Capítulo 12: Cosquilleo en la columna

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Nuevamente fue Namjoon quién besó a Seokjin, enterrando sus dedos en la cadera del otro para atraerle más cerca. Seokjin no perdió el tiempo para enredar sus brazos tras el cuello de este, jalándole ligeramente el cabello mientras era empujado sobre la mesa de la sala de reuniones, donde pudo sentarse y abrir las piernas para que el moreno quedase entre ellas.

Namjoon estaba siendo más brusco que la primera vez, frotándose descaradamente contra él, sacando la camisa de su pantalón para colar sus manos debajo y así acariciar la suave piel de su espalda, deteniéndose momentáneamente al descubrir la exquisita curva que formaba su cintura.

Odio que seas tan atractivo, Kim –gruñó contra su boca.

Oh, puedo serlo aún más estando desnudo –respondió este con descaro, sacando del bolsillo de su chaqueta un preservativo y un sobre de lubricante de un solo uso.

Fueron las voces en el exterior las que les hicieron ser conscientes de dónde estaban y el tan característico gesto de un Namjoon enojado se dejó ver, tragando saliva hasta hundir sus mejillas. Se alejó de él con dirección a la única salida.

No te atrevas a irte, Namjoon –exigió Jin al verle tomar el pomo de la puerta, pero toda la respuesta que recibió fue un clic que resonó cuando este pasó el seguro.

Hmmm... me aseguraré de que seas tú quién se vaya primero –respondió en un evidente doble sentido.

Jin observó fascinado al moreno cuando volvió hacia él. Su masculinidad natural se complementaba e intensificaba con el gesto de enfado que traía. Deleitó especialmente su vista cuando este se quitó la chaqueta del traje y la colgó con parsimonia en el espaldar de una silla contigua.

Espero que sepas controlar los gemidos, princesa, porque no seré suave contigo.

Namjoon nuevamente estaba devorándolo mientras lo desvestía descuidadamente. Sólo se aseguró de no perder ambos sobres antes de hacer la ropa de Jin volar hasta caer al suelo, sin siquiera dejarle procesar que le había llamado princesa ni lo mucho que esto le había gustado.

Desabotonaron sus camisas con dedos ansiosos, Jin estaba seguro de que al menos dos de sus botones habían volado por los aires. Tal vez si estaba en un fanfic como había sugerido Jimin, porque de otra manera no se lo explicaba, ni tampoco en qué momento había pasado a tener a Namjoon besando su cuello y más abajo, haciéndole arquearse mientras lamía sus pezones y desabrochaba su pantalón.

Moría por probar a Namjoon ahora mismo, moría por arrodillarse frente a él hasta que las lágrimas corrieran por sus mejillas de tan llena que estaba su boca, pero también sabía que esa podía ser la trampa con la que lo atrajera la siguiente vez. Por ello dejó de darle vueltas al asunto y volvió a centrar su atención únicamente en lo que Namjoon le hacía.

Los pantalones –demandó, retirándose un paso para darle espacio y, a su vez, soltar su cinturón y abrir su pantalón ante la atenta mirada de Jin.

El más bajo no dudó en seguir su orden, parándose frente a la mesa y dejando caer todas las prendas que protegían su parte inferior. Las manos de Namjoon en su cintura le obligaron a voltearse y pronto le indicó que apoyara su pecho sobre la mesa, dejándolo expuesto y accesible.

Espero que estés preparado, princesa –gruñó mientras embadurnaba sus dedos en lubricante– porque no he parado de pensar en tu culo y estoy ansioso de enterrarme en ti.

Un dedo se abrió paso con cierta dificultad, pero no pasaron demasiados minutos antes de que tres de ellos estuviesen entrando y saliendo de él, con el lubricante suavizando sus movimientos.

Hazlo ya, joder, estoy listo –clamó Jin, y Nam se alejó para ponerse el preservativo y posicionarse en su entrada. Pero aunque lo pensara, realmente no estaba preparado del todo y no pudo evitar un gemido que escapó de sus labios cuando este entró lentamente en él.

Namjoon era grande, lo suficiente como para sentir como todas sus paredes se estiraban con la intromisión y, sin importar el ángulo, rozaba directamente con su punto dulce, aunque se quedó quieto hasta que el propio Seokjin fué el que empezó a moverse, clavándose por su propia cuenta en él.

Lo dejó ser por un rato, disfrutando de la vista, de cómo su piel blanca hacía desaparecer su carne más morena hasta la base.

Oh, joder, muévete.

Pídelo por favor.

Por favor, daddy.

Y aunque Namjoon no estaba particularmente interesado en esa clase de Kinks, no pudo negar lo mucho que se encendió con ello.

Los minutos pasaron presurosos y con ello la intensidad del alto alcanzó su punto más álgido.

Namjoon fue consciente del cosquilleo que recorría toda su columna vertebral anunciando su próximo cúlmine, pero era un hombre de palabra y no se dejaría llevar hasta ver al hombre bajo él retorcerse y clamar por piedad. Por ello soltó sus caderas, que era como estaba dirigiendo sus embates y rodeó la erección del contrario con una mano, masajeándole exactamente como este se lo había pedido en el baño, jugando con su pulgar en la punta hasta que Jin no fue más que un amasijo de jadeos y placer, derramándose sobre la mesa y el piso mientras este no dejaba de empujar una y otra vez, cada vez más duro.

Nam, oh, Nam. No puedo más –jadeó un agotado Seokjin cuando sus movimientos se volvieron erráticos y desenfrenados, con su propio clímax golpeándolo como un tren y dejándose caer sobre la espalda del mayor, con puntos blancos flotando frente a sus ojos incluso cuando los hubo cerrado.

Dios –Jin se removió bajo él para besarlo lento y sensual mientras podía sentir como su erección iba perdiendo fuerzas hasta salir de la cavidad donde aún se mantenía oculto.

Namjoon se quitó el preservativo y lo anudó, sin encontrar un lugar mejor para dejarlo que en sus bolsillos, mientras los pasos y murmullos de la gente que pasaba fuera volvían a llenar sus sentidos antes embotados por la acción.

Se vistieron en un silencio cómodo, cómplices de que lo ocurrido sucedió de mutuo acuerdo pues ambos lo buscaban.

Debo irme. Tengo una reunión importante a la que asistir y aún debo pasar por la tintorería a buscar otra de mis camisas –dijo, señalando los botones faltantes de la que traía– pero recuerda que no importa lo mucho que trates de evitarme o cuánto creas odiarme, Kim Namjoon. Te gusto y deberías hacer algo al respecto.

Así que luego de besar su mejilla salió de ahí, intentando disimular de la mejor forma posible que no podía caminar derecho.


🐨💥🐹

Se viene The Astronaut y no estoy preparada 😭😭😭 ustedes lo están?

Mi bebé se ve tan precioso en las fotos que han ido subiendo 🥺

Por cierto, mi teoría es que Chris Martin siente algo por Jin 🌚 próximo fic: JinxChris jaksjsksjsk se imaginan??  (Eeeeh... la verdad si se me ocurrió uno 🙈 pero estoy entretenida escribiendo un nuevo long fic así que no creo que logre sentarme a escribir otra cosa en el corto plazo 🙈🙈)

Haters! - NamJin [ Terminada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora