¡ 12 ⚝ la puerta a la felicidad !

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Conciliar el sueño nunca había sido tan difícil, hasta esa silenciosa madrugada donde al cerrar los ojos llegaban grandes incógnitas que tenían miles de respuestas pero ninguna con certeza.

Aunque Jeongin esperó con paciencia una respuesta por parte de la somnolienta voz de su pareja, no la tuvo, ni en la mañana del lunes, ni en la noche cuando se vieron después de un largo día. Evitaron el tema durante tres días, el niño parecía no darse cuenta de la tensión que lo rodeaba, pues su futuro estaba en la decisión de dos adultos con pensamientos que iban en direcciones totalmente contrarias.

Un viernes cuando a Hyunjin le dieron la tarde libre, el rubio se dedicaba a peinar a Woni con un peine especial por si había algún bicho intruso.

— Tu cabello se está poniendo muy fuerte, Woni, ya no se cae tanto como antes.

— Woni come zanaboria como Idon Man —dijo señalando sus calcetines del súper héroe, él solito los había elegido.

Iron Man —corrigió con diversión.

¿Inor Man? —volvió a mover sus piecitos confundido; nah, para él era claro que JinJin estaba equivocado.

Desde la habitación principal, observando sus plantas que comenzaban a florecer poco a poco, Jeongin se dedicaba a practicar lo que iba a decirle al rubio, entre sus diálogos estaban todas las opciones que tenía pensadas, pero el timbre del apartamento interrumpió su escenario ficticio.

Fue hasta la puerta, recibiendo a un sonriente castaño de anteojos vistiendo casualmente.

— ¡Chan! Bienvenido.

— Hola, Jeongin, es bueno verte de nuevo, ¿qué tal han estado? —con un apretón de manos pasó a la sala, encontrándose con Hyunjin que alzaba una mano en un saludo, ajustando sus anteojos cuando llamó la atención del infante— Tanto tiempo.

— Chan, él es Woni —señaló Yang a sus espaldas.

Dejando su maletín a un lado de los sillones, se acercó al menor a una distancia considerable.— Veo que tiene mejoras, la diferencia es muy grande al primer día. Están haciendo un buen trabajo, pero para asegurarnos haremos un chequeo.

El menor entrecerró sus ojos viendo atentamente como el señor de rulos sacaba de su maletín una nariz roja y una corbata azul donde podía meter su mano que era bonita porque tenía una cara.

— Hola, Woni, mi nombre es Channie y soy un doctor, él es Wolfchan, mi asistente —metiendo su mano en la corbata-marioneta, la dobló en una reverencia, algo que le causó gracia al pequeño pelinegro, logrando que sonriera—. ¡Mira, Wolfchan! Está sonriendo, ¿significa que podemos revisarte ahora, Woni?

Apartando su mirada del desconocido de nombre Chan, la llevó a Hyunjin, y este al ver la inseguridad y duda en sus ojos, decidió animarlo.— No es nada malo, él es como el doctor pato que cuidó al koala. Mira, están en la televisión.

Y como señalaba, el canal infantil transmitía una canción de doctores que Bang conocía muy bien; y cuando Woni estuvo listo y seguro, se alejó del rubio para acercarse a Chan, este ya había adoptado una posición cómoda, sacando de su estuche de iguana su estetoscopio.

— Vamos a escuchar tus pulmones, tienes que respirar hondo hasta inflar tu pancita, y cuando te diga sueltas el aire muy despacio.

El azabache asintió a las palabras del doctor, sintiendo como levantaban poco después su camisa amarilla y ponían una cosa fría en su espalda.

— Respira —indicó, Jeongin estaba detrás del mayor para guiar a Woni, que lo miraba atentamente para no equivocarse—. Exhala —soltó el aire con sus mejillas infladas, sacándole una sonrisa al pelinegro mayor por lo tierno que se veía—. Respira.

── we are jaune !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora