¿Pensar o no pensar?

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Ya es viernes por la tarde y el viento nos da en la cara. Baila sobre nuestras fosas nasales y nos oxigena los pulmones...
Tengo los ojos cerrados y eso pone alerta todos los otros sentidos: el tacto, el olfato, el gusto y el oído. Junto a mi se encuentra Mih. Su brazo roza con el mío y mis bellos se ponen de punta. Es increíble lo que este chico puede causarme, pero aún así, sigo teniendo en la cabeza llamar a Max como sea. ¿Por qué? No lo se, sólo quiero aclarar las cosas, ver lo que realmente sucedió y... No lo sé. ¿Pedir perdón? Es que fui demasiado impulsivo, demasiado estúpido por no dejarlo explicarse. Por otra parte pienso que no debería desconfiar de mi novio ¿no? Sí él dice que fue Max me lo creo por que confío plenamente en él.
Aún así, algo me dice que debo buscar una explicación.
Abro los ojos y descubro a Mih mirándome.
- Cariño te noto raro - dice con un deje de.. ¿Irritación?
- de verdad que nada. Sólo quiero estar así por un tiempo. Sentir el aire, el oxígeno...
- Ya - Me interrumpe y baja la mirada hacia el suelo.
Voy a estar así un poco de más tiempo, sólo un poco más ...
***
Es por la noche ya. Lo único que hemos echo ha sido pasear por las calles sin rumbo fijo. En un momento determinado pasamos por la casa de Max y él se giró bruscamente y me arrastró hacia otra calle de la mano.
Sé que no quiere que hable con él y mucho menos que pase por su casa. Me parece un poco posesivo pero aún así no me quejo. Lo quiero y él me quiere a mí, de eso estoy seguro.
Cuando nos sentamos en mi sofá sin siquiera preguntar a mi madre está dice:
- ¡Hola Mih! ¿Otra vez te quedas aquí? - en sus palabras se puede sentir la alegría que tiene.
Mih lleva toda esta semana quedándose aquí con la excusa de un trabajo muy importante en la universidad y.. Por ahora cuela.
- Sí. Nos quedaremos viendo una película y luego nos iremos a dormir. No se preocupe .
Mi madre hace una pequeña mueca con la boca pero se va hacia su habitación sin hacer más preguntas.
Mih mira hacia atrás y luego me mira. En sus ojos se puede ver un destello salvaje, uno de esos que te quitan el aliento.
Me acomodo en el sofá y encendemos una película de ficción . Sangre, espacio...
Sin previo aviso Mih me coge del costado y me arrima hacia él. Yo carraspeo y me vuelvo a mi sitio.
- Lo siento cariño. Nos puede oír - susurro.
El se lleva la mano al bolsillo sin decir palabra y deja el teléfono sobre la mesa.
- Está bien, voy al baño un momento.
Asiento y dejo que se marche. Entonces me invaden las ganas de coger el teléfono de Mih y buscar el número de Max. Al fin y al cabo son amigos, debería tener su número. Al encenderlo veo que tiene contraseña. ¡joder!
Escucho la puerta del baño y rápidamente pongo el móvil en su sitio y, a la vez, doy un respingo hacia mi sitio.
Lo tengo justo a mi lado y ahora lleva un pantalón de pijama que le marca un poco el bulto de su entrepierna y una camiseta negra ancha.
¡Dios! Quiero tenerlo cerca ahora mismo . No sé por qué estas ganas repentinas. ¿Por qué mi cuerpo está acercándose al suyo tan repentinamente?
Aún así consigo pararme a tiempo y dejo que mis hombros se relajen.
A lo largo de la película estamos súper felices, contando lo que nos parece alguna escena, hablando de cualquier tontería, riendo, etc.
Cuando decidimos que ya es hora de dormir son la una de la mañana. El sueño se deja ver en las ojeras de Mih, y yo bueno, abro la boca a cada rato.
Mih apaga el televisor repentinamente y se levanta de un salto. Se pone frente a mi y me coge. Yo rodeo su cintura con mis piernas y lo pego más a mi.
- Es hora de irse a la cama
Respondo que sí y me lleva aún en brazos hacia mi cuarto.
Una vez allí, me deja tumbado y entre risas me dice que se va a lavar los dientes y que pronto me tocará a mi.
Mientras él va al baño sin hacer mucho ruido yo me quedo mirando el techo blanco. El blanco. Es un sólo color pero a la vez la mezcla de todos los colores. Yo soy como el techo. Una sola persona pero a la vez todos los sentimientos juntos.
No quiero volver a pensar. Volver a hundirme en el recuerdo, en mi mente. No quiero buscar explicaciones a todo. A veces no tienes que comprender, sólo aceptar las cosas. Pero ese no soy yo.
No puedo evitar que las cosas me afecten demasiado y que forme dramas por casi todo. Así soy yo y no voy a cambiar por que más de una vez lo he intentado...
- Te toca - interrumpe mis pensamientos.
Asiento sin decir palabra y salgo al cuarto de baño.
Cuando llego veo que ha usado mi cepillo de dientes.. ¿Por qué? Sé qué es mi pareja y tal pero no me voy a cepillar los dientes con algo que ha utilizado él. No, no puedo .
Así que lo que hago es enjuagarme la boca y fin.
Cuando vuelvo ya está en la cama y yo le sonrío. El me devuelve la sonrisa y, con un gesto, me dice que me meta en la cama con él.
***
Al despertarme veo que Mih sigue dormido y que, incluso mi madre también sigue espatarrada en la cama.
Miro al reloj y veo que son las ocho de la mañana, es normal que todos duerman.
Llego a la cocina y me preparo un bol de cereales y me los como muy rápido. Me siento extraño esta mañana. Me siento culpable por algo pero no consigo adivinar el que. Joder, que extraño.
Entonces veo el móvil de Mih sobre la mesa, se le olvidó ayer. Y sí, se me viene a la mente lo que intenté ayer. Y si, tengo ganas de volver a hacerlo pero.. Tiene contraseña y yo no me la de por lo cual sería estúpido intentarlo. Aún así lo intento pero no da resultado.
Bien, voy a intentar una cosa muy.. Muy extraña.
Voy corriendo y cojo un abrigo largo para no tener que vestirme. Sólo se me ven los pies y parte de las rodillas, como el pantalón es corto no se nota que voy en pijama así que me pongo unas converse negras, cojo las llaves del bol de metal que está en el recibidor y salgo disparado por la puerta.
El viento casi veraniego me da en toda la cara y en las piernas y, sin razón, me relaja.
Camino a paso rápido y algunas personas madrugadoras se me quedan mirando. Supongo que no es normal un abrigo gigante en esta época del año..
Giró varias calles casi desoladas, y me encuentro de frente con la casa de Max.
El corazón se me encoge. ¿Qué hago aquí? Me aproximo a su puerta y toco el tiembre.
En el interior se oyen algunos murmullos. Estoy ansioso. Necesito saber que pasa...
De pronto habren.
Hay una chica rubia que me mira con cara de asco.
- ¿Quién eres? - me dice
- Lo.. Lo siento. Me he equivocado.
Le digo, aún sabiendo que no lo he echo.
Salgo a correr casi con rabia. No se quien es ni que se supone que hace en su casa , tampoco lo quiero saber. Lo único que quiero es hablar con Max cuanto antes, aclarar todo y que cada uno siga con su vida.
***
Cuando llego a casa busco a tientas las llaves.
Cuando las encuentro se me caen al suelo. Si, topicazo, me siento como en una película mala de los ochenta.
Abro la puerta y me encuentro con que la casa sigue en silencio.
Me quito el abrigo, las llaves las pongo donde estaban y vuelvo a la cama con cuidado de no despertarle...
Cuando estoy dentro una mano me aferra la cintura con fuerza casi desagradable y la voz de Mih dice:
- ¿Dónde has estado?

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