A flor de piel

MUSA

Inspírame y posiblemente hasta me enamore de ti. Aunque no sepa a ciencia cierta si ese es el orden de las cosas o simplemente enamorarte te lleva a la inspiración. Yo decido quedarme con la primera, aunque el orden de los factores jamás altere un producto que acaba concluyendo en el mismo punto. Amor e inspiración o viceversa. Pero puestos a elegir me quedo con él viceversa.

Anteponer la inspiración al amor lo afirmo en el momento en el que dudo que me enamorase nunca de una persona que no me inspira nada. Soy de las que se le conquista por la cabeza, independientemente de lo que tenga ante los ojos, porque no son a ellos a los que debes conquistar para estar dentro de mí. Dale intensidad a mi cerebro y estoy completamente a tus pies. Es en el momento en el que tengo la necesidad orgánica de conectar intelectualmente con la fuente de inspiración, es cuando verdaderamente sé que estoy perdida.

Mi sumamente elevada exigencia hacia lo que a mi cerebro le parece interesante (por ende, de lo que se va a enamorar) me lleva a reconocer que sentir que una persona me inspira está a la altura de enamorarme de ella. No me ha pasado muchas veces, pero las veces que me ha pasado, siento que es una sensación que va muy por encima de mí. Concretamente, donde pierdo el control de mí misma y solo soy consciente que tengo que expresar las muchísimas cosas que puedo llegar a sentir en cuestión de segundos. Porque quedarme con todo dentro me pesa demasiado como para poder vivir como si no pasara nada.

Necesito plasmarlo o comunicarlo de manera en que se repartan pesos. Dicho esto, diferencia tú si estoy hablando de amor o de inspiración.

Mis altas sospechas de caer sometida a las drogas en caso de que las probara van directamente relacionadas precisamente con lo que quiero explicar aquí. No he encontrado en mis veinte años de vida algo más adictivo que lo que siento cuando estoy cerca (o no tanto) de la persona que me inspira. Me obsesiono. He reducido todo el sentido de mi vida a sentir y cuando encuentro a esa persona que no deja de generarlo quiero pasarme todo el tiempo del mundo con ella. Siento que las veces que podré experimentar algo así son limitadas y que todo lo que no aproveche hoy, mañana, será demasiado tarde como para poder solventar la necesidad que se me generó en el momento en el que conocí a alguien que me inspiraba.

He asumido, me costara lo que me costara, que quiero inspirar a todo aquel que me inspire a pesar de que eso no siempre sea mutuo.