🌧 34

318 40 32
                                    

Me encontraba yendo a mi casa. Estaba feliz, era una sensación que no tenía desde que empezaron todos estos problemas. Él realmente sabe cómo hacerme sonreír. También me sentía emocionado, quería leerle todas las cosas que le había escrito.
Llegué. Un aroma peculiar invadió mi nariz; olor a quemado. Me preocupé, el olor y un poco de humo provenían de la sala. Fui casi corriendo, cosa que me arrepiento de haber hecho. Vi la caja, junto a las cartas, quemándose en la chimenea, frente a mis ojos. Mis papás y una mucama <la misma que nos había visto alguna vez> junto a ella, como si estuviesen disfrutando de una noche fría de invierno.

— Hasta que al fin llegas -dijo mi papá.

Mis lágrimas no tardaron en salir.

— ¿Qué carajos era eso, Jisung? -siguió mi mamá- ¡Explícate!

— Mamá... -fue lo único que pudo salir de mi boca.

— ¿Cómo mierda no me di cuenta? ¡Dabas tantas malditas señales y jamás les presté atención!

— Dijiste que me ibas a apoyar en todo, mamá -dije entre sollozos.

— ¡Menos en esto! No sabes lo decepcionados que estamos de ti. ¿En qué fallamos? De verdad pensé que lo estábamos haciendo bien

— Por favor, mujer. Es obvio que su "noviecito" le metió esas ideas a la cabeza -dijo mi papá.

— Él no me metió nada. ¡Simplemente acepten lo que soy! ¿Qué les cuesta? Las cosas no van a cambiar si lo hacen

— ¿Que no van a cambiar? Yo no quiero que traigas como tu pareja a alguien que tenga lo mismo que tú entre las piernas, ¿sabes lo humillante que es eso? No solo para ti, sino también para nosotros. ¡Estás manchando el nombre de nuestra familia, Jisung! Y encima, terminando con los Han

— Entonces, pónganse a tener más hijos ustedes, ya que tanto les importa seguir con el maldito apellido

Recibí la cachetada que mi papá jamás me había dado en la vida.

— Eres un animal, maleducado y sinvergüenza

Dejé de prestarles atención y me centré en apagar el fuego. Lo único que quedó de las cenizas era un pedacito <a medio quemar> de una de las cartas. Apagué el fuego del papel. Tenía escrito un "Te amo".
Lo guardé y estuve dispuesto a irme nuevamente.

— Si cruzas esa bendita puerta, te olvidas de que somos tus papás -dijo mi mamá antes de que pueda bajar el picaporte.

Si lo pensé tres segundos, fue demasiado. Salí sin importarme nada. La poca felicidad que tenía se esfumó en tan solo minutos. No mentí cuando dije que estaría dispuesto a dejar todo por él.
Fui a buscar los iced americanos de todas las tardes, no podía dejar a Minho sin eso. En camino al hospital, vi que me había mandado un mensaje en lo que yo estaba en medio de la discusión.

"Gracias por darme lo que deseaba ver y sentir; tu sonrisa y tus labios. Te amo, Hannie. Recuérdalo siempre".

Con tan solo unas palabras podía levantarme el ánimo, aún así sea mediante una pantalla.
Minutos después llegué. Tenia que volver a registrar mi llegada en la recepción. Mientras esperaba, escuchaba la conversación de la recepcionista y el médico.

— ¿Segura de que no hay ningún familiar del joven Lee?

— Más que segura. Jamás se presentó uno

— Soy yo -dije interrumpiéndolos- Bueno, no exactamente, pero lo estuve cuidando desde que ingresó

— Te recuerdo, pero ahora realmente necesitamos a un familiar -dijo el médico.

— Se cansará de esperarlo, nadie vendrá

— ¿Nadie?

— Nadie, doctor. Soy lo único que tiene

— ¿Me puedes acompañar?

Fuimos hasta la habitación de Minho, pero nos quedamos afuera.

— Yo... realmente lo siento. No pudimos salvarlo

— ¿Qué? -tardé unos segundos en volver a hablar- No, debe haber una confusión, debe ser otro Lee, hay miles

— No, estoy hablando del correcto. Sabes que ya no comía, su sistema inmunológico era casi inexistente y con una operación tan delicada era imposible que resista, eso lo sabíamos. Todos esos factores terminaron con él. De verdad lo siento tanto -me abrazó para soltarme segundos después- Te dejaré solo, puedes pasar a despedirte si lo deseas

El médico se fue. No podía reaccionar, ni siquiera podía procesar la noticia que me había dado. No podía ser cierto, pero, ¿por qué me mentiría un profesional?
Estuve apoyado en la pared durante minutos, con mi mente totalmente en blanco, hasta que tuve el valor de entrar a dicha habitación. Dejé las cosas a un lado. Lo miraba fijamente, ya se encontraba en decúbito supino. Una sensación dolorosa invadió mi pecho, como si me hubiesen apuñalado más de cuarenta veces. Ya había caído en cuenta de la realidad. Mis piernas reaccionaron acercándome lentamente hacia él, mientras mis lágrimas se hacían presentes, cayendo al alimón. Era algo que no podía controlar, simplemente salían y salían.
Se veía exactamente igual que como cuando dormía; tan delicado e indefenso. Podía ver la paz y tranquilidad en su faz.
Me acerqué más y dejé el pedacito de carta sobre su pecho para después tomar su rostro. Algunas lágrimas cayeron en él, pero eso no me impidió darle un beso, nuestro último beso. Besar un cadáver puede sonar muy enfermizo, pero en ese momento ya no me importaba en lo más mínimo.
Él lo sabía. Me pidió que vaya por las bebidas más temprano de lo normal, se despidió antes de irme y no me había dado cuenta. Finalmente me lo recordó antes de que se vaya, con ese mensaje al que le sonreí como estúpido.
Él no quería irse conmigo presente.

"Hubiera querido que escuches todas y cada una de mis cartas, pero ahora se fueron junto a ti. Quisiera haber podido escuchar tu risa nerviosa y tus burlas diciéndome lo cursi que era en ellas. Quisiera haber podido ver esa sonrisa, el leve sonrojo de tus mejillas y a un pequeño Minho tratando de esconderse entre sus hombros por la timidez que le causaba. Sé que las leerás, y espero que las lleves contigo siempre.
Me prometiste que no me ibas a dejar, pero no voy a culparte, no podemos adivinar el futuro. Yo te prometo que cuidaré de Doongie, y esta vez lo haré bien. Perdón por no haberlo hecho contigo. Perdón por no haberte cuidado como lo merecías.
Jamás te olvidaré. Quiero que sepas que te veré reflejado en los gatitos, en el iced americano y en ese trago tan especial que hizo que llegues a mi.
Éste es el comienzo de mi tormenta, pero es el final de la tuya. Disfruta esa calma que tanto anhelabas. Ahora tú serás nuestro ángel. Sé feliz por fin, esta vez nadie te arrebatará esa felicidad, mi cielo".

Sorry, I love you // Stray Kids; MinSung. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora