Días Plomos [Spreen - One Shots]

3| Lesión |

[Ambientado en Dedsafío 2]

-Gente, hay que iluminar un toque allá arriba-

La batalla en el hormiguero no fue para nada fácil. Estuvo lleno de obstáculos que impedían avanzar y cumplir con el objetivo principal. 

Debías cuidarte de las plantas carnívoras que atacaban desde la oscuridad ante la más mínima distracción, te paralizaban y te envenenaban antes de poder acertar un golpe. Tampoco podías bajar tu guardia sin recibir una explosión cegadora o una corta sordera, causada por una de esas criaturas que se trasladaban por donde los guerreros no podían localizarlas. Y ni hablar de las gigantescas hormigas, esas que con un golpe te quitaban todo sentido de orientación y te dejaban con un casco a reparar, saliendo repentinamente de esos hoyos.

Spreen había notado la desventaja principal que tenían; la falta de luz. 

Sus compañeros no podía predecir los ataques de criaturas que no veían, no podían planear si no tenían de dato la cantidad y especies de sus enemigos, no podían defenderse o atacar de manera precisa si no conocían la ubicación de cada amenaza.

Por eso es que insistía tanto en que lo ayudaran a iluminar. Alumbrar la zona era la mejor oportunidad que tenían para ganar, se lograría de manera rápida si trabajaban en equipo y bajaba el riesgo de morir una vez hayan terminado.

Aún teniendo eso en cuenta, fueron pocos quienes lo ayudaron a iluminar el camino. Aunque, dentro de todo era entendible, la tarea podía ser peligrosa si descuidabas tu defensa; y podía llegar a ser aún más peligrosa si tratabas de iluminar las parte altas, esas que estaban llenas de deslices y monstruos que te podrían empujar a una muerte directa si caías mal.

A Spreen, sin embargo, le importó un bledo el peligro y optó por enfocarse en el bien común. Buscó una de las zonas elevadas con menos criaturas para poder comenzar por allí mientras, obviamente, eliminaba lo que representaba una amenaza y les abría camino a los demás.No era un reto mayor, puede que algunas hormigas molestas de vez en cuando que trataban de tirarlo, pero nada serio.

Vio a poca distancia un lugar más amplio, probablemente el lugar del que hablaba Eón ya que notó un par de bombas en el centro. Bajó un milisegundo su guardia para avisar a sus compañeros del hallazgo y de paso para revisar como les estaba yendo a sus amigos; Farfa estaba liderando de manera segura, Shadoune guiando a los menos experimentados, Conter eliminando a las amenazas de enfrente, Serp-

Dio un paso en falso y uno de los stickman lo mandó a volar. 

Veía de tres y quedó sordo por breves segundos. Cuando reaccionó, se percató de que estaba cayendo velozmente y que aterrizar erróneamente podría ser mortal. También sabía que estaba demasiado alto como para llegar ileso abajo de todo.

La manera más eficiente que llegó a pensar para no hacerse bosta al bajar fue disminuir su impulso sosteniéndose de distintas superficies. Sabía que sus brazos y hombros no saldrían intactos, pero era mejor eso que morir.

Llevó a cabo su plan. Como lo supuso, pudo sentir sus músculos desgarrarse y su hombro izquierdo dislocarse, pero ignoró el dolor y se concentró en salvar su vida. Se deslizó por las piedras y tierra del lugar con dificultad, pero luego de unos segundos, ya se encontraba abajo avisándole a Farfa lo que vio desde las alturas.

- Farfa, Farfa, al frente están las bombas que mencionó Eón, esta es la última tanda de enemigos antes de llegar a ellas.

El líder, si dudar de las palabras de su amigo, avisó a los demás guerreros, dio un par de directivas y modificó la formanción de sus compañeros. Luego de asegurarse de que todos estaban informados y seguros, se volteó para ver a su amigo híbrido. Rápidamente notó las heridas en sus brazos y se alarmó.

-Gordo, ¡¿Qué hacés peleando acá adelante con los brazos así?! Andate para atrás que los demás nos encargamos, no seas pelotudo y te arriesgués más.-

El caballero de Netherite lo miró con preocupación, conocía a su amigo y también la estupidez que lo acompañaba al momento de cuidar su propia vida. Lo jodía el hecho de saber que Spreen ignoraría su orden y protegería al grupo incluso con sus brazos dañados, que se comenzaban a notar violáceos en algunas zonas. Trataba de ayudarlo cuando notaba que las hormigas lo ponían en apuros o cuando lo escuchaba quejarse de dolor, lo salvó de varias y lo protegió de otras.

Sin embargo, Spreen no se quedaba atrás y también le cubría las espaldas a su amigo. Los que lo veían de afuera, casi que no notarían la diferencia en la habilidad de Spreen con o sin heridas, pero para los Tryhards se les hacía evidente que sus movimientos eran más lentos, imprecisos y no iban cargados con la fuerza que caracterizaba al híbrido. Todo el equipo pactó en silencio el supervisar al oso.

Por lo menos, toda esta situación no fue en vano. El camino se había hecho mucho más fácil una vez que el oso y los demás habían terminado de  iluminar todo. Los enemigos comenzaba a caer a mayor cantidad y los guerreros no debían preocuparse por un derrumbe sorpresivo.

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Todos se sintieron aliviados al terminar la misión, especialmente cierto grupo que se la pasó monitoreando al irresponsable pero herido miembro.

Y acá se encontraba ahora; con Conter vendándolo de manera suave y considerada, Shadoune ofreciéndole una manzana de oro para aliviar sus heridas, Serpias golpeando a Cris por un comentario absurdo sobre sus brazos, y con Destri y Farfa regañándolo como una especie de padres preocupados.

El hombro antes dislocado, había sido reacomodado y vendado. El dolor había disminuído considerablemente y Conter le había dicho, con tono de reproche, que no los forzara hasta que se hayan recuperado al máximo o que, de lo contrario, Farfa decidiría uno de sus pesados castigos para que aprendiera. 

Pero, dejando de lado el hecho de que tendría sus brazos vendados por lo que restaba de la semana, no se arrepentía de haber hecho lo que hizo. Había protegido a su equipo y la mayoría pudo llegar a salvo. Preferiría mil veces sacrificarse si con eso podía defender a sus amigos.

Aunque bueno... estas situaciones son las que luego lo dejan atado a la cama, obligándolo a descansar, y con un Conter haciendo guardia en la puerta de su pieza en caso de que intentase escapar.