Fictober: Denji x Power [Chainsaw Man ; au]

6. Adaptable, I like that

Nota: disculpen si no actualicé durante estos dos días seguidos. Caí enferma y no podía soportar estar más de 30 segundos frente a una pantalla. Ya comienzo a sentirme mejor, así que aquí les dejo los capítulos faltantes.

...

La semana siguiente, después del accidente estrepitoso con Denji, Sakio se propuso a reconsiderar su decisión. Entre cosas de trabajo, y cosas de la vida diaria, sólo encontró una y otra vez la necesidad por ocupar un espacio vacío en su interior. Según ella, la oportunidad estaba ahí, pero el simple hecho de tomarla le aterraba. ¿Qué quería o esperaba un hombre como ése? Casi nadie le hablaba porque sabía que no tenía nada de inusual. Tal vez, su actitud, o su pin de gato robot en su bolso, pero algo que pudiera ser tan llamativo como para causarle conmoción a un chico no había.

Era incapaz de ser así.

Mientras lo imaginaba, jugaba con los mechones de su cabello, nerviosa.
Otra vez era martes por la tarde, y el negocio iba a estar abierto al público. Las ofertas la esperaban, así como toda su despensa vacía. ¿Qué podía hacer? ¿De verdad era tan difícil tener que tomar una decisión tan banal y tonta?

Sakio se fijó en las personas a su alrededor.
Estaba segura de que ellos podrían decidir la respuesta correcta, e incluso, le dirían que su dilema no era más que una estupidez para dejar de concentrarse en su futuro y el presente palpable.
Agachó la cabeza, porque sus propios pensamientos se volvieron contra ella. Hubieron risas, señalamientos, gesticulaciones groseras... Sakio se sintió aterrada. Cerró los ojos con fuerza, y se apretó el gorro de borlas con ambas manos contra la cabeza.

¿Por qué era tan difícil?
¿Qué sentido tenía que fuera así de difícil? ¿Por qué no le había pasado a alguien más y no a ella? Cualquier mujer, la que fuera. Hubiera dado todo por no haber sido ella la llamativa de Denji.

Podría cambiar de tienda, pero también le era difícil. Era demasiado con la interacción en el metro, dónde todos eran sardinas enlatadas. Cambiar de tienda era cambiar de rumbos, abrirse a una nueva experiencia que podría ser horrible, y perder la seguridad que le había confinado tener un lugar como ése. La cabeza le dolió.

Apretó los ojos.
Llegó a la estación como siempre. Era momento de bajar.

...

Sakio caminó el mismo sendero de todos los días. Conforme a cada paso que daba, su corazón latía con fuerza. La adrenalina del asunto subía y bajaba dentro de su torso. Era como si una criatura se balanceara en su garganta, cayera contra su estómago, y rebotará hasta el corazón. Una y otra vez, caída tras caída.

¿Qué tenía de difícil?
¿Qué era tan difícil?
Cualquiera podría haberlo hecho, pero no Sakio. Se cubrió la cara con el gorro, ocultando más su rostro. Miró a todas partes, y se paró en la esquina, antes de llegar a la tienda.

¿Lo hacía o no?
¿Sí o no?
¿Está bien o no?

Se balanceó sobre los talones. Todo le molestaba, quería salir corriendo y ahuyentar a Denji, y también quería tener la seguridad que los demás tenían para entrar a cualquier lugar, saludar y conversar como cualquier otra persona.

¿Qué iba a hacer?
¿Para qué?

Dió unos pasos, luego se detuvo otra vez. Miró hacia atrás, y no había nadie. Miró hacia adelante, y tampoco había nadie.
Nadie detrás, nadie delante. Estaba sola. ¿Por qué tenía que hacerlo sola? ¡No era justo para ella!