¡ 2O ⚝ señor sol y señora luna !

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Dentro de la oficina del detective solamente se encontraban Hyunjin y Jeongin, ambos procesando la información que se les había brindado una hora atrás sobre la madre de su pequeño. Los otros dos habían salido para darles un momento.

Changbin había identificado al menor al verlo, sabía que era el mismo al que había sacado del incendio dos años atrás, su memoria era bastante buena, por esa razón había llegado por él para identificarlo según el protocolo, tal como lo hizo con aquellos infantes que se quedaron sin un hogar y sin tutores, además de que se trataba de uno de los miembros de una familia importante que lo creía muerto. Todo era por y para su seguridad.

El rubio dejó escapar un suspiro exhausto antes de tomar la carpeta porque su esposo no se atrevía, leyendo él mismo cada apartado. Al querer enterarse del nombre sólo leyó el apellido, se trataba de un Park; sabía que las personas que poseían tal apellido solían ser de un estatus bastante alto, casi como celebridades.

— Parece que su familia, si es que pueden llamarse así, la abandonaron.

Jeongin sintió una fuerte punzada en el pecho, también creía que había sido abandonada por esa gente, él tampoco tuvo una familia, no antes de Hyunjin, imaginarla completamente sola sin nadie que la apoyara más que un pequeño Woni pidiendo agua le rompía el corazón, tanto que podía sentir las lágrimas descender.

— Recuerdo que estuvo en todos los noticieros, realmente fue una gran tragedia —continuó Hwang.

De repente, el azabache había volteado hacia él con los ojos bien abiertos, para después buscar en su celular.— ¡También lo recuerdo! Pasaban fotografías para buscar familiares, entre ellos había una joven que habían identificado como Park Jihyo. Fue una controversia porque se trataba de la hija menor de la familia Park, los que manejan grandes sucursales a base de su empresa —mencionó con la vista fija en la pantalla de su celular—. ¡Mira! Aquí hay fotografías de ella.

Hyunjin se acercó aún más a su esposo para observar las fotografías. Debían admitir que el parecido entre ambos era innegable; los ojos eran grandes, brillantes, negros como el ébano y transmitían inocencia, su cabello igualmente azabache, la sonrisa era sin duda idéntica, bastante amigable. Investigaron un poco más, descubriendo que hacía donaciones en hospitales, orfanatos y albergues, tenía títulos de reconocimientos aunque le faltaba por graduarse. Concluyeron así que era una persona admirable y de gran corazón.

Algo que llamó más su atención fue que ella había colocado un parque, el mismo donde habían llevado a Woni hacía unas semanas, ¿acaso ella lo hizo para llevar a su pequeño cuando tuviera edad? Seguro habría sido feliz de verlo correr y reír entre los juegos.

— Woni tenía a una increíble mujer por madre.

El mayor asintió de acuerdo a sus palabras, estaban más que seguros de que ella había amado infinitamente al menor hasta el último aliento, además de haber sido responsable, haciendo todo lo posible para mantenerlos de pie.

Tener un hijo no era una bendición como todos decían, era un privilegio que muchos no entendían y aún así obtenían.

Dejaron el celular cuando Minho y Changbin ingresaron a la oficina, esta vez con dos tazas de café humeante para entregarles, agradecieron y esperaron a que el castaño hablara nuevamente.

Changbin tomó asiento tras el escritorio para dirigirles la mirada.— Dada las circunstancias y que ustedes planean adoptarlo, vamos a comenzar. Pero tienen que saber una cosa —dijo antes de darle la palabra al peliblanco.

— El procedimiento legal es un poco largo y complicado, pero tenemos varias cosas a nuestro favor y también testigos para que no sobrepasen los doce meses, mientras todo se lleve acabo el infante tendrá que mantenerse en uno de los edificios que tenemos para los niños en proceso jurídico —terminó por decir de forma profesional, manteniendo un tono tranquilo y amable.

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