26.

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Capitulo veintiséis.



Ellen



—La verdad Ronnie me dio lastima anoche teniendo que pasar la noche fuera—Escucho la voz de Annie sin mirar mientras sigo lavando la vajilla—. Trey quería ofrecerle pasar la noche en nuestra casa, pero ya saben cómo es Wendy, no quería tener problemas con ella, así que me negué.



Escucho la suave risa de varias de las presentes que la oyen.



—Hiciste bien Annie—Señala Donna desde el otro extremo de la cocina—. No hay que interferir en dramas de parejas, si Ronnie fue vetado a dormir fuera de su hogar, razones habrá.



—Concuerdo con eso—Dice Rose a mi lado pensativa—. Si tuviera que castigar a mi hombre y alguien más lo ayudaría, me enojaría mucho. Wendy es una hembra muy buena y sumisa, motivos no le deben faltar.



—Nunca eche a mi hombre de casa—Murmura Ayla—. Creo que si lo hiciera Gregori se sentiría muy humillado.



—Y es por eso que se hace Ayla—Escucho curiosa la voz de Elena—. Nuestros hombres son demasiados prepotentes y volátiles, hay que recordarles su lugar algunas veces.



—No es algo con lo que se deba jugar—Advierte Donna y no puedo evitar girar a verla—. El orgullo de un cambiante macho es muy importante para ellos, solo que a veces es demasiado grande y hace que actúen de maneras no muy buenas. Nuestro trabajo como hembras es guiarlos, aunque ellos no lo admitan—muchas sonríen—. Claro está que también hay otras maneras para guiarlos a un mejor camino.



—Un camino directo a la cama—no logro ver quien dice eso, pero enseguida todas ríen.



—Las necesidades de los machos a veces es su peor debilidad—concuerda Rose.



—Ni que me lo digas—veo la expresión pensativa de Esther antes de seguir con mi labor—. ¿Alguien más escucho a Ben y Sherly anoche? Creí que podrían llegar a derrumbar su casa con todo el ruido que estaban haciendo—muchos asentimientos se hacen presentes—. Y creo que eso es el motivo por el cual hoy están remodelando su hogar.



—Todos usan esa táctica—ríe Ayla—. Deje esta casa hace días por esa misma razón, nadie puede dormir aquí sin escuchar gritos, gemidos o gruñidos. Ni si quiera descansando en la planta principal pude dormir bien—noto enseguida como muchas guardan silencio. Ayla corta enseguida su parloteo y seguido de eso muchas vuelven a trabajar. Se porque lo hacen, pocas cosas podían mantenerse en secreto en una manada.

My Wolf BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora