Capítulo 15

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Cada palabra de amor, cada beso, cada caricia, todo lo que ese pequeño le había ofrecido había sido actuado?, lo había manipulado de tal forma que no le importaba nada, lo único que deseaba es que el lo amara, hervía de rabia, su pequeño milagro había jugado con el corazón que tontamente le había regalado, y aún a sí el seguía dispuesto a luchar por ese amor.

Si Bum quisiera jugar con el, aceptaría cualquier juego cualquier manipulación, el era su mundo completo, si su pequeño milagro le exigía degradarse, arrodillarse y arrastrarse a sus pies no dudaría ni un segundo en hacerlo.

Y ahora un fantasma regresaba para quitárselo, no era justo nada en esta vida era justa para el, la muerte de su padre, que se pusiera en duda su criterio como oficial,  y ahora le arrancaban el amor de su vida.

Las lágrimas corrían por sus ojos rojos llenos de desprecio al mundo,  nada era justo el siempre fue correcto,  propio y buscaba justicia, pero nada de eso parecía importarle al mundo que se empeñaba por demostrarle que ser bueno era lo peor que podías aspirar, en cambio cada maldito, voiolador,  asesino y corrupto tenían la felicidad en sus brazos.

La imagen de ese demonio sobre su Bum lo atormentaria el resto de su vida, y las palabras que él pequeño había dicho lo lastimaban de tal forma que no volvería a amar a nadie,  quería venganza y recuperar lo que era suyo,  porque Bum lo era.

Regresó al hospital para encontrarce a la pequeña enfermera saliendo de su turno, llena de alegría,  que poco le importaba a él.

—pensé que se había retirado oficial.

La miró sin mirar,  tal vez ella podría mantenerlo informado de todo lo que hacía ese maldito rubio en el hospital.

—quedamos en ir por un café,  pero que te parece mejor un trago,

Ella aceptó encantada, su corazón palpitaba de la emoción,  se sentía demasiado atraída por el,  y erróneamente pensaba que el sentía lo mismo.

Caminaron sin rumbo saliendo del hospital uno con sueños de justicia mezclados con venganza y la otra con sueños de un amor único y feliz.

La mañana lo despertó con la peor resaca de su vida,  no recordaba como había terminado en su casa, pero al abrir los ojos observo el techo razo tan familiar y las emociones del día anterior lo inundaron de dolor, las lágrimas corrieron por las comisuras de sus ojos al recordar que su Bum había aceptado a ese maldito,  pero el corage lo inundó de nuevo, con la determinación de recuperarlo, y en ese momento se sobresalto al sentir un pequeño cuerpo desnudo a su lado,  la pequeña enfermera se removió.

Despertandose de un sueño que se convertiría en una pesadilla para los dos al aferrarse a un sentimiento que no existirá jamas.

-Buenos días yang
 
Se incorporó mostrando su figura bien proporcionada y llena de marcas.

—Anoche fue maravilloso,  no pensé que fuéramos tan rápido.

Las mejillas sonrojada y las marcas visibles le dieron la respuesta, el había traicionado a Bum, se sentía de esa forma, había tratado de borrar las caricias y el sentimiento de tener el cuerpo del ser amado con otro, más miserable se sentía.

—lo siento, fue un error

La cara se transformó en una de dolor y pena por parte de la pequeña enfermera

—yo no lo veo, ni lo siento como un error, los dos somos adultos y nos deseábamos

La cara de horror de Seungbae era tan lamentable, no quería escuchar lo que esa mujer decía.

—No!. Basta, fue un error, no te deseo, eres atractiva pero yo estoy enamorado de alguien más.

Fue indignación lo que lleno el pequeño cuerpo, una pequeña y milésima chispa de odio despertó dentro de ella.

—Si amaras tanto a esa persona esto no hubiera sucedido.

Se levantó cubriéndose con la sabana mientras recogía su ropa con toda la dignidad que le quedaba.

—Yo estoy dispuesta a tener algo serio, pero si tu no lo deseas a sí no voy a insistir.

Se quedo con las manos cubriendo su rostro, y el corazón desgarrado, ¿que había hecho? , a pesar de la confesión de Bum, el sabía que su pequeño no podía estar hablando enserio y que hizo emborracharse y acostarse con cualquiera.

Camino par las calles de Seúl con las lágrimas bajando por sus mejillas, tontamente se había sentido en el cielo, al ser tomada por el oficial, creía que el amor a primera vista si existía pero la había humillado, había tomado su cuerpo sin ninguna clase de sentimiento, la rabia la invadía, quien seria la persona que Seungbae amaba, no podía ser posible si ella era un sueño para cualquier hombre.

Toda su vida lo había sido, comprensiva, amable, trabajadora y hermosa!
Fue dado de alta, el despliegue de dinero y poder lo abrumaban no hicieron preguntas sólo recibieron la cuantiosa cantidad que Sangwoo había dado, y ya se encontraba rumbo a la mansión que muy probablemente sería su calabozo de tortura.

Atravesó el vestíbulo y subió a la habitación para encontrar al rubio solo ataviado con una bata de satín, que dejaba ver su cuerpo siempre bien trabajado.

Lo vio acercarse a la gran cama mientras tomaba asiento y separaba las piernas mostrando la desnudez debajo del satín negro, su miembro erecto a la vista, no lo recordaba tan grande.

—sabes lo que tienes que hacer, me lo juraste.

Trago saliva, que le corto la garganta, pues los nervios estaban a flor de piel, todo su pequeño cuerpo le advertía que tenía que correr.

Sin pensarlo más se acercó hasta el, arrodillándose entre sus piernas, y sin protesta, ni esperar nada más comenzó su trabajo.

La cabeza junto a medio cuerpo de Sangwoo se arquearon hacia atrás al sentir la lengua de su ángel envolviendo su miembro, los pequeños labios lo succionaron como antaño y se sintió eufórico, al punto de tomar la cabeza del peli negro y el mismo marcar el ritmo de la felación, no se dio cuenta de las lágrimas que bajaban por las mejillas de Bum, en ese momento sólo le importaba la sensación de años atrás.

El ritmo aumentaba cada vez más rápido, sentía que se ahogaba esa cosa le lastimaba la garganta junto a la presión que las grandes manos de su ahora amante apretaban su cráneo, sintió cuando el terminó, todo el líquido espeso inundó su boca y la imagen de Seungbae lo acribillo con fuerza.

—trágatelo todo!
La voz en éxtasis le ordenó hacerlo sin replicar.

—Muy bien mi pequeño.
Beso sus labios como si fueran una pareja de enamorados, felices y sin ningún problema

—quiero hacerte el amor, pero acabas de salir del hospital, no queremos otra recaída verdad?

—no cariño, quiero estar bien para ti.

Fue su única respuesta pues todo su autocontrol lo estaba llevado al límite porque su cuerpo se llenaba de asco por sí mismo.

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Que les puedo decir, solo que perdón por no actualizar, esto de trabajar con un horario quebrado es horrible 😭



Acechando y PotegiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora