Pov.narrador/ra
Había sido una gran caída para nuestro pequeño amigo, pero por fortuna este había aterrizado en un arbusto lo cual apaciguó un poco el golpe.
Kabal miraba con temor a su alrededor, se sentía conmocionado y tan confundido, miro hacia arriba notando lo alto que ahora se veía su hogar, sin poder creer aún que había sobrevivido a caer de tal altura, sin dudas un milagro por parte de arceus... o solo había sido suerte, como sea estaba agradecido de no haberse lastimado.
Se levantó de donde estaba y se sacudió el polvo, ramas y hojas que se habían pegado a su cuerpo tras la caída, una vez y finalizó con eso, soltó un pesado suspiro pensando en cómo volvería a arriba. No podía simplemente subir volando pues aún no sabía muy bien como hacerlo, no había escaleras y el mecanismo con poleas que tenían para bajar y subir de aquella casa estaba en la parte superior y con seguridad para que no pudiera utilizarse desde abajo; su única forma de lograr subir era esperar a que amaneciera y sus compañeros despertarán, así podría llamar su atención.
Era su única opción, así que con algo de desánimo se sentó en el suelo justo debajo del ascensor de poleas y se dispuso a esperar que el sol saliera.
''•''•''•''
Ya varios minutos habían pasado y Kabal ya no aguantaba más, su pequeño cuerpo temblaba por culpa del frio y del miedo que sentía, juraba que había empezado a escuchar ruidos extraños cerca de donde estaba y eso le aterraba.
Se sentía observado, como si un animal salvaje estuviera al acecho dispuesto a saltarle encima en cualquier momento, había intentado dormir, ignorar su mal presentimiento, pero no lo logro, no después de que sus sensibles orejas percibieran pisadas seguidas de un fuerte gruñido tan cerca de donde estaba, era como si tuviera a la bestia respirando respirandole a su lado... casi juraba sentir el cálido aliento de esta.
Espera un segundo...
Kabal miro a de reojo a su derecha congelandose del miedo al notar a un ser de gran tamaño y de dos horripilantes cabezas, si mal no recordaba había visto a esa cosa en el libro dado por Arceus, su nombre era Scovillain y no era muy amigable con los demás Pokémons.
El Scovillain rugió con furia, por una de sus cabezas comenzó a salir una pequeña llamarada de fuego la cual fue arrojada hacia nuestro protagonista el cual a duras penas logró esquivar el ataque dando un pequeño salto y ayudándose con sus alas para alejarse de la otra cabeza la cual intentó morderlo con sus gigantescas fauces.
Kabal sabía que no era rival para aquel monstruo, uno por que era solo un niño, y dos, no conocía ningún movimiento de ataque, solo sabia usar gruñido y supersónico, eso gracias a Yuum que se los había enseñado no hace mucho, por lo que lo único que pida hacer era escapar del aterrador Pokémon tipo planta/fuego.
Corrió y voló lo más que sus pequeñas extremidades le dejaban, hasta que finalmente el cansancio le venció haciéndole caer contra y rodar por una pequeña colina, el pokemon salvaje estaba frente a él, rugía con fuerza por ambas cabezas, Kabal solo lloraba del miedo; iba a ser su fin, ahora se lamentaba por no hacer caso a sus amigos y haberse acercado a la orilla cuando lo tenía prohibido, cerro sus ojitos esperando recibir un golpe del contrario, pidiendo perdón internamente a sus amigos y al mismo Arceus por ser tan estupido y meterse en tales problemas.
—¡oye tu, métete con alguien de tu tamaño!.
Se escuchó a alguien gritar, seguido de eso un quejido de dolor proveniente de la bestia de dos cabezas el cual pareció retroceder, Kabal aún con miedo decidió abrir sus ojitos notando al recién llegado el cual estaba frente a él gruñiendole al Scovillain, este era un Eevee no más grande que él, en su cuello podía ver lo que parecía ser una especie de pañuelo verde.
El Scovillain atacó al Eevee pero este de un salto esquivo el ataque para luego contraatacar con velocidad lanzando varias estrellas brillantes contra el tipo planta/fuego el cual retrocedió un poco atontado por el recién movimiento.
—bien, eso nos dará algo de ventaja.— celebro acercándose al Noibat —¡venga, levántate que tenemos que salir de aquí!.
Kabal no dijo nada debido a la sorpresa y confusión que estaba experimentando, solo asintió con la cabeza de manera afirmativa, se levantó del suelo para luego echarse a correr con el Eevee quien le guió por el inmenso bosque, hasta que finalmente parecieron llegar a su destino pues el Eevee había parado su andar frente a un árbol no tan grande como en el que vivía pero si más que uno normal, este tenía una puerta en la parte baja de su tronco; puerta la cual fue abierta por el Eevee el cual le indico que entrara lo cual nuestro Kabal hizo sin rechistar.
El interior del árbol o bueno, de la casa; pues eso parecía ser, era más grande de lo que asemejaba por fuera, esta estaba decorada con unos muebles marrones con toques verdosos, retratos en las paredes, la cocina estaba en el mismo lugar de la sala pero muy bien ordenada y a un rincón de esta dejando bastante espacio para no sentirse encerrado o atrapado.
—¡Mike!.— alguien bajaba por las escaleras que estaban conectadas a la parte izquierda del árbol —¡¿cuantas veces te eh dicho que vuelvas temprano a casa jovensit-...?! ¡oh por Arceus!.
La que había aparecido no era ni más ni menos que una Leafeon la cual miraba preocupada a ambos niños, se acercó rápidamente a estos asustando a Kabal el cual pensó que le atacaría o algo, pero para su sorpresa no fue así, ya que la pokemon empezó a revisar sus heridas con clara preocupación.
—¿que te ah pasado cariño? ¿Están ustedes dos bien?.
—si mamá, estamos bien.— respondió el Eevee restandole importancia —bueno... él no, fue atacado por un Scovillain, pero yo le ayudé.— aquello último lo había dicho con orgullo, pues no todos los días te enfrentas a uno de estos pokemons y salías ileso.
La tipo planta miro con algo de molestia a su hijo para seguir revisando las heridas del tipo dragón el cual no dijo nada, estaba tan asustado y confundido por la situación que no era capaz de pronunciar palabra alguna.
—iré a por algunas vendas y bayas para tratar tus heridas, ya vuelvo.
Informo la Leafeon para luego alejarse de ambos cachorros dejándoles solos, el Eevee miro con curiosidad al pequeño Noibat, era la primera vez que veía a uno de su especie lo cual llamaba su atención, mientras que el alado solo se mantuvo en su lugar asustado y algo nervioso por la mirada de su "salvador".
—oye ¿cómo te llamas?.— se ánimo en preguntar el de pelaje castaño acercándose de a poco al de ojos ámbar —yo soy Mike.
Le regaló una pequeña sonrisa al contrario para tranquilizarlo pues podía notar a simple vista que el pobre literalmente temblaba del miedo.
—y-yo me llamo Kabal.— contesto con timidez.
—eh, lindo nombre.— la cola de Mike empezó a moverse alegre de que el otro dejara de temblar como Ditto en una tormenta de nieve —bueno Kabal, no tienes de que preocuparte; mi mamá te ayudará con esas heridas para que ya no te duela.
Kabal formó una pequeña sonrisa al escucharle, ya no tenía tanto miedo pues aquellos pokemones parecían ser buenas personas.
Por lo que confiaría en ellos, tal vez hasta y le puedan ayudar a volver a su hogar.
Continuará...
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Reencarnado en un Pokémon \\Kabal y los caballeros\\
Hayran Kurgu~☆ Dónde la oscuridad quiera erradicar la luz. Dónde la desigualdad y discriminación sean el pan de cada día. Dónde el fuerte quiera pisotear al débil. Ahí estarán ellos; por los buenos de corazón, por los que se les obliga callar, por los que pisot...