Se separaron accidentalmente dos caminos que jamás debieron hacerlo.
Malas decisiones, tomadas en malos momentos, con malas personas. Bueno, concretamente solo una, que contra todo pronóstico, fue capaz de cruzar dos líneas hasta el momento paralelas.
Como todos bien sabemos, la vida no deja nada por cobrarse, así que esta vez no iba a ser menos (y menos mal que pasó).
Me escribió la persona correcta, en el momento correcto, con los mensajes adecuados para que todo volviese a girar en la dirección que nunca debió dejar de hacerlo. A partir de ese momento descubrimos de una manera u otra nuestros caminos se hubieran juntado independientemente de las malas decisiones que un día tomamos y que por muy arrepentidas que nos sintiéramos, no había necesidad alguna de ningún tipo de perdón, porque esta vez sí que sobraban todas las palabras que una vez habían faltado.
Se convirtió en un apoyo fundamental para el transcurso de mi vida y había vuelto con intención de quedarse de una manera mucho más sana y bonita que al principio. Ante esto solo me queda darte las gracias por perdonar absolutamente todo y volver a confiar ciegamente en mí. Que ahora ya no creo que haya motivo de peso alguno como para volver a separar lo que nunca debió romperse.
Prometo estar a la altura.
Porque te juro que nos la debíamos.
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A flor de piel
AcakLlevo un año tratando de ponerle nombre, título y emoción a todo aquello que he sentido, siento, pienso y me pregunto. No sé si en estos 12 meses he sido capaz de encontrar las palabras adecuadas en el contexto adecuado con la explicación adecuada...