CAPÍTULO 9

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Massimo:

Este dia no puedo ir mejor, pensé que con la revelación de ayer todo se iba ir a la mierda.

Pero Xena no recuerda nada, se lo iba a decir, pero luego hablo que no puede recibir grandes noticias que la lleven a tener emociones fuertes porque se descompone mucho y decidí callar hasta que sea un mejor momento.

Y una cosa llevó a la otra, hasta que la tuve en mi cama y dios creo que me volvía adicto a ella hasta el punto de pasar mas de 5 horas follando.

Realmente por un momento pensé que ella iba a desistir cuando le hice la advertencia.

Y lo dije en serio cuando le advertí de la clase de hombre que soy, mañana le daré una sorpresa. Que espero lo la tome tan mal como lo hizo al recordar su niñez conmigo.

Y cuando se fue a su departamento, aún estaba asombrada de saber que no era témpano sino casi la media noche.

— Entonces dormí como 14 horas.

— Si, cuando te fuiste a dormir iban a ser la 4 de la mañana.

— Joder, confundí el atardecer con el amanecer. —su expresión es graciosa.

— Exacto, confundiste horarios.

— Nunca había dormido tanto y mucho menos con alguien a mi lado. —habla más para si misma, que para mi.

— Mierda. Mierda. Mierda. No vuelvo a tomar así. —habla otra vez para si misma.— Bueno lo dudo. No creo que lo vaya a cumplir.

— Bueno entonces me voy, este, este gracias por todo eh.

Si claro que lo agradeces.

— No hay de que, bella.

— Si, como sea puedes pedirme un taxi o que se yo, algo para irme.

— Hice que traigan tu auto. —me mira solo rendida— Esta afuera.

— Mil gracias. Massimo, enserio.

— Si no hay de que.

— Has visto mi vestido.

— Si pero no te lo dire.

— Es una colección. —hace puchero.

Que linda. Me dirigó a mi closet y le saco una chaqueta Armani y se la doy.

— Bueno ya que tú tienes mi ropa, es Justo que yo me quede con esto. ¿No lo crees?

— Lo es. —no se lo voy a devolver, de todos modos por eso le di mi chaqueta para que tenga algo mío. Retrocedo para no irme a esos pensamientos cavernícolas que tengo sobre poseerla. Y hacerla mía.

Se dirige a la puerta, la adelantó para guiarlas hasta la puerta principal y a su auto.

Antes de que baje las escaleras, hago lo mismo que hice cuando llego.

— Otras vez con esto.

Le also los hombros y cejas como señal de respuesta.  

Ella solo sonríe.

— Bueno bájame o vas a llevarme así hasta el auto.

— Buena idea te llevaré así hasta el auto.

— Nooo. —grita, pero si ella misma me dio la idea.

Al llegar al auto abro la puerta aun con ella cargada y la siento en el asiento del conductor.

DANILOVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora