Fictober: Denji x Power [Chainsaw Man ; au]

26. I'm doing it, shut up

—Muy bien... Es hora de lavarte ése maldito cabello asqueroso —se quejó Denji, tomando entre sus manos una botella considerable de champú con esencia de rosas—. Remójate la cabeza.

—¡Dame éso! —Power le arrebató la botella a Denji, echándose un chorro encima de la sustancia—. Huele bien, ¿podría probar?

—Sólo si quieres enfermar...

—Bah... —metió las manos a la bañera y suspiró—. Acabemos con ésto de una vez. Lávame el cabello y no volveré a molestarte cuando estés haciendo cosas... Cososas.

—Bien —Denji tomó un pequeño banquito, y colocó encima de él su trasero. Tronó un poco por el peso, más no debía preocuparse.

Power cerró los ojos al sentir el agua recorrer su espalda. Se estremeció, hasta que la piel pareció volverse más sensible al tacto.
Denji colocó las yemas de los dedos sobre su cráneo, y masajeó un poco.

La espuma creció y floto, cayéndole encima a ambos. A ella en la nariz, a él en el brazo.
—Te has colocado bastante.

—Denji, ¿es verdad que cuando acaricias el cabello de alguien, se debe a que le quieres?

—Jamás han tocado mi cabello. Por lo tanto, estás preguntando algo que no sé responder.

—Bueno, es que en éste momento estás haciéndolo. Lo ví en un manga. ¿Será verdad?

—Sí, no... Me da igual si lo es.

Power enderezó la espalda.
—¿Me quieres?

—Estoy obligado a hacerlo.

Power se jorobó.
—Bastardo... ¡Al menos sé más dulce!

—Estoy acariciando tu cabello, por lo tanto, podría casi quererte.

Ella asintió.
—Mejor. Eso sonó mejor.

Denji supo que ella sonreía por cómo le había dicho esa pequeña frase. Su voz sonaba feliz y gustosa.

Otra vez, Power quiso tomar la palabra.
—Yo creo que cuando tocas el cabello de alguien, de verdad le demuestras que te agrada.

—Pues creelo entonces. Sólo no me obligues a mí.

Power permaneció estática. Al darse cuenta de su posición tan rígida, flotó sobre la bañera para darse vuelta con delicadeza. Sonrió de forma misteriosa, aunque sin maldad alguna por las comisuras de sus labios y su mirada tan abierta al margen.
Levantó un poco el torso; gotearon las burbujas, el agua y todo olía a rosas aceitosas y penetrantes.

Le acarició el cabello suavemente a Denji. Fue una declaración de amor intensa, suave y efervescente.