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¡Por fin lunes!

Aunque parezca una locura celebrar la llegada del primer día de la semana, en este caso específico es una bendición. Durante todo el domingo lo único que podía hacer era... bueno... ya saben.... "eso". Encargarme yo mismo de mi calor. Nana se aseguró de que comiera y bebiera líquido. Mucho líquido, pues durante el celo los omegas sudamos mucho, y lubricamos en exceso también.

Menos mal son solo dos días. En mi caso empezó en la noche del sábado, y el momento más fuerte fue la tarde de ayer. Hoy en la mañana ya me sentía bastante mejor, y aunque todavía me siento algo sensible, con unos supresores se me pasa. Con los supresores tampoco emito feromonas, así que estoy seguro. Además, tengo una clase importante hoy, no podía faltar.

Antes de entrar a mi salón me encontré con Diao. Estaba algo enojado conmigo por no haberle hablado todo el día de ayer después de todo lo sucedido. Le expliqué la situación de mi celo y me perdonó, además, me regaló un bocadillo para sentirme mejor. Ahora que ya no cuidamos el uno del otro en "esos" días acostumbramos a darnos un pequeño regalo de consuelo que nos ayude a sentirnos algo mejor. Los celos en soledad son bastante molestos.

- Muy bien... es hora de un trabajo en equipo... ¿Saben por qué les muestro este motor? Quiero que empiecen a practicar las habilidades que han aprendido en el mundo real. Todos ustedes son como este motor de engranajes dentados, si no saben trabajar en equipo, el motor no funciona bien.

Alguien llamó al profesor fuera de la sala, por lo que se fue y nos dejó solos.

- ¿No sería más fácil decirnos simplemente que trabajemos en equipo? Estas metáforas con motores son demasiado confusas. - Ton, un compañero del grupo, empezó a imitar al profesor de forma graciosa, y todos nos reímos.

- ¡Ton! - Nuchy, una amiga, lo intentaba detener, pero solo conseguía reírse más.

- Oye, Syn, ¿Qué estás haciendo? - Jaab señaló a Syn, un amigo que pronto va a ordenarse como monje, estaba apoyando su mano con grasa en su cara.

- ¡Ahora pareces un mapache! - siguió burlándose Ton.

Las risas acabaron cuando Syn se puso a predicar. Lo escuchamos atentamente para terminar el rezo con él.

- Sadhú - terminamos la bendición.

Todos en el grupo son betas, menos yo y Nuchy, que es omega al igual que yo.

- ¡Chicos! - el profesor regresó acompañado de un alfa. - Les traigo un alumno nuevo, él es Nuer.

A nosotros se acercó un chico alto, claramente un alfa. Era bastante guapo, aunque su mirada nos intimidó un poco a todos. Tener un alfa en el grupo sería algo nuevo.

- De ahora en adelante Nuer se unirá a nosotros.

- Encantado de conocerlos.

Por lo que nos contaron rápidamente, al parecer Nuer era el mejor alumno de ingeniería informática, pero decidió cambiarse a mitad de tercer año a automotriz.

- Puedes unirte a este grupo porque les falta uno, ahora son 6. Por favor cuiden de él.

El profesor se fue, dejándonos solos con el chico nuevo.

Todos lo saludamos, pero el chico se acercó directamente a mi, inspeccionó mi rostro con muchísima atención. ¿Acaso me manché yo también?

- Tienes algo en tu cara - rápidamente acerqué mi mano a mi cara para quitarlo, pero mis manos estaban llenas de grasa también, no quería terminar como Syn. Sacar la grasa es difícil.

Comprometidos - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora