A mí no me hicieron falta más de dos días para saber lo espacial que era. Lo muy distinto que me hacía sentir al resto y a la misma vez, lo muy parecido que vibrábamos.
A mí me ganó en el momento que descubrí que por mucho que conociese de ella, era infinitamente superior todo lo que me quedaba de conocer y eso no ha dejado de pasarme ni un solo día desde entonces.
A mí me demostró que su mundo estaba en mis manos si cuidaba y mantenía todo lo que ella tenía que ofrecerme a mí. Ante eso yo no pude decidir nada más que cuidar de ella, pero sobre todo, de nosotras. Nos hemos hecho infinitamente felices en todo tipo de situaciones, independientemente de la dificultad de esta y en ese momento fui consciente de lo muy afortunada que soy y la suerte que tuve de caer cerca de ella.
A mí me cambió la vida por completo y se encargó de darme herramientas para que yo pudiese diseñar el camino por donde quería pisar, las alas con las que quería volar y las revoluciones a las que quería ir (os aseguro que cerca de ella aprendí a ir a muchas).
La admiro casi tanto como la quiero y soy plenamente consciente de que es MI persona. Que su energía se metió dentro de mí y de ahí no voy a poder salir nunca.
Me enseñó que no hay nada que no pudiéramos superar, que las piedras que nos encontraríamos por el camino iban a ser del material que nosotras quisiéramos que fueran, por lo tanto, teníamos el control absoluto.
Nuestro juego iba a consistir en ella y yo contra el mundo, en expresarle al resto que se pueden crear lazos irrompibles con personas que no comparten más que unas vibras del mismo tono. Nos hemos encargado siempre de contagiar y expresar lo que éramos nosotras, al resto.
Desde que la conocí no he dejado de preguntarme ni un solo día porque había tardado tanto tiempo en cruzarse en mi vida, si yo siempre la había necesitado. Cuando digo siempre es SIEMPRE. Hasta el punto de no saber cómo puede vivir la gente sin ella.
A mí me deja de dar miedo enfrentarme al mundo mientras camine cerca de ella. Porque sé, bueno, me ha demostrado que cuando la vida me supere, ella va a estar por encima de mí, para que todo pese un poco menos.
A mí me dio todo lo que necesité. Incluso una familia de la que, en parte, carecía y yo le debo todo.
A mí ya me llegó mi alma gemela o mi ángel de la guarda, como más te guste.
Ami eres increíble en todas tus facetas.
Te quiero, siempre.
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A flor de piel
RandomLlevo un año tratando de ponerle nombre, título y emoción a todo aquello que he sentido, siento, pienso y me pregunto. No sé si en estos 12 meses he sido capaz de encontrar las palabras adecuadas en el contexto adecuado con la explicación adecuada...