18 Buenos días

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Era una excelente mañana para Kon Diao. Normalmente las mañanas son buenas, me considero a mí mismo alguien bastante alegre, raramente me siento amargado por algo. Incluso ante un problema soy capaz de mantener un espíritu alegre y resiliente.

Esta mañana al despertar me encontré con un problema, y es que dejé mi bolsa en la sala, y la necesito para salir. ¿Por qué es un problema? Me dirán ustedes.

Pues es problemático porque Hia Yi se encuentra en la sala también. ¿Qué hace ahí? Normalmente nunca está en casa.

No es que me queje que esté, me gusta tenerlo cerca y sentirme acompañado, es solo que nunca entiendo que pasa por su mente. A veces está a mi lado haciéndome compañía, pero al día siguiente no quiere saber de mí. A eso se le suma que todavía siento vergüenza.

Me acerqué silenciosamente, intentando no llamar la atención.

- Hola - Me saludó. Al parecer no pude pasar desapercibido.

- ¿Dormiste aquí anoche?

- Sí.

- Oh, no lo sabía, creo que ya me había ido a dormir - ¡¿Qué es esta conversación tan poco natural?!

- Está bien, te vi dormir y no quise despertarte. ¿Vas a la universidad?

- Sí.

- Te llevo.

¡No! Rápidamente tomé mi bolsa.

- Está bien, puedo ir solo, ¡Adiós!

Le escuché intentar detenerme, pero no quería que me acompañara. Desde ese beso que compartimos, no sé cómo comportarme frente suyo. Me besa, se aleja y no me da explicación.

Yo se que somos destinados, yo lo reconocí, probablemente él también lo sabe. Tal vez por eso quiere tenerme cerca, pero no quiere estar conmigo. No quiere estar conmigo, no quiere estar conmigo, es el único motivo por el cual me abandonaría después de compartir algo tan lindo, y mi corazón tiene un límite de lo que puede soportar.

¿Debería buscar otro lugar donde ir?

No debo pensar en eso todavía, debo ordenar bien mis pensamientos y obtener una respuesta. Si en realidad me odia y no quiere concretar la unión entre destinados, que así sea. Ha pasado antes y nadie ha muerto por un desamor. Si es claro con sus sentimientos, entonces podré alejarme en paz.

No puedo seguir en este limbo, no más.

.

.

.

Esa mañana me desperté un poco antes de la hora normal. Al principio no entendía mucho la situación, pero rápidamente sonreí. Tenía a Kuea, completamente desnudo, a mi lado.

Me quedé viéndolo unos minutos más. Es tan hermoso, tan lindo. Gracias a dios pude contener a mi lobo interior y no lo marqué a pesar de que varias veces a lo largo de la noche casi pierdo el control. Después de esa primera vez intenté dejar descansar a mi chico, pero desperté ardiendo en el celo y lo tomé dos o tres veces más, no me acuerdo bien.

Agradezco también que sin importar que tan cegado por el celo estuviera, siempre me acordé de la protección, había varios sobre de condones regados por la habitación. No me perdonaría si Kuea se ve obligado a arruinar sus sueños por mi culpa. No es momento de tener cachorros todavía, no si acaba de cumplir los 20 años y ni siquiera ha terminado sus estudios. Ya tendremos tiempo para los cachorros más adelante.

Tras unos minutos, Kuea se remueve entre mis brazos y despierta.

- ¿Tienes hambre?

Kuea rápidamente se puso tímido, y se tapó con la sábana.

Comprometidos - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora