Invitación a la perdición
Un par de iris de color violeta casi completamente consumidas por sus pupilas lo veían directamente a él y solo a él, pidiendo permiso, adentrándose en lo más profundo de su ser; como si quisiera ver su alma, sus pensamientos y corazón.
- Te necesito- salió de aquellos labios que tanto le gustaba admirar, pero se resignaba a creer la vil mentira que salía de ellos.
- Si, para matarme, ¿No?- giró sobre sus pies, dándole la espalda a aquel pelinegro, quería marcharse, temblaba de miedo y su cuerpo no reaccionaba a las señales que su cerebro mandaba, sabía que al quedarse solo corría el riesgo de perder su vida, es lo único que le queda, no quiere ver amor donde no lo hay y no quiere morir a manos de un ser al que no le corre sangre por el corazón.
- Te equivocas- salió en tono de súplica, pidiendo con un leve sigilo que se girara a verle la cara.
- ¿Y cómo puedo yo saber que lo que dices es cierto?- seguía dándole la espalda, se resignaba a caer, no quería caer o al menos no podía hacerlo, no debía dejarse guiar por sentimientos erróneos.
- Déjame demostrártelo, déjame demostrarte que te equivocas. Que no morirás, no pretendo devorarte- un deje de cinismo se escuchó en esas últimas palabras que quiso ignorar.
Sintió como unos pasos fueron aproximándose, se le había olvidado como moverse, en ese momento solo estaba tratando de mantenerse en pie y no caer al suelo.
- Entonces, ¿Qué es lo que quieres de mí?- en ese momento lo tomaron de la cintura haciendo que choque con otro cuerpo de mayor tamaño, de mayor volumen, y unas manos grandes que recorrieron todo su torso, adentrándose sin permiso debajo de las prendas que traía puestas.
Sintió como una lengua recorría suavemente su cuello y con delicadeza ascendía hasta el lóbulo de su oreja- Lo quiero todo- seductor, esa fue la única palabra que cruzó por su cabeza al sentir su lóbulo ser mordido en una clara invitación a la perdición.
Se giró para verlo a los ojos, las iris violetas desaparecieron dejando paso a unas rojo sangre, a unas rojo pasión. Aquellos ojos eran su perdición, su condena y castigo, todo por no saber cómo controlarse, limitarse. Y ahí lo supo, estaba perdido. Perdido por aquel hombre que en un principio le causó miedo, haciéndolo caer en un juego tentador del que no podría salir jamás, ni porque le rezara al mismísimo diablo, y él; él tampoco quería hacerlo.
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Unlucky Number |KookNam|
FanfictionTerminar siendo el banco de sangre de trece seres extraños es algo difícil de imaginar y mucho peor de vivir, sin poder estar en pie, pálido y sin fuerzas para siquiera poder comer o levantarse, sentía su cuerpo desfallecer cada vez que intentaba da...