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Pov.narrador/ra

Una...

Dos...

Tres...

Esas fueron aproximadamente las horas que Kabal se la pasó intentando leer aquel extraño libro que había encontrado, aún le faltaba algo de práctica para leer la letra del mundo donde estaba, sin embargo logró entender la mayoría de lo que había en las páginas del libro; este tenía datos innumerables sobre pokemons de todo tipos y tamaños, estaba emocionado, finalmente podría saber un poco más sobre aquel mundo y sobre sus amigos, como saber más de los tipos que existían, las habilidades y los movimientos.

Pero lo que más llamó su atención era las descripciones de algunos pokemones como la de la especie de Zack o la suya misma.

Otra cosa que también había llamado su atención era algo llamado "evolución", aparecer sus cuerpos eran capaces de cambiar después de obtener cierto poder, estar espuesto a objetos o hacer diversos rituales, también, estaba que aparentemente no todos tenían esta habilidad pues algunos no evolucionan y se quedaban en su forma primaria como los Zarude.

—entonces, ¿así me veré si evolucionó?.— se preguntó a si mismo sorprendido al ver la foto de un ser parecido a un murciélago bastante grande —se ve bastante aterrador.

Siguió leyendo con clara curiosidad, intentando memorizar cada especie de Pokémon que pudiera, sin embargo tuvo que parar con su "estudio" al escuchar pasos acercándose, vaya que agradecía tener orejas sensibles pues pudo esconder a tiempo el libro antes de que el Pokémon que había entrado lo viera.

—¿que haces aquí Kabal? Se supone que deberías estar abajo cenando.

El Noibat al reconocer la voz del recién llegado, se dio la vuelta y corrió hacia el abrazándose con fuerza a una de las piernas del de pelaje negro.

—¡Zack! ¡llegaste, llegaste!.

Repetía alegremente, por un momento había pensado que el Zarude no se presentaría ese día en casa y se quedaría hasta mañana donde trabajaba.

Zack alegre por la "bienvenida" que le daba su pequeño, le terminó alzando y acomodando entre sus brazos, ambos estaban felices de poder estar con en contrario, el uno por que no dormiría de nuevo con el ruidoso de Yuum y él otro por finalmente poder tener un rato junto a su pequeño amigo.

El Zarude terminó llendo al comedor con el Noibat en brazos, ambos al llegar se sentaron a la mesa y comenzaron a comer de la comida que hace no mucho Luna les había servido, Yumm y la Mawile también les acompañaron en la cena.

Los tres pokemones mayores charlaban sobre como le había ido en el trabajo al tipo planta el cual simplemente decía que había sido normal y aburrido como siempre, Kabal miraba con ojitos emocionados cada que Zack hablaba de lo que había hecho en el pueblo, ilusionado imaginándose como sería este y que otros pokemones podría ver.

—Zack...

Llamo al mayor el cual solo le regaló una mirada curiosa.

—¿si Kabal? ¿Sucede algo?.

—bueno, quería preguntarte... ¿cuándo me llevarás a conocer el pueblo?.— pregunto con una pequeña y algo tímida sonrisa la cual fue desapareciendo al notar las miradas sorprendidas en el —¿q-que pasa? ¿Eh dicho algo malo?.

Luna negó con la cabeza ante la pregunta del pequeño y sin querer contestarle algo, empezó a recoger los platos sucios de la mesa, Yuum quien también pareció querer escapar de la pregunta del niño, agradeció por la deliciosa cena para posteriormente desaparecer del lugar.

—Kabal, lo siento pero, aún no estás listo para... para ir al pueblo, eres muy pequeño todavía.

—¡pero no iría solo!.— aclaro dando un pequeño salto y bajando con gracia de la silla donde estaba —estaré contigo ¿no? Tu me protegerías.

Zack soltó un pesado suspiro, no era la primera vez que el tipo dragón preguntaba sobre el pueblo o de por qué el no iba a la escuela como lo hacían los demás niños, más no le respondían, pensaban que ni era el momento para explicarle al pequeño como funcionaban las cosas en aquel cruel mundo donde te juzgan por no ser como los demás, por ser un uno en esos millones de ceros.

—eres muy pequeño para entenderlo.— dijo decidido a finalizar aquella discusión, cargo al pequeño entre brazos y camino hacia la habitación que ambos  comparten —ya es bastante tarde, es mejor que nos vayamos a dormir.

Y ahí estaba, huyendo como cada que Kabal preguntaba sobre el exterior, cada que su mente se llenaba de curiosidad por saber como era el mundo fuera de su pequeño hogar, sin embargo, esta vez no se quedaría callado aceptando las decisiones de los demás, no, esta vez el haría algo al respecto, aunque eso le de algunos problemas en un futuro no muy lejano.

''•''•''•''

Ya bien caída la noche, cuando se supone que todos en aquella casa de habitantes un tanto peculiares deberían de estar durmiendo, un pequeño y curioso Noibat sigue deambulando por la casa.

Éric nunca había sido alguien de desobedecer a sus superiores, siempre seguía cada orden que le mandaban, cada regla que le ponían, siempre fue alguien correcto; sin embargo; el ya no era Éric, el soldado "estrella", ahora era un niño curioso llamado Kabal el cual ya se había cansado de que se le negara saber sobre muchas cosas, una de ellas y seguramente la que lo tenía más intrigado era la del mundo exterior que, aunque ya haya salido una vez, no pudo disfrutar realmente nada de la vista pues había sido atacado junto a Luna por pokemones salvajes.

Por lo que está vez, esperando a que su pequeña familia cayera dormida, el decidió darse una misión propia, y esa era investigar un poco sobre lo que se encontraba afuera de su hogar, asomándose en un lugar que tenía prohibido acercarse como lo era las orillas de su hogar, aquellas que solamente poseían un pequeño barandal que evitaban que cayera por estas.

Muchas veces Zack le advirtió que estas eran altamente peligrosas, que no se acercara a ellas, pero Zack no estaba con el en ese momento.

Kabal se acercó al barandal y asomó su cabecita por uno de los huecos que se formaban en la parte de abajo de este, lo primero que sintió al observar por este fue miedo, pues estaba realmente alto, asombro, de poder notar tantas siluetas de diferentes tonos de verdes, aquellos eran un sin fin de árboles que al igual como el mar, no podía encontrara el principio ni el final de estos.

Era una pena la limitación que su débil vista le daba, pues no podía más cosas, todo era borroso, demasiado para nuestro amigo quien ya algo satisfecho por al menos apreciar un poco la vista, decidió regresar a dormir junto al Zarude.

Lastima que al estar tan oscuro, no pudo evitar tropezarse al intentar salir del agujero del barandal y terminara cayendo de este y de la casa del árbol donde vivía con su pequeña familia.

—¡ahhhhhh!.

Continuará...

Reencarnado en un Pokémon \\Kabal y los caballeros\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora