20 El repartidor de hielo

1.1K 96 5
                                    

Kuea se encontraba solo en la casa reflexionando. No lograba tomar una decisión final respecto a Hia. Incluso llamó a su mejor amigo. Si ya tuvo un consejo por parte de un alfa, quería escuchar lo que le podría decir alguien que fuera omega igual que él. Pero al final terminó diciéndole exactamente lo mismo.

"No te preocupes demasiado por eso, ahora mismo eres feliz, concéntrate en eso. Hia es lo suficientemente valente para decirte que te ama, por lo que deberías decírselo tú también. Eso es más útil que sentarte a suspirar".

Kuea agradece tener un amigo que siempre le devuelve sus sentidos.

"Eso no es cierto, no siempre puedo detenerte", le respondió Diao.

En esa misma llamada hablaron de los problemas de Diao. Si a Kuea le acomplejaba que Lian fuera tan directo, el problema de Diao era todo lo contrario, Hia Yi no le dice nada, y envía señales extremadamente contradictorias.

"Alfas tontos" fue la conclusión a la que el par pudo llegar.

Pero Kuea tomó una determinación. Disfrutaría del amor que Hia tenía para darle, al menos el tiempo que dure. Así que decidió preparar una sorpresa.

.

.

.

Como era costumbre, Lian me encuentra en el pentágono. Al mismo tiempo, como era costumbre, yo se encontraba bebiendo y suspirando.

- Supongo que, como siempre, estás pensando en tu omega. Eres muy hermético con Kon Diao, pero cuando se trata de trabajo, puedes hablar durante horas.

- ¿Y qué hay de Kuea y tu anoche? - Intenté desviar la atención - Es casi imperceptible, te limpiaste bien, pero puedo sentir todavía un poco de su aroma en ti. ¿Cómo estuvo?

- Muy bien - Sonrió.

- Nunca creí que estuvieran juntos tan rápido - Supongo que habla la envidia - Creí que eres de esos tipos estirados y formales que esperaría hasta el matrimonio formal.

- Yo tampoco lo esperaba, simplemente sucedió... Pero ya dejemos de hablar de mí. ¿Qué vas a hacer con tu problema?

- Nada.

Mi amigo suspira, casi parece que va a perder la paciencia conmigo. Y lo entiendo, yo también lo haría.

- Tu problema no es difícil de solucionar. Ir con la persona que amas se siente bien, y tal vez estés menos amargado. Si no lo quieres, déjalo irse y ser feliz con alguien más.

- Solo llevas con Kuea unos días y cambiaste tanto.

- Y tú tienes a tu destinado en tu casa desde hace años. No deberías asumir lo que él está pensando, por eso él siempre te está preguntando. Si tienes una casa, no deberías quedarte a dormir aquí solo.

Así, después del reproche, mi amigo se fue.

.

.

.

Cuando entré a casa, la mesa estaba servida. Era una mesa muy simple, muy lejos de los costosos arreglos a los que estoy acostumbrado. Pero, sin sorpresa alguna, me encanta, y me hace mucho más feliz.

Kuea había tomado un simple candelero y encendió tres velas. No había una fina platería con miles de platos y cubiertos, solo lo necesario y un par de fuentes pequeñas de comida al medio. Las servilletas tampoco estaban adornadas, sino que había un servilletero de metal. Muy simple, muy hogareño, y preparado por la persona que más quiero.

- Hia, ¿Estás cansado?

Vi a los ojos a mi omega, Kuea es, sencillamente, lindo. El más lindo. Y solo verlo nuevamente me hace recordar la larga noche que compartimos hace unas horas.

Comprometidos - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora