Veintiséis.

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Su cabello perfectamente peinado. Su altura, su cuerpo, su manera de hablar. Absolutamente todo de aquella mujer le hacía ver decente y con clase.

Era guapa, muy guapa diría yo. Y además era muy simpática conmigo, lo que me hacía sentir más mal por lo que había hecho.

- Está muy rica la comida Camille...-.dijo ella dirigiéndose a mamá-.

-Sí, muy buena—. prosiguió Leo saboreando su paladar-.

- Mi mujer la ha preparado, es algo obvio-. dijo papá luciéndose-.

- !Ay Lucas! tú no cambias ¿Verdad?-. dijo Leo a papá-.

Todos rieron, incluyéndome. Aunque no le veía la mayor gracia.

La verdad, era que por mi mente se pasaban miles de recuerdos inhóspitos y algo abrumadores.

Papá dijo que mamá era su mujer. Realmente, no dudo que haya tenido una amante, y de cualquier forma se dirigía a mamá como "su mujer"

¿La mujer era la que se llevaba todo el crédito? ¿La amante estaba siempre destinada a ser una? ¿A ser mal mirada, a ser culpada, a las visitas menos apropiadas de sus amantes? ¿A ser juzgada, a vivir entre las sombras, a ser un tabú? ¿Es que estaba destinada a la fatalidad, a vivir desgraciadamente, a pedir limosnas de atención de Leo?

Y de vez en cuando miraba a su mujer, y me daba envidia.

Me daba envidia no poder pasearme junto a él como ella.

Me daba envidia que fuese tan hermosa. Me daba envidia que hubiese conocido a Leo antes que yo.

Pero también me daba risa.

Me daba risa que no tenía sentido ser su esposa si es que no podía darle un hijo. Me daba risa que ella vivía atormentada, culpando a su vientre.

Me daba risa que se esforzara tanto en ello, sin saber que su esposo está loco por mí, y que lo que menos le interesa es tener un bebé.

Y entonces Leo la mira y le sonríe, y se da un beso con ella, y todos sonríen y celebran a la feliz pareja.

Y la ira crece,

Y la odio tanto.

Y quiero que él no se acerque a ella.

Quiero que vuelva a estar loco por mí, que me tome, que me toque, que me bese, quiero ser absolutamente suya.

Y me doy cuenta de como realmente lo necesito, de como realmente lo quiero, cuando lo veo con ella.

¿La envidia no era la clave de la verdad?

Entonces termina la cena y los demás se van a la terraza mientras me quedo en el comedor.

Todos están afuera, incluyendo a Leo.

Me quedó allí, esperando que piense en venir.

Alguien llega a la cocina, y deja un vaso sobre el lavaplatos.

Me asomo para ver de quién se trata. Es leo. Suspiro profundamente.

- Te estaba esperando

Sin decir palabra me lanzó sobre él. Y lo beso desesperadamente, con rabia, con ira.

Lo beso porque lo deseo tanto que me cuesta continuar.

Él sonríe, disfrutando mi actitud.

Entonces continúa mi beso frenéticamente,y caminamos hasta el comedor sin despegar nuestros labios y nuestros cuerpos.

Nos lanzamos sobre el sillón, y toco su espalda y su cabello. Él me besa locamente, y comienza a moverse encima mío.

Un calor se posicionó entre mis piernas.

Y noto la erección de mi amante a través de su pantalón negro de tela.

- Si tus padres ni mi mujer estuvieran afuera, te juro que te follaría hasta quedarme sin aliento

Entonces me dio un beso casto en los labios, y salió a la terraza.

A fingir una vida que no es real.

A besar a su esposa, que realmente no desea.

Y a sonreír frentes a mis padres, fingiendo ser el fiel amigo.


Etérea ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora