Veinticinco.

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Tenía puesto un blazer negro apretado. Debajo de él una camisa sin corbata, unos pantalones de tela negros apretados, me di cuenta cuando se paró de su escritorio.

- ¿Realmente quieres trabajar?-. me dijo-.

- S-Sí-. respondí-.

Se aproximó a mí con los pasos definidos y seguros. Su manera de mirarme me intimidaba.

- Pues yo no quiero-. dijo escupiendo las palabras-.

Se puso detrás mío, y sacó mi mochila de mi espalda.

- ¿Por qué mejor no te pones cómoda?

- No quiero...

- ¿No?-. dijo eso y luego de sacar mi mochila, deslizó su dedo por mi espalda, al contacto, yo me estremecí-. no es lo que dice tú cuerpo

- Mi cuerpo es un idiota

- Tus labios no, dulzura.

Me volteó rápidamente y atrapó mis labios con los suyos. Puso sus manos en mi cintura, pasándolas por las caderas.

Su manera de besar, su manera de tocar era especial y excitante. Y cuando su aliento estremecía mi mente, y su presencia me volvía loca completamente.

Me quitaba la cordura. Había olvidado a Ana, había olvidado a su buena, bonita e infértil mujer.

Había olvidado lo que se sentía sufrir, y por eso, debía pensar en como sufriría Ana y todos los demás.

Su lengua recorrió mi boca, en un beso apasionado con las persianas de la oficina cerradas, con miles de alumnos más caminando por los pasillos, con la puerta con llaves.

- Deténgase, por favor

- Me pone que me trates de usted

-Por favor, deténgase.

Eso le pareció más excitante y profundizó el beso e intentó sentarme en el escritorio. Pero la imagen de Ana, y mi consciencia atormentada me hizo detenerme.

- !Detente, por la mierda!

Él se detuvo y me miró con los ojos envueltos en llamas.

- ¿Qué pasa?

- Esto no es está para nada bien

- ¿Por qué?

-¿Y preguntas por qué? Porque Tienes mujer, Leo. !Porque tienes una bella mujer en tú casa que sufre mucho por no poder darte un maldito hijo que ni siquiera te interesas en tener!

Él guardó silencio y permaneció impactado.

- Mi vida no debe importarte

- No soy una rompe-hogares

- No lo eres... no eres una rompe-hogares, eres mi musa, mi amante

- No quiero ser tú amante... esto es peligroso, es indebido. Me haces tutoría, además eres amigo de mi padre

- ¿Y qué con eso?

- !¡¿Te imaginas mi padre llega a enterarse?! !moriría! Y yo también con su castigo!

- Tú padre no hará eso. Nadie va a enterarse, nadie lo sabrá... será nuestro secreto

- !¿Nuestro secreto?!

Él asintió.

- !¿Nuestro secreto?!-. repliqué con ira corriendo en mis venas-. !Eres un jodido puto de mierda!-. grité tan fuerte que creo que se escuchó afuera-.

Tomé mi mochila lo más rápido que pude, y abrí a tientas la puerta con mis manos tiritonas.

Camine rápido a la salida, y me dirigí al paradero a tomar un bus para llegar temprano a casa.

Mis pies sentían quebrantarse en el suelo, y sentía todavía sus manos sobre mi rostro, sobre mis piernas, sobre mi cintura.

Su incesante y luminosa mirada siempre devorándome, siempre deseándome hasta morir.

Quise llamar a Edu, pero me daba rabia siempre llamarlo y necesitarlo tanto. Él debía tener tiempo libre... especialmente sin mí.

Estuve bastante tiempo en el paradero, y ningún bus pasó.

Entonces decidí caminar a otro paradero más principal.

Mientras caminaba, un auto se detuvo al lado mío.

- Sube, Jade

Miré y era Leo.

-!No!

- Yo te llevo a tú casa

- No quiero que me lleves

- No seas terca... por favor

Continúe caminando sin prestarle atención.

- !Jade!-. gritó, y su voz fue tan autoritaria y fuerte que me dio un poco de miedo-. sube, prometo que no intentaré nada.

Asentí, y me subí sin mirarlo.

Él se quedó allí, estático.

- !¿Qué esperas?! !Vamos!

Él hizo una mueca y aceleró el auto.

Durante al trayecto a casa, ninguno de los habló,aunque me parece que él sí quería hablar.

Se detuvo frente a casa.

- Baja-. me dijo fríamente-.

Me bajé y fui caminando hasta la puerta.

- ¿No entras?-. le pregunté porque papá estaba en casa-.

- No... hoy vengo a cenar

Asentí, y él se marchó.

Sería prácticamente imposible resistirme mucho tiempo a él y a sus versos esparramados en sus labios.


Etérea ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora