escucho voces afuera de la habitación donde se encontraba, movió la cabeza para observar la dicha puerta que debido a estar sin lentes y un dolor agudo de cabeza se veía borroso, entre cerró los ojos para ver mejor aún así no logró.

En su mente había una desesperación gigantesca, ¿todo fue en serio un sueño?, ¿todo lo que pasó con Spreen no fue mas que eso?, ¿un sueño?.
Suspiro desganado cuando la puerta se abrió dejando ver a dos figuras altas frente suyo, una delgada y otra mas grande, moviendo su cabeza para ver las caras, su pecho subía y bajaba con calma, le dolía hasta lo último del alma cuando se sentó.

— ¡Juan!. Reconoció esa voz donde fuera, Cristinini, sonrió adolorido cuando la joven androide salto hacia su amigo. — ¡Creí que seguirías dormido!

— Nos preocupaste mucho cara culo. Dijo Mariana dándole una bandeja con comida, aunque era suya, se la daría a él.

— ¿qué fue lo qué paso?. Preguntó calmando a su amiga con suaves caricias en su cabello.

— Muchas cosas, mataste al profeta y a Drako.

Aquella noticia golpeó al joven hechicero dejándolo estático en la cama, No fue un sueño, habrá caído en coma luego del combate.
Solo tenia vagos recuerdos de diferentes situaciones que se repetía en su mente, gritos ajenos, sus manos manchadas con sangre y luego una explosión que le dejó un feo zumbido en el oído; la muchacha lo soltó de a poco y sonrió con pena, sabía que era demasiada información para procesar, incluso teniendo una computadora como cerebro era casi difícil.

— Quiero hablar con Spreen. El dúo se miró entre si y sonrió.

— Esta trabajando con los demás en el pueblo central para reparar todo el caos, ¿quieres ir a ver?. Afirmó con energía, quería ver a sus amigos, a su pequeño cerdito, a su pareja.

— Deja te ayudo. Hablo Mariana cargandolo al estilo nupcial puesto Juan tenía una pierna rota, se acomodo en los brazos ajenos y acompañados por la androide detrás, fueron a fuera.

La luz repentina lo cegó momentáneamente, sintió sus lentes en su rostro, supuso que Cristinini se los había puesto, agradeció en voz baja, el suave viento en su cuerpo, los sonidos naturales de todo, le generó paz.

— Como pesas mierda. Se quejo Mariana arruinando su momento de calma.

— Que débil eres pendejo. Le miro feo por ello para reír los tres ante eso.

— ¡a que no creis quien despertó!.  Cada uno de los presentes dejó sus actividades para mirar a Juan, quien sonrió algo tenso.

— Hola. Fue lo único que soltó antes que el bullicio comenzará, aquel protector de animales lo bajo con sumo cuidado para igual ayudarlo a mantenerse de pie.

Varios abrazos, charlas comenzaron, aún no veía al oso, necesitaba saber que estaba bien.

— Creí que te moriste, al menos gane mi apuesta contra Reborn. Festejo Auron, el de gafas puso los ojos en blanco negando.

— ¿apostaron con mi vida?, son unos putos animales ¿sabían?. Dijo Juan indignado.

— Tampoco te enojes que sigues con Vida. Respondió Biyin.

— ¿Dónde esta Spreen?.

— Acaba de irse a por materiales para terminar su casa, ¿quieres verlo?, te llevamos y ahí charlan o cogen, lo que venga primero. Soltó el Español con una sonrisa, condenado Auron.