Become the Beast -Hannigram-

Capítulo 12: Verdades Ancestrales

Aquella frase le trajo de vuelta, las revelaciones antes de la fiesta de Halloween.

***

Hannibal, como el asesino bestial que era, embistió a su víctima clavándole su arma directo al corazón. Una pequeña sorpresa se coló en los ojos contrarios, seguido de un pequeño forcejeo hasta que una fría carcajada resonó en el cuarto.

Misma que hizo retroceder al caníbal.

La figura de su pareja se desmaterializo para, acto seguido, reconstruirse a pocos centímetros del rostro lituano.

—Entonces, mon cheri ¿has tenido un momento divertido?

La oscura voz congeló de miedo al mortal, no por primera vez en su vida Hannibal se sintió pequeño e insignificante, observando como los brillantes ojos inhumanos y los dientes afilados se acercaban a su cara.

Hannibal sintió los incisivos clavarse en su cuello para, acto seguido, que una lengua suave acariciara la herida. Aquel acto le arranco un gemido involuntario a él y una carcajada burlona, al contrario. Con toda la fuerza de voluntad que poseía, se apartó del cuerpo más bajo.

—Bien, lo admito: estoy en jaque. Quiero respuestas...

La mirada aguamarina le mostró divertido asombro y, señalando el sofá, insto a que se sentaran. Con sigilo y cautela, el caníbal se acomodó allí. Seguido por Harris.

—He tenido muchos nombres a lo largo y ancho de los nueve universos que existen... Y, por los últimos diez mil años humanos, también adopté variadas identidades. Al principio, mi apariencia cambiaba con ellos (ya que era plenamente consciente de mí mismo). Las cosas cambiaron poco después de que mi hermana mayor (por decirlo de algún modo) creara a Ghanganel, al que ustedes conocen como el dios cristiano.

Hizo una pausa para que el humano digiriera esas palabras antes de continuar.

—¿Quién eres en verdad? ¿Hay más como tú?

—Soy más antiguo que el tiempo, pues yo fui quien lo creo. Y, junto a mis hermanas, somos conocidos como Los Antiguos, creadores de toda la existencia.

—Sé más específico, por favor.

—Somos tres principales y uno secundario: Yo soy La Nada Inexorable, padre del Vacío y las Sombras. De mí vienen todos y hacia mí regresan... Mi hermana mayor es La Malévola Oscuridad, ausencia de toda luminiscencia y madre de la Energía, motora de toda forma de vida. Mi hermana menor es La Dulce Silencio, en ella nacen y mueren los ruidos, creadora del Eco y contraria al Caos (que es el Fin de Todas las Cosas, el secundario).

Un nuevo interludio entre tantos conceptos.

—¿Quién soy yo?

—Fuiste Tristan de Lothian, Einar Sigurson, Jorgen Haagen Schmith y Hannibal Lecter, entre otros. Sin importar el disfraz que te pongas; tu alma es una sola, al igual que tu cuerpo y espíritu. Fuiste creado a partir de una partícula de mi esencia: me perteneces.

—¿Cómo? ¿Por qué?

—Verás... Cuando mis hermanas y yo creamos los Nueve Universos, decidimos darles ciudadanos y no solo paisajes hermosos. Pero, les dimos reglas que seguir. Y castigos a las infracciones de cada una de ellas. Oscuridad, terca como ella sola, quería ver qué pasaba con alguna civilización ajena a las reglas. Era muy curiosa al respecto.