-. Nicolas la concha de tu madre daleee- Camila frustrada gritaba tocando con fuerza la puerta del baño, donde Nicolas ya tenía treinta minutos adentro.
-. Ya va loco ya va- Nicolas salió también enojado por los golpes sin cesar de Camila-. Dios gorda no podes parar un minutito? Si queres salgo en bolas- Con cariño Nicolás agarró los cachetes de Camila para darle un beso.
Habían pasado dos meses, en ese tiempo Camila y Nicolás se habían mudado juntos, idea que tenían antes de formalizar su relación, aprovechando para llevarla a cabo cuando su relación se estableció. A decir verdad y contar las cosas como son es que no era nada fácil la convivencia de uno con el otro, estaban encantados y demasiado felices, pero siempre había esos inconvenientes, que uno tardaba más en el baño, quien cocinaba o lavaba, cosas comunes y nada más que eso.
-. Ponerte ropa Nicolás, aunque sea verano te podes enfermar- Camila buscaba su ropa mientras se lavaba los dientes, mirando como Nicolás hacía todo menos prepararse.
-. Sisi ya va- se levanto y cambio, vio como Camila estaba lista y se quedó mirándola, "que mujer" repetía su cabeza.
Los dos salieron de su departamento, yendo en el auto de Nicolás para juntarse con Rodrigo e Ivan en uno de los lugares que más frecuentaron de chicos.
Aunque suene medio boludo o comun eran de frecuentar mucho una plaza, la que quedaba a una cuadra del colegio secundario que estuvieron desde los trece años. Su plan solo era ir a pasar la tarde como una de verano, tomando *tereres y comiendo naranjas, bizcochitos de grasa y helado. Nunca les venía mal pasar una tarde evitando su vida de personas altamente reconocidas, como cualquiera necesitaban vivir la vida, aunque sea un día o en este caso una tarde, de chicos de veinte años que querían salir a disfrutar el calor del verano.-. Gorda llegamos- Camila giró su rostro y así era, estaban enfrente de la plaza que tanto piso de adolescente. Miró a Nicolás, culpa de los pensamientos que tuvo antes le dio nostalgia. Los dos bajaron, tomados de las manos, decidieron pegar vueltas mientras esperaban a sus dos amigos.
-. Nico, no te parece increíble?- Camila caminaba lento, mirando todo a su alrededor, con una sonrisa y ojos brillantes.
-. Que cosa?- Nicolas miraba a su novia, sonriendo a causa de la sonrisa contraria.
-. Que hayan pasado cinco años de que vinimos acá por última vez y que en ese momento no te agarraba la mano ni porque me pagaran- bromeó la castaña agarrando con más fuerza la mano de Nicolas, quien también rio.
-. La verdad que si, es una locura que hayan pasado tantos años y sigamos juntos, más ahora que la vida me dio la confianza de confesarme y que estemos juntos- Nicolas freno en su lugar, haciendo que la castaña frene también, se miraron y con una sonrisa se dieron un beso.
Los dos sentían que por primera vez estaban en el lugar correcto con la persona correcta, Nicolas caía en cuenta que después de años pasándola mal por ver a Camila con pareja y pensar que porqué no podía ser él, se le dio, esa castaña con la que tanto soñó y hasta imagino poder estar juntos pudo ser que le dio la oportunidad de poder empezar una nueva historia, escribir la suya propia y guardarla en el corazón de cada quien.
Mientras tanto estaba Camila, que no podía creer que después de todos los chicos con los que intento una relación y aunque muchas veces terminaban por su culpa e indecisión de no saber ni lo que ella quería, encontró a Nicolas, que para su poca cabeza, lo tenía más cerca de lo que creía. Jamás había confundido las cosas con él, es verdad que no se trataban solo como amigos, habían pocas veces donde ella se dio cuenta que Nicolas escondía algo, ya sabía que era y aunque suene de mala manera, le encantaba que Nicolas sienta por ella de tal forma como para esperarla tantos años y aguantarse las ganas de expresarse y decirle todo.