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Al sonar la alarma, me levanté y bajé para preparar un desayuno. Minutos después, Minho bajó.

— ¿No te conectarás a clases hoy? -dijo sentándose en la mesa.

— Sí, pero comienzan luego, sino, no me hubiese quedado, así que me iré más tarde -serví las cosas.

— Esta vez no te quedes dormido -rió.

— Qué gracioso, Lee

Empezamos a comer, y tiempo después, acabamos.

— Ya tengo que irme -dijo levantándose- ¿Le puedes dar de comer a Doongie?

— Sí, ya hice su comida, así que antes de irme, le doy

— Está bien, gracias

Tomó sus cosas, nos despedimos y se marchó.

~Minho.

Llegué prácticamente corriendo, iba tarde y no quería perder un lugar en la clase. Entré al anfiteatro cuando quedaban pocos asientos, así que me senté en uno de los primeros. Mientras sacaba mis cosas, le presté atención a la pizarra; "Los gays no tienen derecho a estudiar". Mi cuerpo se heló por completo, pero podría ser cualquiera, ¿no? Hay más de cien personas. 

— Me parece que te están echando, Lee -dijo un chico que estaba sentado al lado mío.

— ¡No queremos compartir espacio con alguien como tú! -gritó alguien desde arriba.

Todo se empezó a convertir en un mar de insultos. Me dirigí al profesor, quien se encontraba en el escritorio, como si nada.

— ¿Acaso permitirá esto? -dije con cierta molestia.

— Ya son adultos

— Lo son, pero no se comportan como tal. No solo me están faltando el respeto a mí, sino también a usted y a su clase

— ¿Y qué quieres que haga? ¿Que me ponga a callarlos uno por uno para después decirles que por favor no traten así a su compañerito? No es mi culpa que seas... así

— ¿Así cómo? ¿¡Eh!? -mi molestia aumentó, convirtiéndose en enojo.

— Pues así, especial. Eso no es normal, Lee, creo que lo sabes. Mejor retírate así puedo empezar con la bendita clase

— Lo que dice no tiene ni puto sentido

Volví a guardar mis cosas mientras seguían zumbando los insultos de fondo. Cuando terminé, simplemente salí, no solo del anfiteatro, sino también de la universidad.
Me sentía asqueado conmigo mismo. Ahí adentro había escuchado cosas que nadie creería que una persona tenga la maldad para decirlo. ¿Realmente era un adefesio y un maricón sin derechos?
Mis lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, no quería pasar por lo mismo, no de nuevo.
Faltaban pocos metros. Solo quería llegar, encerrarme y no volver a salir jamás.

— Hey, baby, ¿pasó algo? -dijo Jisung- Justo estaba por cerrar todo para irme

— Vete

— ¿Qué? -dijo confundido.

— ¡Que te vayas, Han!

— Pero, ¿por qué? ¿Estás bien?

— No te quiero ver

Al entrar, cerré la puerta <prácticamente en su cara> con bastante fuerza.

— ¿Minho...? -dijo casi inaudible desde el otro lado.

— Vete, me das asco

Subí. Pude ver <desde la ventana> cómo él se iba.
Me recosté en la cama, tenía mil cosas en la cabeza. Soy un... maldito adefesio, eso es lo que soy, y hoy me lo dejaron muy en claro.
Los minutos pasaban y cada vez soltaba más lágrimas. Recibía mensajes de él, mensajes que jamás fueron contestados; "¿Acaso hice algo mal?" ; "Lo único que hice todo este tiempo es cuidarte y amarte" ; "Eso no está mal, ¿cierto?" ; "Baby..." ; "¿De verdad te doy asco?".

Sorry, I love you // Stray Kids; MinSung. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora