Cap. 6 ¿Otra oportunidad?

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«Lo que eres me distrae de lo que dices»

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«Lo que eres me distrae de lo que dices».
Pedro Salinas.

Dos semanas después...

Bessie Markness

Escucho crujir mis huesos con intensidad. Gotas de sudor caen de mi frente. Varias de ellas se meten en mis ojos y el ardor es horrible. Miro hacia los lados y soy lo más precavida que puedo. El entrenamiento de hoy fue en las arboledas del palacio.

Debo conseguir el pañuelo rojo sin que nadie se percate de mi presencia. Y si alguien lo hace, debo vencerlo. Hasta el momento he tenido suerte y no me he topado con nadie. Klein me puso a entrar con varios de los miembros del equipo de expiación. Y la verdad, me siento fuera de lugar, ellos son increíbles. Debo mejorar muchísimo para estar a su altura.

Escuché un ruido, acciono rápidamente y trepo el árbol más cercano. Lo más fácil sería convertirme en ave e ir por el pañuelo, pero no debo depender completamente de un don que aún no manejo a la perfección.

Hotly y Frikl fueron los primeros en estar muy cerca de mí, en pisarme los talones, debo admitir que si no tuviera un buen oído y la agilidad para esconderme, me habrían atrapado hace mucho.

— No sé por qué hacemos esto — dijo Frikl, deteniéndose.

— Es nuestro deber obedecer a su majestad — le recordó Hotly, ella no se detuvo, simplemente siguió caminando.

— Ella ni siquiera es de este país y...

— Calla, Frikl — se detuvo —. Si su majestad te escucha, te cortará la lengua. Eso sí tienes suerte y no te corta la cabeza primero.

— Él no está aquí, nadie va a decirle. ¿O piensas delatarme?

— No he dicho que lo haré.

— Su majestad está cegado por ella. Es una mujer bella, claro, pero su majestad Alice lo es más.

— Tal vez ella no sea "hermosa" como su majestad, pero inteligencia le sobra. ¿Sabes cuántas veces le ha ganado a su majestad Klein en ajedrez?

— Qué va. El ajedrez es solo un juego.

— Te equivocas, Frikl. El ajedrez no es solo un juego, es un campo de batalla mental. Uno en el que tienes que ser lo suficientemente astuto e inteligente para contraatacar y derrotar a tu oponente. Ella, al parecer, ha demostrado ser más astuta e inteligente que su majestad.

— Es una mujer inteligente, razón más para no dejar que se quede. Ella querrá quedarse con todo.

— No lo creo así. De hecho, si ella quisiera ya lo habría hecho, su majestad está dispuesto a darle todo lo que ella desee, sin embargo, ella no ha querido tomar nada que no le pertenezca. No es tan mala como tú piensas, Frikl.

EL CORAZÓN DE LA EMPERATRIZ © [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora