Capítulo 7: Dark Labyrinth

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El caos se desato la mañana siguiente, cuando los agentes entraron a la ópera y arrestaron a Richard. Simón y Edmund trataron de controlar a sus compañeros y el personal, impactados por tal situación. Aun así, la amabilidad y buen humor del empresario logro calmar el corazón de más de uno.

Jack y Clement interrogaron al hombre con las pruebas que tenían a la mano, el ser arcano colaboro en responder con sinceridad sabiendo que no tenía nada que temer. Poco después de las tres de la tarde, el jefe de seguridad del complejo hotelero de la zona llamo escandalizado a la comisaria: había encontrado a uno de sus clientes muertos y con las manos en la masa.

La historia fue el comedero de los medios y el principal horror que azoto la cuidad. Jeremy Clanning, un accionista reconocido como uno de los hombres más ricos de Lion, incapaz de lidiar con la pérdida de su esposa se metió a cultos que veneraban al asesino Hannibal Lecter y termino arrastrado por ellos. Richard Harris había sido el anfitrión del evento de caridad donde su esposa perdió la vida, razón que lo llevo a querer inculparlo. 

Liberaron al de cabello oscuro poco después de las cinco, cuando ya lograron procesar al culpable (quien casi muere a manos de su víctima) y poner en resguardo a la última persona secuestrada para su masacre de terror.

Esa noche, recibieron al empresario en la ópera con la orquesta a tope, felices de tenerlo con ellos y que no terminara en prisión por culpa de un descarriado.

Hannibal, en la piel de Edmund, lo recibió con un beso apasionado que dejo a todos algo acalorados. Katrina se emocionó al saber de su romance y estivo durante toda la velada encima de la pareja sacando fotos.

Al acostarse, entrada la madrugada, el lituano bajo la guardia y los sueños de vidas pasadas regresaron a su mente.


***


Que tediosas eran esas reuniones sociales de los burócratas. El solo quería inversores y patrocinadores, no tener que vestirse de gala y aparentar ser amable. Había cambiado mucho, a raíz de sus desdichas, Jon Jensen era solo la cáscara vacía del hombre que alguna vez fue. Aunque debía ser honesto consigo mismo, estos últimos meses (y con la llegada de nuevos miembros a la comunidad) tuvo la suerte de conocer a un gentil caballero que le devolvió la calidez a su vida. Alguien que se había convertido rápidamente en su mejor amigo, gracias a las charlas agradables que tenían a lo largo de la semana o durante las cenas que armaba la sociedad y donde podían estar conversando por horas sin estar cansados o molestos por las diferentes perspectivas ante un mismo tema.

Era un cambio maravilloso en su vida, teniendo en cuenta que su protegida tenía sus limitaciones (sin contar con su propia vida, ahora que estaba en una mejor relaciona amorosa) y sus socios eran hipócritas en el mejor de los casos o mediocres en el peor, para ser una compañía aceptable. Sin embargo, Mortimer era algo muy diferente, con su mente que parecía ir a mil millas por segundo y logrando tanto su fascinación como su asombro.

Y, hablando de Roma, su amigo estaba entrando en ese mismo instante. Caminaba tranquilo junto a su esposa, tratando de distinguir una presencia entre el mar de gente y sonriendo amistoso a las caras conocidas.

¿Era normal pensar que un hombre puede tener una sonrisa preciosa? Porque para él, Mortimer la tenía... y no solo la sonrisa, todo él era precioso.

—Jon, al fin te veo ¿Qué tal llevas la noche? ¿No estas emocionado? He escuchado que sir Lionel Watson está impresionado con tus trabajos, espero que te sea favorable la noche.

Become the Beast -Hannigram-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora