1 ¿me amas?

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Como todo viernes, estoy listo para mi cita semanal con Hia, el amor de mi vida. Ya en el auto puedo sentir mariposas en el estómago. Me siento casi tan emocionado como cuando salgo al escenario para cantar y tocar la batería, ¡es una sensación increíble! Aunque no expongo mi identidad, uso un seudónimo para que Hia no se entere, a él no le gustan esas cosas.

Escucho a su asistente hablar con él y finalmente me dejó pasar a su oficina, tan limpia y ordenada como siempre. Ahí lo veo, tan guapo, tan concentrado. Me encanta su mirada seria cuando debe resolver un problema importante, frunce un poco el ceño y yo creo que cuando hace eso se ve increíblemente atractivo. Desde la distancia puedo sentir su suave aroma a alfa, huele a libros y madera, pero mezclado con un aroma algo dulce que no termino de descifrar que es. ¿Como será cuando por fin pueda hundirme en ese aroma?

- 7:09

- ¿Qué? - Estaba pensando en su aroma y su aspecto y no escuché lo que estaba hablando. ¿Acaso lo ignoré?

- Son las 7:09

- Perdón Hia, tuve un examen y el profesor no nos ha permitido salir. Por eso he llegado con algo de retraso - creo que hablé algo rápido... mierda, creo que no le gustó esa respuesta... ¿no fui lo suficientemente formal?

- Está bien - cerró la carpeta de archivos que estaba revisando... ¡Por fin es hora de nuestra cita! Esperé toda la semana - La próxima vez por favor avísame, de esa forma no me preocupo por tí.

Solo fueron 9 minutos... ni que sea la gran cosa...

- Reservé en el restaurante francés que te gusta.

¿Francés de nuevo? No recuerdo haberle dicho que me gusta eso... en realidad me gusta más la comida italiana. Aunque me he esforzado mucho en ser un buen omega y siempre aceptar de buena forma las atenciones que me da mi alfa. Tal vez piensa eso porque vamos mucho a ese lugar y yo siempre alabo lo bueno de la comida. Es porque yo siempre aceptaré todo de mi Hia.

Estábamos por salir, pero su asistente llegó corriendo. No entendí los detalles, pero una de sus empresas tenía un problema que debía ser atendido de forma inmediata. Lian se tomó unos minutos para leer los documentos, dio una instrucción de comunicarse con el gerente y se volvió a sentar en su escritorio.

- Hia... - me daba un poco de miedo interrumpirlo - ¿Qué sucede con nuestra cita?

- Por favor espérame, este es un problema urgente.

Me puse un poco triste, incluso algo enojado, sé que el trabajo es importante... ¿pero no merezco ninguna explicación? ¿o disculpa? ¿un mínimo de atención? Pero yo nunca muestro mi enojo con Hia al frente. En la cita de la semana pasada una chica se acercó a nuestra mesa con la excusa del trabajo. Hia la invitó a sentarse, incluso cuando la chica estaba claramente coqueteando con él, al frente de mí, su prometido. ¡Hia no hizo nada por evitarlo! Mucho menos alejarla. Me hubiese gustado detenerla y decirle dos o tres verdades, pero no lo hice. Hia cree que soy un chico dulce y educado, como todo un joven maestro.

Sin más, me voy a sentar al sofá mientras le escucho tomar y soltar el teléfono para hablar con diferentes personas. No puedo enojarme con él, no cuando veo lo mucho que se dedica a su trabajo.

Pasan y pasan los minutos, y yo me empiezo a aburrir. Durante un único segundo que Hia me miró aproveché de darle ánimo ¡Se vio muy sorprendido!

Siguen pasando los minutos, pero la postura rígida me empieza a cansar. Intento estirarme un poco, como puedo, sin que me vea y sin llamar la atención. Se me ocurre que podría escuchar música, y lentamente saco mis audífonos. Me los coloco y wow, ¡Amo esa canción! ¡Me la sé en batería! Cuando me doy cuenta Hia me estaba mirando y yo... mierda. ¡Estaba haciendo la mímica de tocar la batería! Dios que vergüenza, espero que no piense mal de mí.

Comprometidos - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora