Capítulo 4

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Podría morir


El pelinegro de ojos violeta no había vuelto en tres días, no volvió a saber de él, lo peor era que no podía sacarlo de su mente, la manera tan extraña en que se comportó aquella noche. NamJoon se preguntaba por qué no había vuelto.

La puerta volvió a ser abierta por cuarta vez en el día, NamJoon se encontraba en una esquina de la habitación, abrazando sus piernas y con la cabeza gacha, pálido, con unas ojeras enormes y muerto de dolor.

- Ven aquí- NamJoon alzó la cabeza- Aliméntame- por la puerta pasó TaeHyung, por segunda vez en el día, el pelinegro no se sorprendió, era el que más venía, hace tres días le había comentado que lo haría muy seguido, ya que le gustaba ir y clavar los colmillos en sus brazos y piernas para escuchar sus gritos de dolor y que pidiera clemencia, hasta que él se saciara.

NamJoon fue gateando hasta quedar enfrente del rubio, pocas fuerzas tenía para hacerlo, mucho menos podría levantarse.

TaeHyung lo tomó del antebrazo e hizo que se levantara, luego de manera brusca lo sentó en una de las sillas de la habitación y sin previo aviso clavó sus colmillos en su pierna derecha. NamJoon se sintió desfallecer, sentía como su alma salía de su cuerpo mientras la poca sangre que yacía en su cuerpo era absorbida por el vampiro. No gritó, no lloró y no pidió la compasión de aquel monstruo que encontraba satisfactoria cada expresión y palabra de dolor que el pelinegro solía hacer.

No satisfecho por el dolor causado en el cuerpo de NamJoon lo tiró al suelo bruscamente, puso uno de sus pies sobre el pecho del pelinegro y ejerció fuerza sobre él, haciéndole difícil el poder respirar, le miró con desprecio y sin más se fue de la habitación dando un portazo.

NamJoon arrastrando su cuerpo pudo llegar a la cama, se recostó en ella, agonizando de dolor.

Ya para el atardecer el dolor del pelinegro no había cedido, su cuerpo seguía quemando y sentía miles de cuchillos apuñalando su cuerpo, aquel sentimiento de tristeza y decepción punzante en su pecho seguía presente y sus ganas de llorar también, no entendía por qué la vida le jugaba de manera tan rastrera, él no merecía esto.

NamJoon entró un limbo, el sol había desaparecido y la luna estaba en su punto más alto, no ha podido pegar un solo ojo en todo este tiempo, el dolor tampoco se lo permitía, pensar no lo ayudaba en nada y estar en ese estado lo empeoraba todo. Hablando solo soltó las siguientes palabras- Me arde, siento que estoy muriendo- era cierto, se estaba muriendo, a parte de todo lo sucedido, de su estado físico, también estaba sediento y hambriento, llevaba ya cuatro días en ese lugar, ni siquiera sabe cómo ha logrado mantenerse en pie todo este tiempo, salvo un par de desmayos que tuvo. Su estado de ánimo estaba por los suelos, se quedaba viendo cierto punto sin pensar en absolutamente nada, con la mente en blanco.

Comenzó a llover, como aquella noche en la que desafortunadamente se cruzó con esos sujetos, le gustaba la lluvia, pero en estos momentos solo hacia sentir peor, el sonido de las gotas caer no era suficiente para sacarlo de un pensamiento totalmente desequilibrado, seguía mirado al techo pensando en nada y a la vez en algo pero no sabía el que, se cubrió con las mantas, temblaba de frío.

De repente un ruido extraño proveniente de afuera lo hizo alamar haciendo que girará en dirección a la puerta, con temor de que alguien viniera de nuevo, aunque no acostumbraban a venir por las noches. NamJoon seguía mirando, nadie entraba, se recostó de nuevo con la intención de conciliar sueño, pero no contaba con que un cuerpo chocará contra el suyo haciendo que se pusiera alerta.

Unlucky Number |KookNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora