21 En el parque

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A la mañana siguiente Lian despertó primero, con Kuea dormido todavía entre sus brazos. Definitivamente, tener a su omega en su cama es todo lo que necesita, quiere tenerlo así por el resto de su vida. Kuea tranquilo, durmiendo plácidamente, podría ver esa imagen por siempre.

Poco a poco el omega va despertando, pero solamente se acurruca un poco más al cuerpo que volvió a disfrutar anoche.

- Buenos días Kuea

Poco a poco el chico despertó, mirando a los ojos a su alfa y acurrucándose más en su fuerte pecho.

- Buenos días.

- ¿Tuviste un lindo sueño? ¿Acaso soñaste conmigo?

Kuea se ruborizó, y volvió a esconder su rostro en la sábana. Lian lo abrazó un poco más fuerte para sentirlo firmemente entre sus brazos, suyo, en su cama. Su aroma eran tan suave, tan bueno, quería hundirse en su cabello y olerlo por siempre.

- ¿Todavía tienes sueño o sólo estás tímido?

- Aun no me acostumbro a esto Hia.

- Tendremos que hacerlo todos los días hasta que te acostumbres parece.

- Nunca me voy a acostumbrar

- ¿Por qué no?

- Nos conocemos de toda la vida, pero no me acostumbro a despertarme, y que lo primero que vea sea a ti.

- Eso está bien, así no te aburres de mí - pero Kuea no respondió - ¿verdad?

Lian empezó a repartir besos nuevamente.

- Hia... ¡No! ¡Es muy temprano!

- Dame un beso o no haré desayuno, te comeré a tí - seguía repartiendo besos y suaves mordidas.

Kuea simplemente se dejaba hacer, hasta que concedió un beso y bajaron a preparar algo para comer.

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Lo bueno, es que este día era sábado, por lo que teníamos todo el día para estar juntos. Hia se ofreció a enseñarme a cocinar. Para empezar, aprendí a usar correctamente un cuchillo. Tenía miedo de que él se decepcionara más todavía de mi y mi patetismo en la cocina.

"No me decepcionas, no te abandonaría ni por un chef con estrellas michelín. Nunca me has decepcionado, ni una sola vez"

Incluso me dijo que yo era su fuente de felicidad, y eso me hacía muy feliz.

Terminamos coqueteando en la cocina.

Luego decidimos ir a correr. En verdad la idea se le ocurrió a Hia, a mi me parece algo incómodo hacer ejercicio después de comer, pero me terminó convenciendo.

- Espero que no nos de acidez - murmuré para mí mismo, pero Hia me escuchó.

- No me preocupa eso, solo espero que tengas fuerza, después de lo que hicimos anoche

Hia es un pervertido. No lo esperaba, y no me molestaría, si no fuera porque siempre termino muy avergonzado, mientras que Hia ni se inmuta.

Al final lo regañé.

Coqueteamos antes de salir.

Luego corrimos un tiempo por el parque. Hia es un poco más rápido que yo. Al final me cansé, y mi alfa me llevó en su espalda. Algunos dirían que es una excusa para estar cerca de él. Yo les diría que tienen toda la razón.

Nos sentamos en una banca para descansar un poco. La vista era preciosa, y es más linda todavía si la miro junto a Hia.

- ¿Estás aburrido? - Me preguntó mi alfa. Yo no entendí bien la pregunta.

Comprometidos - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora