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Yeonjun despertó gracias a un grito de frustración y un aroma a quemado llevado por el viento. Como se percató de que Beomgyu no estaba acostado a su lado, soltó una risilla, haciéndose una idea de lo que debía haber pasado.

Cubrió un bostezo y trató de estirarse un poco antes de recoger la energía suficiente para ponerse de pie y enfrentarse a la tragedia que comenzaba a visualizar en su cabeza. Le dolía el cuerpo, sí, pero nada que no pudiese manejar. Con cuidado, se dirigió a la cocina-comedor, de donde, tal como creyó, provenía el aroma a quemado.

La escena era un desastre. Dos rebanadas de pan completamente carbonizadas al lado de la tostadora, pedazos de zanahoria repartidos por la encimera y el caño, sazonadores de especias esparcidos sobre la mesa y un bowl de mezcla de algún tipo de masa... con trozos de la cáscara de huevo adentro. El responsable, Beomgyu, estaba con la cabeza sobre la encimera, acostado sobre sus brazos cruzados.

A Yeonjun le fue inevitable reír, pero trató de ocultarlo. Si fuese cualquier otra persona, quizás le hubiese parecido increíblemente gracioso, pero, como era Beomgyu, le resultaba un tanto tierno.

ㅡBuenos días ㅡsaludó, acercándose por detrás suyo para darle unas palmaditas suaves en el culoㅡ. ¿Estabas tratando de hacer el desayuno, o querías audicionar para Nailed It?

ㅡUgh. ㅡBeomgyu levantó el rostro, solo para mostrar el desdén en su mirada.

ㅡ¿Acaso Xuan nunca te enseñó a cocinar?

ㅡNunca quise que lo hiciera. ㅡSuspiró, negando con la cabezaㅡ. Esto me pasa por tratar de hacer algo lindo para alguien.

Conmovido y encantado, Yeonjun amplió su sonrisa. Era aún más tierno saber que lo había hecho para él.

ㅡMe dan ganas de burlarme de ti, pero eres muy adorable...

Beomgyu suavizó su expresión y se levantó de la encimera, sonriendo con el elogio.

ㅡVoy al baño y regreso para que lo hagamos juntos ㅡprometió Yeonjun, echándole un vistazo a las tostadas carbonizadasㅡ. Por mientras, puedes ir echando esas rebanadas cancerígenas a la basura.

ㅡO podría llamar a Xuan para que se encargue...

Asumiendo que solo bromeaba, Yeonjun le hizo caso omiso y se dirigió al baño para asearse, despertando por completo tras el primer golpe de agua fría contra su rostro.

Aún sonreía por el simple hecho de que Beomgyu haya intentado sorprenderlo con el desayuno, y aunque la sorpresa no haya sido precisamente idónea y sabía que tendría que limpiar el desastre después, el gesto era tan romántico que le era inevitable sentir que tenía mariposas revoloteando por su pecho.

No era que jamás hubiesen hecho algo así por él, al contrario, pero le parecía muy adorable viniendo de Beomgyu, el chiquillo consentido que jamás había movido un solo dedo para las labores domésticas hasta entonces.

Antes de ilusionarse en exceso, se miró a sí mismo en el espejo y se recordó que se supone que esa relación no llegaría a ser seria. Debía controlarse.

Cuando regresó a la cocina-comedor, se encontró con el mismo desastre de antes, excepto que las rebanadas de pan carbonizado habían sido descartadas y Beomgyu estaba sentado en el comedor, atento a su celular.

ㅡAh, Sua es una perra ㅡsoltó, apenas Yeonjun llegó a su alcance.

ㅡ¿Hm? ㅡLadeó la cabeza y se agachó a su lado, vagamente interesado.

ㅡEs mi amiga, pero a veces no la soporto. ㅡBeomgyu le mostró una imagen de Instagram, de una chica de su edad, en bikini, en una playa junto a un chico en traje de bañoㅡ. Mira lo que está haciendo.

st. geneviève ; yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora