37,5º

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El hielo se convierte en agua a los mismos grados con los que inundo mi copa para que todo arda.

Da igual a qué temperatura sea eso mientras se mantengan los 37,5 que van a subir mi temperatura en cuestión de tragos.

Espero que no te pille cerca de mí (o sí, eso ya es cosa tuya) porque te voy a hacer arder conmigo sin ningún tipo de miramiento.

Pretendo que no lo olvides nunca. Que cada vez que tu copa se llene de tus 37,5 vayas a querer devolverte a mí, para que los 37,5 sean los nuestros y no los de tu copa.

A flor de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora