EL CORAZÓN DE LA EMPERATRIZ © [#2]

Cap. 12 Quien traiciona una vez, lo hace dos

Zahir Vaughan

Desde mi coronación todo ha ido mejorando poco a poco. Los demonios me aceptan como su rey y tengo su absoluta lealtad. Mi relación con Mei también ha mejorado, trato de ser un buen esposo para con ella. Y también me esfuerzo por ser un mejor padre para Samael.

Mis responsabilidades han aumentado, pero siempre busco la manera de que el trabajo no me consuma. Quién diría que el inframundo es tan gigantesco.

Después almorzar, me tomo un tiempo para seguir entrenando mis habilidades, trato de hacerlo diariamente. No puedo descuidarme, hacerlo significaría morir por mi propia negligencia, así que tengo que mantenerme fuerte para poder albergar tanto poder que me fue confiado.

El tiempo pasa y trato lo más que puedo de que nada influya en mí, porque tengo que ser un líder que no inspire ni muestre debilidad.

La idea de tener un futuro con ella se fue desvaneciendo con el paso de los días, ya no podía aspirar a ello, no porque no pudiera, sino porque en parte le debo respeto a Mei. Es la madre de mi hijo y mi esposa.

A veces no podemos tenerlo todo, y por mucho que nos esforcemos y tengamos paciencia, no hay garantía de nada. Tengo todo el poder del mundo, pero no la tengo a ella. ¿Entonces de qué me sirve?

Salgo a cazar, pues necesito distraerme o voy a volverme loco. Un venado está a unos metros de mí, me acerco mientras lo sostengo con mi magia, le giro el cuello y lo suelto. No me gusta matar sin ningún propósito, así que lo llevo al pueblo más cercano y se lo entrego a los campesinos. Ellos lo necesitan más.

Me acerco al palacio con la intención de entrar, pero cambio de opinión y no lo hago, así que camino pensativamente hacia el bosque. No puedo entrar, no tengo nada que hacer allí.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la visité. Me pregunto qué estará haciendo. Lo más probable es que esté durmiendo, aunque quizá esté pensando en cómo recuperar a su hija. Después de todo, es lo único por lo que ahora vive y la entiendo, yo haría lo mismo en su lugar.

Regreso al inframundo porque ahora que soy rey, mi tiempo es muy limitado porque tengo mucho que hacer. Lucian aparece cargando una pila de papeles que no parece tener fin.

— ¡Mi señor! — un soldado del general aparece de repente y el rugido hace que todos los papeles de Lucian caigan del susto —. ¡El príncipe Samael ha desaparecido! ¡El general cree que fue al mundo humano, ya que hemos buscado en todos los rincones del castillo y no hemos encontrado rastro del príncipe!

— ¿Cómo es posible que haya desaparecido sin dejar rastro? — pregunto ardiendo de ira —. ¡¿Acaso no di la orden de vigilarlo en todo momento?!