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Como no tenía clase hasta el segundo periodo, Yeonjun optó por encender su laptop y buscar el nombre de Beomgyu en la base de datos de la escuela. Quizás, si hubiese sido un detallista obsesivo con tendencias de stalker desde el inicio, hubiese logrado anticipar que se encontrarían en el instituto, pero recién en ese momento se le ocurrió leer la lista completa de alumnos en cada una de sus clases.

Tomó un suspiro de alivio al ver que Beomgyu no estaba en ninguno de los salones de primero o segundo, porque probablemente se hubiese entregado a sí mismo a las autoridades si es que se hubiese metido con un chico por debajo de la edad de consentimiento. Logró sentir una pizca de calma al tener por seguro que estaba en tercero y debía tener 18 años.

Aún así, la diferencia era mayor de la que había anticipado, y se sentía incorrecto. Como lo había visto por primera vez en el bar, había asumido que tenía 20 o más... Sería algo para preguntar en la charla seria que tendrían al finalizar el día.

Eventualmente, encontró su nombre y datos básicos en tercero A. Choi Beomgyu, hombre, 18 años, tercio superior, délégué de classe en primer y segundo año.

Tras buscar la traducción en internet y regresar a la ficha, se dio cuenta de que ese último término indicaba que Beomgyu había sido presidente de clase los dos años que llevaba en el Lycée de St. Geneviève, así que probablemente sería elegido para el rol ese año una vez más.

Enterarse de ello le sacó una sonrisa instintiva, porque implicaba que no solo era popular con sus compañeros, sino que también debía tener una buena reputación entre sus profesores. El lado negativo era que tendría que verlo un día adicional al mes para dialogar sobre las preocupaciones de su aula, pero el lado positivo era que probablemente no querría arruinar su imagen al tratar de involucrarse con un profesor, así que caería en cuenta de que debían dejar de contactarse fuera de la secundaria y olvidar absolutamente todas sus interacciones sexuales y románticas.

Si le hubiesen dicho que el Beomgyu al que conoció por primera vez en medio de una pelea en el bar gay no solo estaba en el tercio superior, sino que también era presidente de su clase, probablemente no lo hubiese creído. Sin embargo, tras haberlo conocido, entendía perfectamente bien que no solo era astuto y atractivo, sino que era bastante espabilado y tenía un vasto conocimiento de literatura... oh.

Curioso, seleccionó la opción para revisar su historial de notas en el curso de literatura. Como era de esperarse, tenía un récord envidiable, siempre por encima de los noventa puntos sobre cien. Para matizar su juicio, procuró revisar los historiales de sus otros alumnos, y si bien todos en tercero A mantenían récords decentes, solo Beomgyu y otro chico, Choi Soobin, habían obtenido notas sobresalientes en todas sus lecciones en el curso desde su primer año.

En el resto de cursos, su récord no era tan admirable. Había estado por encima del promedio, sí, pero en ningún curso brillaba tanto como en literatura.

Yeonjun sonrió frente a la pantalla, comenzando a pintar a Beomgyu como un chiquillo apasionado por la literatura, más que como un lector casual. Seguro que solía mantener largas y ambiciosas conversaciones con la profesora Boyoung, a quien Yeonjun llegó a conocer brevemente antes de su jubilación. Seguro que la tenía de profesora favorita, por el curso y por su disposición gentil...

Y seguro que esperaba algo similar por parte de Yeonjun ahora que estaba en ese rol de docente.

No había pasado mucho desde que le dijo que sería profesor de literatura en St. Geneviève, pero desde entonces se había quedado a dormir en su diminuto departamento estudio, le había confiado un lado más dulce y había hecho el esfuerzo por prepararle el desayuno. Había dejado de tratarlo únicamente como esclavo sexual, y no estaba seguro si había sido una coincidencia o una decisión deliberada.

st. geneviève ; yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora