Las hermanas Camila y Elizabeth Cabello viven en un departamento en Los Ángeles. Una vive por la música y la otra vive de sus incertidumbres, pero a la vez tiene una pasión por el mundo de los comercios.
Lauren Jauregui, una madre joven de buen cora...
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Soy Lauren Michelle Jauregui, tengo veintiséis años, trabajo en la pizzería de mi padre, la cual es muy conocida aquí en Long Beach, Los Ángeles, California. Soy cubana, pero he vivido en Miami desde los seis años hasta los diecisiete. Tengo dos hermanos; Chris, quien tiene veintiún años y Taylor quien tiene veintitrés. Soy madre de dos hermosos niños.
He empezado a trabajar junto a mi padre y hermanos en esta pizzería desde los diecisiete; cuando esto comenzó como un "proyecto familiar." También he comenzado boxeo, es una manera de descargar mis emociones, pero con ciertos límites. Aún así puedo decir que es una de mis pasiones, al igual que componer música, pero lo segundo es algo más personal, pocas personas lo saben.
Mi mejor amiga Dinah, es la mesera de la pizzería, ella tiene un año menos que yo; trabaja de lunes a jueves y es lo más genial que puede existir. También es organizadora de eventos profesional. Es muy buena en ello. La conocí aquí, ya que ha sido la primera y única empleada contratada para trabajar en Jauregui's pizzas. Mi familia sólo confía en ella y la adoran como si fuera una más de nosotros.
Mi familia aún se encuentra en proceso de abrir sus mentes ante la actualidad. Mi padre y mi hermana Taylor, son algo extrictos respecto a todo, son personas duras de convencer, tenemos un pasado demasiado complejo y eso ha traído demasiados problemas a lo largo de nuestros caminos. En cambio Chris es alguien más relajado, es divertido en cualquier aspecto.
Mi madre se llamaba Cece Betancourt, ella falleció por ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Aún Vivíamos en Miami cuando ella murió y yo tenía quince años en ese entonces. Ella era dueña de una organización llamada "SolidarityHearts", dónde siempre creaba campañas y proyectos para ayudar a las infancias y a las personas que precisaran quién les tienda una mano en sus vidas. La organización, aún está en pausa, pero tenemos planeado ponerla en marcha nuevamente, sólo que mi padre es algo difícil para tomar este tipo de decisiones, o cualquier otro tipo de decisiones.
En mi familia todo estuvo muy apagado durante ese tiempo, hasta que mi padre Mike decidió comenzar un proyecto familiar en Los Ángeles, Long Beach; decidió que quería abrir una pizzería, ya que mi madre siempre le decía que debía hacerlo, porque hace las mejores pizzas del mundo y eso lo ayudaría a olvidarse del pasado difícil que han tenido juntos.
Mis dos hijos; Ethan y Dylan Tomlinson Jauregui, son lo mejor que me ha sucedido y sé que Louis se siente igual con ellos. Ethan tiene cinco años y Dylan tiene siete. Nunca me he llegado a casar con Louis, porque no estaba en nuestros planes hacerlo. La verdad es que siempre nos hemos tenido demasiado cariño y estábamos acostumbrados a la compañía del otro, pero jamás llegué a amarlo y sé que él tampoco se ha sentido así conmigo, al menos no de esa manera, pero sí nos amamos como personas, como compañeros, como amigos. Honestamente ambos siempre nos cuidamos, pero al no tener noción de la educación sexual en su momento, no sabíamos cuando podría fallar y qué hacer luego. Aún así amamos y cuidamos muchísimo a nuestros pequeños. Hoy en día tenemos una buena relación, a veces discutimos sobre cosas de nuestros hijos, pero nada serio. Sí le preocupaba, como a toda mi familia, que yo me dedicara al boxeo, aunque también me apoyaba en ello. Y él ha sido mi más grande apoyo en un momento demasiado difícil para mí, al igual que mi mejor amiga.
Luego están Ally; mi compañera de boxeo y Verónica; mi entrenadora personal. Cada vez que tenía la oportunidad, iba a entrenar a un pequeño club, que le pertenece a mi entrenadora. He ganado más de doce combates desde que inicié. No me creo realmente buena, pero me dicen a menudo que sí lo soy, incluso lo dice mi entrenadora, quien es una persona fría el ochenta porciento de su vida.
Sólo deseo cumplir mis sueños y llevar adelante el proyecto más hermoso que mi madre pudo haber creado. Su partida ha sido mi mayor dolor en la vida, jamás he dejado de admirarla y extrañarla. Era el amor personificado, era todo lo que el mundo necesitaba y mi mayor desafío era dejarla ir y ser yo misma para hacer lo que más amaba.
