🌧 09

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Bajamos al comedor nuevamente. Al llegar, nos dimos una sorpresa; mi papá y Minho comiendo el postre.

— ¿Sin nosotros? -dijo mi mamá.   

— Tardaron mucho, y eso que me costó convencerlo de comer -respondió mi papá metiéndose otro pedazo de cheesecake en la boca.

— Encima mi postre favorito. Son unos traidores

— Ahí tienen sus porciones servidas, no digan que no pensamos en ustedes

Los cuatro reíamos mientras mi mamá y yo nos sentábamos para disfrutar del postre. Al terminar, supuse que Minho ya se quería ir.

— Ahora sí, debemos ir con Doongie -me levanté.

— Gracias por todo -dijo Minho mientras imitaba mi acción.

— No es nada, espero que vuelvas pronto -respondió mi papá.

— Cuídate y sigue así, ¿sí? Eres un chico admirable -terminó mi mamá.

Minho asintió y les agradeció nuevamente.
Tomamos nuestras cosas y nos fuimos a su casa. La verdad es que Doongie tenía que seguir en el veterinario, pero sabía que él ya quería irse.

— ¿Viste? Te dije que no son malos -dije mientras entraba.

— Quizás tenías razón

— Ahora irás más seguido, ¿no?

— No lo sé

— Hasta ellos quieres que vayas, les caíste bien

— Si es así, supongo que sí

Dejó sus cosas en el sillón y empezó a subir las escaleras.

— ¿A dónde vas? -pregunté.

— A ponerme más cómodo -siguió subiendo.

Sí, entró a su habitación, pero sabía lo que iba a pasar luego. También subí, entré al baño y me encerré. Minutos después, él salió.

— ¿Ya te desocupas?

— Aún no

— Apúrate, por favor. Necesito entrar

— Ya voy

Tenía un poco de miedo por cómo iba a reaccionar, porque claramente no quería entrar para hacer sus cosas. Los minutos seguían pasando y yo no salía.

— Jisung, ya casi van 30 minutos. Sal

— Sé qué quieres hacer, así que no saldré

— ¿De qué hablas?

— ¿Crees que nací ayer?

— Maldita sea. Abre, Han

Empezó a golpear la puerta con un poco de fuerza. Cueste lo que cueste, no iba a dejar que se meta los dedos para vomitar lo que ingirió.

— No. Vete a dormir o algo y te olvidarás

— Si no abres, te juro que vomitaré aquí mismo

— No eres capaz

Sentí cómo empezó a arremangar sus mangas. Sabía que era capaz de eso y mucho más, pero no pensé que lo haría de verdad.
Abrí la puerta.

— Ya

— Permiso -dijo sacando los dedos de su boca.

— No, Minho. Escúchame. No necesitas vomitar para verte bien. Entiendo que quieras sentirte mejor contigo mismo, pero esa no es la forma. Puedes lograrlo comiendo bien y con actividad física si lo deseas. Lo que estás haciendo ahora es, literalmente, matarte de a poco. Si quieres hasta te acompaño en el proceso, pero deja de hacer todo esto, ¿si? Sé que no es fácil, así que prometo ayudarte a sobrellevar con todo

Él no emitió ni un sonido, solo me miraba fijamente, como si estuviese prestando atención, pero a la vez no le importaba mucho. Tenía que seguir convenciéndolo de alguna manera.

— Mira a Doongie. Están casi iguales, él sufre mucho, su estado no se ve bien y si no hubiese aparecido un ángel en su vida, quizás esté muerto. Déjame ser ese ángel, así como tú eres el de Doongie. Quizás a ti no te importe y pienses que no tienes a nadie que se preocupe, pero estoy yo. A mí sí me interesa y me preocupa, de verdad no quisiera verte hospitalizado luchando por tu vida

Seguía mirándome fijamente, pero con eso último que dije, empezaron a brotar lágrimas de sus ojos. No sé si lo conmovió, si le recordó algo o qué. Solo sabía que me necesitaba.

— Tranquilo

Lo abracé. Él apoyó su cara en mi hombro y continuó llorando.

— Te ayudaré a salir de esto, te lo juro

Mientras con una mano le acariciaba la cabeza, pude sentir como envolvía sus brazos en mi, lentamente, haciendo que me recargue contra la pared. Cerré mis ojos y con la otra mano reforcé el abrazo. Mi corazón latía a mil por hora, no sabía qué me pasaba, pero me quería quedar así por el resto de mi vida.

Sorry, I love you // Stray Kids; MinSung. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora