Terminar siendo el banco de sangre de trece seres extraños es algo difícil de imaginar y mucho peor de vivir, sin poder estar en pie, pálido y sin fuerzas para siquiera poder comer o levantarse, sentía su cuerpo desfallecer cada vez que intentaba da...
El sol salió de nuevo, lo que significaba un nuevo día de tortura para NamJoon, se tumbó en el suelo en cuanto despertó, dando por hecho que el día de hoy no sería diferente a los demás.
Pasó la noche despierto, mirando en dirección a la puerta, esperando inconscientemente ver un par de ojos violetas asomarse por ella, sus ojeras eran cada vez más grandes, la palidez en su cuerpo no cambiaba y los moratones en su piel se hacían cada vez más oscuros, sus costillas resaltaban en su abdomen y su estómago pedía a gritos comer algo, cada vez tenía menos masa muscular y su cuerpo deseaba volver a los días en que se ejercitaba, su mente cada vez parecía más pérdida y tenía miedo de perder la poca cordura que le quedaba.
- Mi vida es una maldita desgracia- murmuró por lo bajo, escuchando como la puerta de la habitación era abierta por primera vez en el día, mantuvo su mirada en el suelo, incapaz de levantarla, tratando de ignorar la presencia de la persona que acababa de entrar, aquella que le hizo alejar lo único que aún le daba esperanza a su miserable vida.
- ¿NamJoon?- Sook entró por la puerta, con una gran sonrisa dibujada en su rostro, observando el minúsculo cuerpo del humano en una de las esquinas de la habitación - ¿Qué haces allá? ¿Cómo estás? ¿Nadie ha venido hoy a parte de mí?- se señaló a si misma, mientras caminaba hasta el sillón que estaba en la habitación.
- No, es la primera - NamJoon comenzó a jugar con sus manos, intentado no dejarse llevar por el sentimiento de rabia que comenzaba a hacerse presente en él.
- Estás un poco abatido, ¿Por qué?- se cruzó las piernas y soltó una leve carcajada- ¿Acaso ya se está acercando tu muerte? ¿Es eso?
NamJoon le dedicó una mirada de asco, lo desagradable que podía llegar a ser la chica lo sorprendía, jamás pensó que podría llegar a conocer a una persona tan mezquina como Sook, pero no podía hacer nada, no podía defenderse, ni gritarle, y mucho menos ofenderle, correría el riesgo de morir en sus sucias manos.
- Aún no deberías de morir- la mirada de NamJoon cambió a una de confusión- Disfruto verte agonizando - una sonrisa perversa se asomó por el rostro de Sook, el pelinegro sólo pudo bajar la mirada, apretando los puños, deseando que aquella mujer saliera de la habitación- Debo admitir que me empiezas a caer bien, Nam, has sido muy valiente- la chica cerró los ojos y comenzó a asentir varias veces- Supiste cómo alejar a JungKook de tu lado, tal como te lo pedí, eso me gusta- se levantó del sillón y caminó despacio hasta quedar en frente del menor- Sin embargo, aún no te has salvado del todo, sé muy bien que probablemente tienes contacto con él, a mi no me engañas, pequeña rata.
NamJoon alzó la mirada, encontrándose con los ojos grises de la chica, estos parecían soltar fuego, en ellos se podía ver todo el odio que le tenía y cuanto lo aborrecía.
- No sé dónde se encuentra, no tengo contacto con nadie- volvió a bajar la mirada, dirigió su mano hasta el suelo y comenzó a trazar líneas invisibles.
Sook tomó el cabello de NamJoon y le echó la cabeza para atrás de un tirón, dirigió su otra mano hasta el cuello del pelinegro y con sus uñas comenzó a rasgarlo, sonrió al escuchar los gritos de dolor del humano y se llenó de satisfacción, la sed de sangre se hizo presente en ella, de manera brusca se lanzó al cuello de NamJoon y mordió sobre la herida que le había hecho, comenzando a chupar toda la sangre que el menor almacenaba, con intenciones claras de dejarlo seco.
La puerta de la habitación se abrió de la nada, mostrando a un Jimin exaltado, el cual vino tan rápido como escucho los gritos de NamJoon, al ver la escena se horrorizó, se lanzó contra la chica, apartándola del pelinegro al instante, la empujó hasta el otro extremo de la habitación, haciendo que chocara contra la pared, Sook cayó al suelo sentada, se limpió la comisura de los labios y se levantó, mirando a Jimin con furia.
- ¿¡Qué diablos crees que haces!?- gritó la chica enfurecida, volviendo a acercarse, pero Jimin la apartó con otro empujón.
- ¿¡Tú qué demonios haces!?- los ojos de Jimin pasaron a tornarse rojos, mostrando su posición de fuerza y defensa- Creía que habías dicho que nunca comerías de NamJoon, ¿Y cómo te encuentro? Chupándole hasta las entrañas.
- ¿Eso acaso es asunto tuyo? ¡Nada de esto tiene que ver contigo, Park!- los ojos de Sólo también se tornaron de rojo, deseosos de ver correr sangre, quiero tirarse sobre el rubio y arrancarle la cabeza de un sólo tirón.
- Es más asunto mío que tuyo- Jimin miró a sus espaldas, viendo el cuerpo frío de NamJoon tendido en el suelo, si no hacía algo ya probablemente el pelinegro moriría en sólo unos minutos- Vete, Sook, si no quieres morir bajo mis manos- se acercó a NamJoon, despacio, cayendo arrodillado sobre el suelo, sin idea de qué tenía que hacer- ¡Lárgate ya, maldita sea!
- Déjalo morir, Park, no es más que un saco de huesos inservible- sonrió, mirando el cuerpo de NamJoon desde arriba, pensando en que por fin se había liberado de la basura que tanto le molestaba.
- Sal- Jimin bajó la mirada, perdido, el cuerpo de NamJoon no daba señales de vida y él se sentía desfallecer con cada minuto que pasaba, ¿Qué le diría a JungKook?
- ¿De verdad piensas que te tengo miedo? ¡No pienso salir de aquí!- se cruzó brazos, observando como Jimin revisaba nuevamente el cuerpo de NamJoon.
- ¿Y si yo te saco a la fuerza?- Sook se quedó tiesa en su lugar al oir aquella voz, incapaz de ver a sus espaldas bajó la mirada y cerró los ojos.
- JungKook...- susurró, sintiendo como el susodicho se paraba en frente de ella.
- Me aparté de él para no seguir arriesgando su vida- los ojos se JungKook alojaban rabia, rencor y odio- Solamente eres una maldita miserable.
- Lo hice por tu culpa- Sook alzó la mirada, viendo enfurecida a JungKook- ¡Todo lo que hago es tu maldita culpa!
- ¿Cuándo entenderás que sólo me das asco?- la chica se quedó muda, adolorida por lo que acababa de escuchar, y en su garganta se formaba un nudo- Desaparece de una vez por todas- JungKook caminó hasta donde se encontraba NamJoon, sufriendo en silencio por ver al pelinegro en ese estado, lo cargó cómo pudo, dispuesto a llevárselo de ahí.
Sook se llenó de odio al ver tal escena, sabía las intenciones que tenía JungKook- Prefiero morir antes que dejar que estés con ese humano rastrero- escupió sus palabras con asco, queriendo lanzarse sobre él y golpearlo hasta el cansancio.
JungKook la ignoró y salió de la habitación, escaleras abajo, en dirección al lugar donde se estuvo escondiendo todo este tiempo, Sook tuvo las intenciones de salir detrás de ellos y hacer lo posible para alejar al humano del pelinegro, pero Jimin la detuvo apenas se dio cuenta de lo que quería hacer.
- Ya te has humillado lo suficiente, al menos trata de quedarte con algo de dignidad- Jimin salió de la habitación dejando esas palabras, cerró la puerta detrás de si, dejando a Sook dentro de la habitación consumida por la rabia y el dolor.
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