Las cortinas entreabiertas dejaban pasar el sol de la mañana iluminando la habitación y con ello el rostro de Seokjin, quién se removió entre sueños hasta esconder el rostro en el pecho del moreno junto a él.Namjoon despertó lentamente, atrayendo más cerca a su compañero, apegándose a su cuerpo desnudo después de haberse demostrado esa noche de diversas maneras lo mucho que se gustaban.
– ¿A qué hora es la reservación? –preguntó Jin, con su voz sonando ahogada pues no había salido de su escondite.
– A mediodía.
– Diablos debería irme entonces.
Esa frase terminó de despertarlo.
– ¿Qué? ¿Por qué?
– No pretenderás que vaya a comer usando lo mismo de anoche...
– Lucías bastante apuesto.
– ¿Y por eso volviste a desgarrar los botones de mi camisa?
– Oops... –la sonrisa en su rostro demostraba que realmente no estaba arrepentido– podrías ponerte algo mío.
– ¡Tu ropa me queda enorme!
– Mi ropa se te ve sexy.
– Eres un caso perdido –alegó un divertido Jin y lo besó en los labios antes de salir de la cama con destino al baño.
Observando su trasero desnudo, Namjoon reflexionó sobre cómo habían llegado a este punto.
Para nadie resultará sorprendente saber que la primera cita terminó con ellos en un hotel. Esa noche también confirmó que se complementaban de forma perfecta y, aunque no rompieron la cama, en un inesperado y desafortunado accidente, Namjoon quebró la ducha teléfono (anécdota que jamás le confesaría a Yoongi o a Hoseok, pues desde que había descubierto lo de sus apuestas, disfrutaba de ver cómo mes a mes Yoongi perdía su dinero frente a Hoseok).
La segunda cita fue unos días después, pero esta vez fue Jin quién eligió el restaurante. La tercera y cuarta fueron similares, pero fue en la quinta cita donde Jin le invitó a cenar a su hogar y probó por primera vez las delicias que este podía hacer con sus manos, enamorándose completamente de su sazón.
De pronto empezaron a verse más y más, a veces en la casa de Jin, a veces en el departamento de Namjoon, a veces en restaurantes con estrellas Michelín, pero en otras recorriendo Seúl en bicicleta.
Un día como cualquier otro Namjoon se encontró con un cepillo de dientes haciéndole compañía al suyo y él dejó casualmente un pijama en casa de Jin (más por demostrar algo, pues rara vez terminaban la noche vestidos).
En ese tiempo Namjoon descubrió que Seokjin era un pésimo rapero, aunque indudablemente le gustaba rapear, que gritaba mucho cuando jugaba videojuegos, que no era mentira que tenía un computador de última generación de K-Tech, que al dormir mantenía una sola posición, sin moverse más que cuando estaba por despertar, que podía hacerlo enfadar de verdad si opinaba de su forma de conducir, que cuando estaba muy estresado se encerraba en la cocina y cocinaba tanto que podría alimentar a un campamento, que le gustaba escaparse a pescar o a los campos de su familia a cosechar frutas de temporada, que cuando tenía hambre pestañeaba más de lo normal... y que era aún más dedicado y entregado a él de lo que jamás imaginó.
Al cumplir 100 días junto a él, Namjoon quiso sorprenderlo organizando una cena en casa donde intentó cocinar y terminó con ellos comiendo en un restaurant nuevo que estaba a la vuelta de la esquina y una remodelación de su cocina (se consolaba pensando en que siempre quiso mesones de granito negro).
También fue esa la noche donde Namjoon le pidió formalmente que fuera su novio. Jin obviamente dijo que sí... después de fingir meditarlo durante un minuto o dos.
Por eso ahora, 200 días después de su primera cita, a los 100 días de su noviazgo, planearon un almuerzo bastante especial.
Cuando Namjoon llegó al restaurante del club de golf donde sus padres solían reunirse, se encontró con que ellos conversaban alegremente. Su padre halagaba a Seokjin por sus logros obtenidos en el último tiempo y su suegro sonreía orgulloso mientras le palmeaba la espalda.
– Oh, Namjoon –el padre de Jin fue el primero en notarlo y saludar– bienvenido, bienvenido.
– Hijo –su padre saludó también– supongo que quieren presumirnos los excelentes resultados de su colaboración, ¿Verdad?
– Fue una excelente idea juntarse, si que lo fue.
– Por supuesto que sí, Seokjin ha logrado hacer despegar su empresa como nadie antes –comentó su padre.
– Claro, claro, pero seguro no hubiese aceptado si acaso Namjoon no hubiese hecho crecer a K-Tech como ninguno de sus predecesores pudo –contraatacó el padre de Jin.
Y ahí estaba, la admiración ciega por el hijo del otro mezclado con la típica rivalidad que compartían desde que estudiaron juntos. Namjoon sólo rió y tomó asiento junto a Seokjin, llamando inmediatamente al mesero para hacer su orden (y desviar la atención de sus padres antes de que empezaran a discutir en serio).
Dejaron que la cena transcurriera con tranquilidad, entre conversaciones cabales, con las bromas del padre de Seokjin alternándose entre la charla, sacando las risas de todos y logrando que comprendiera de dónde había sacado Seokjin su particular sentido del humor.
Fue cuando llegó el postre que realmente Namjoon no aguantó más.
– Papá, señor Kim... en realidad los reunimos por una razón en particular.
Hizo una pausa dramática donde todos los presentes bajaron los cubiertos para prestarle atención.
– Hemos descubierto más que el potencial de nuestras compañías –Namjoon tomó la mano de Seokjin y posó ambas sobre la mesa, con sus dedos entrecruzados– en realidad también descubrimos quienes somos como personas y lo compatibles que somos juntos.
Otra pausa, tratando de recordar el discurso que había preparado en su mente mil veces durante el día.
– Papá, señor Kim...
– Estamos juntos. Somos novios –le interrumpió Jin, soltando la bomba al fin, incapaz de seguir manteniendo la tensión que Namjoon había creado.
Por suerte para ellos, el almuerzo terminó sin ambulancias involucradas, sólo un caso grave de indigestión.
🐨💥🐹
– Tal vez debimos decirles antes del postre...
– ¿Y desaprovechar toda la comida que ya había pagado? No, gracias –respondió Namjoon, sacando las risas del mayor, quién se inclinó para besarlo con una sonrisa divertida en el rostro.
– Te quiero, Namu. Eres lo mejor que me pasó desde que debutó TXT.
– Y yo a ti, Jinnie. Eres lo mejor desde el K-Phone 10.
Y entre risas, se desvistieron el uno al otro, listos para entregarse entre sí y luego a los brazos de morfeo.
🐨💥🐹
Y es el fin ♥️ O no tan fin? Jajaja
La verdad es que había pensado en una segunda parte para Haters! que finalmente se convirtió en un extra cortito para terminar de atar algunos puntos ♥️ así que nos vemos la próxima semana!
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Haters! - NamJin [ Terminada ]
RomanceCuando Kim Namjoon tomó el mando de K-Tech, la empresa que ya iba en alza, sólo pudo subir y subir hasta hacerse una de las más grandes compañías de tecnología a nivel mundial. Cuando Kim Seokjin tomó el mando de Jin Hit Entertainments, la empresa e...