Empiezas a volar y a disfrutar de las alas que ahora luces más que nunca, y en ese preciso momento, te das cuenta de que por muy bajito que quisieran que volaras, tú ya no bajas ni para coger impulso.
Que emprender un vuelo implica libertad, pero no cadenas. Implica autonomía pero nunca dependencia. Aunque tu vuelo sea compartido, asegúrate de que lo comparten a tu misma altura.
Así que si ahora mismo te encuentras volando, por favor, nunca permitas que te corten las alas, ni que el vértigo te frene. Es una pérdida de tiempo absoluta y el tiempo, te aseguro que no deja de volar.
Procura que él no vuele sin ti nunca.
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A flor de piel
DiversosLlevo un año tratando de ponerle nombre, título y emoción a todo aquello que he sentido, siento, pienso y me pregunto. No sé si en estos 12 meses he sido capaz de encontrar las palabras adecuadas en el contexto adecuado con la explicación adecuada...