Normalmente en febrero las personas se esforzaban para ser detallistas con las personas que amaban, especialmente con sus parejas, mientras que otras sólo se dedicaban a observar desde la silla de la soledad como Jeongin, él no entendía el motivo de las personas por gastar tanto en otras, no entendía el amor.
¿Qué sentido tiene el amor si al final del día va a desaparecer? Como el polvo entre sus manos, como las estaciones con etapas que llevan al mismo invierno desolado. Tal vez sus pensamientos se debían a que con sus padres, quienes se suponían eran la primordial base de amor en su vida, nunca existió ni por accidente.
Jeongin tuvo que dejar atrás los dieciséis años y entrar a los diecisiete para conocerlo poco a poco, con mucho cuidado y paciencia hasta que, después de terminar sus tareas pendientes, pasaba en vela la noche sólo para hacer el detalle más bonito que existiera para su novio en la fecha de corazones y chocolates. En ese entonces, el amor le dió la mano para guiarlo cuidadosamente.
Hacía cartas largas expresando cada uno de sus sentimientos, compraba accesorios porque a su novio le gustaban mucho, también le compraba peluches de sus series favoritas, no sabía que podía ser tan detallista y dedicado pero lo era, le llenaba de alegría ver en Hyunjin una emoción casi infantil al recibir tantos obsequios bonitos con significados especiales.
Jeongin entonces pensó que el amor era Hyunjin.
Cuando el mayor de ambos aprendió a cocinar, le preparó sus postres favoritos, en cada almuerzo Hwang tenía una caja con los dulces favoritos del menor hechos solamente para él, aunque terminara comiéndolos él también ante la insistencia de su adorable novio. Entonces un trece de febrero, Jeongin intentó prepararle su postre favorito también.
Yang no tenía conocimiento alguno de la cocina porque su mesa siempre estaba servida, pero se arriesgó y le pidió a su cocinero que le dejara la cocina libre para esa tarde. La harina terminó en el gran mesón, habían diez huevos en el suelo, grandes ollas acumuladas y utensilios llenando el lavabo, y el horno peligraba cuando metió la bandeja a espera de su preparación.
Él realmente había hecho un pastel completamente solo, o lo había intentado, porque era todo menos uno; al abrir el horno y sacarlo sólo encontró algo que no se veía apetitoso, pero pensó que podía arreglarlo una vez estuviera decorado decentemente. Jeongin era bueno decorando, y al terminar quedó satisfecho al verlo, ahora sólo tendría que esperar al siguiente día.
Su cita era en un mirador antes del atardecer; conversaron, rieron y también cantaron las canciones del momento que Hyunjin se había descargado en su celular. En el momento de los regalos, Jeongin recibió una cajita con anillos de pareja, se veían bastante caros y lo eran, reconoció la marca y Hyunjin le dijo que había ahorrado un poco de sus trabajos extras porque a su novio le encantaban los anillos.
El de ese entonces rubio se emocionó tanto que lo besó multiples veces, no sólo por el precio del objeto sino por el hecho de que se había dedicado a conseguirlos, entonces se sintió avergonzado de su regalo, era tan poco a comparación que estuvo a nada de esconderlo.
Pero el mayor insistió en que amaría absolutamente todo lo que le diera, al mostrarle su pastel los ojos del pelirrojo brillaron con emoción y una encantadora sonrisa iluminó su rostro, Jeongin estaba a punto de llorar cuando dió el primer bocado porque sabía que no estaba delicioso, no se comparaba ni con la comida de la cafetería.
Observó atentamente las reacciones de su novio y en ningún momento cambiaron, seguía emocionado y comía degustando cada pedazo que llevaba a su boca. En el atardecer congelado desde el mirador, Hyunjin dijo que era el primer pastel que le hacían y que era el más delicioso que había probado por una razón, lo hizo Jeongin y eso era suficiente, lo hizo sólo para él y se esforzó porque lo amaba.
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── we are jaune !
Acakhyun + in ⚝ el poseedor de unos pequeños ojitos llegó a la vida de hyunjin y jeongin para ganarse sus corazones y así crear un bonito color; el amarillo. ❛ el color favorito de todo lo contradictorio, o del optimismo, al igual que de los celos... es...