33.

5.5K 806 205
                                    


Capitulo treinta y tres.



Ellen



—Ciertamente, nunca espere encontrarte aquí, en mi casa—sostengo en silencio sus palabras mientras sigo el bonito sendero de piedras que va alejándose de la casa mientras marca un camino alrededor de ella, en espiral.



—¿Por qué? Considerando que aceptamos conocernos, supongo que las visitas serian así—comento.



—Ya estaba planeando mi próxima visita—admite—. Pero lo cierto es que nunca espere que vinieras.



—¿No quieres que venga? —pregunto directamente deteniendo mis pasos.



—No es eso—niega parándose a un paso de distancia—. Es solo que venir aquí, a verme, significa dejar aquello que amas, al menos por horas. Y nunca espere que hicieras esa concesión por mí, al menos no tan pronto.



Resoplo volviendo a retomar la caminata. Entendía su punto puesto que ni yo misma hubiera pensado que haría algo así, no tan rápido en nuestra situación.



—Amo a mis hijos, pero no los abandone, solo uso el tiempo donde ellos están muy ocupados para mi favor—explico—. Y venir aquí fue el primer pensamiento que tuve cuando quise despejarme.



Haniel asiente y no pregunta al respecto y de igual forma mi mente ya había formulado una respuesta lógica y concisa, esperando que el hombre a mi lado preguntara y se entrometiera. En cambio, el silencio que me regala, es nuevo.



—Cuando quiero despejarme, voy al bosque—comenta y lo escucho en silencio—. Tener una conexión con la tierra e ir mas al fondo de mis raíces, es algo que me hace sentir como nuevo.



—Se de lo que hablas—sonrió—. Cuando estuve embarazada e incluso unida a Dante, tuve esa mínima conexión, nunca la indagué a fondo, pero no me sentía...



—Sola—termina por mí.



Sigo sus pasos que curiosamente me guían lejos de la casa y lejos del camino que guía a la civilización, guardo silencio mientras noto como nos acercamos a una de las entradas directas al bosque que linda cercana a su casa.



No comento ni hago gesto alguno cuando una de sus manos se entrelaza con la mía al momento en que entramos a la naturaleza misma del lugar. El temblor que me recorre no es secreto para ninguno de los dos, pero tampoco lo comentamos. Haniel sostiene mi mano a cada paso que damos dentro, pronto los sonidos de la naturaleza me relajan, enseguida noto el cambio en el ambiente y en el aire mismo.

My Wolf BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora