Días Plomos [Spreen - One Shots]

[Ser reales]

Mayichi-Spreen

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Mayichi podría decir con seguridad que conocía a cada una de las personas de su pueblo. Es una persona bastante social así que solía caerle bien a la mayoría de gente. Admite que utiliza algún que otro truco social, bueno, básicamente un pequeño porcentaje de manipulación, para asegurarse de que así sea.

Puede leer a las personas que la rodean y convencerlas sin problema alguno. Las lleva como quiere y con sólo una mirada sabe cómo es la personalidad de la persona.

Pero ella no es falsa, o eso es por lo menos lo que quiere creer. Se considera una persona bastante honesta y dedicada a sus vínculos y relaciones, por lo que busca mantenerlas a toda costa, incluso si eso requiere uno de sus trucos.

Aún así, nunca había podido llevar estas habilidades a actividades productivas. A lo largo de su vida sólo había ocupado trabajos manuales, donde la fuerza y precisión era más importante que sus conocimientos sobre el cerebro y actitudes humanas.

Sin embargo, a pesar de esos años malgastados, había encontrado hace unos meses a la persona perfecta que no tardó en sacarle fruto a sus habilidades de manera en que ambos se vieran beneficiados. 

Spreen Buhajeruk, el mismísimo empresario y gobernador de Spreenfield, la había contratado como secretaria cuando apenas comenzaba con su gran proyecto. Y Mayichi admite que había dudado en el momento de la oferta, pero la paga era buena y el proyecto del híbrido prometedor, por lo que accedió.

Se le fue asignado un puesto como secretaria, bastante fácil en comparación a lo que podría haber sido. Tendría que encargarse del trabajo que Spreen dejara de lado, entre otras muchas actividades que no eran verdaderamente un problema para Mayichi. 

A diferencia de su jefe, ella sí sabía lidiar con la gente. Un par de sonrisitas y palabras bonitas eran más útiles que miradas frías y amenazas en el negocio. Los clientes caían a sus pies y, por ende, a los pies de Spreen también.

Pero todo tiene su lado malo y esto no es una excepción.

El híbrido de oso era una de las personas más incómodas y aisladas con las que había tenido que lidiar, era más difícil de manipular y sus tratos hacia los demás eran rudos, secos. Spreen hacía su trabajo mucho más complicado y no tardaba en reclamar cuando Mayichi no era eficiente en lo que sea.

De todos modos, Mayichi, siendo la mujer respetada que se considera que es, no tardó en corregir ese tipo de comportamientos y cambiar el trato que su jefe tenía con ella.

Se puede decir que ahora todo está bien entre ellos, tampoco es que hubiera estado mal, pero había podido solucionar todo conflicto en aquel momento. Es más, Mayichi está feliz de poder decir que es una amiga de Spreen.

Tras meses de trabajar juntos, fue inevitable el crear un vínculo. La muchacha había insistido demasiadas veces (a través de sus acciones, porque es la única forma de ganar la confianza de Spreen) con el hecho de poder pasar ese escalón de colegas y cambiarlo a uno de amigos. Le parecía que el empresario estaba demasiado sólo, y que necesitaría una mano externa cuando su sobreexigencia termine llegando a él.

Por esa razón, comenzó a actuar mucho más dulce y comprensiva cuando se trataba de Spreen. No era que se dejara pisotear ni nada parecido, también tenía el toque de firmeza y seguridad que el azabache buscaba en sus empleados, y que necesitaba para que alguien lo pusiera en su lugar.

Spreen jamás había demostrado su afecto de la misma forma, nunca había dado señal alguna de qué tan cercanos eran. Continuaba siendo reservado y no mostraba interés en la vida de Mayichi, ni en sus problemas, ni en sus logros. Lo único que parecía ocupar la mente del joven era el trabajo.

Claro, eso fue hasta el día en que, de la nada, se apareció frente a su escritorio y le informó.

- Cristinini te está siendo infiel. Pero no te preocupés, voy a hacerte justicia.

Aquello era lo único que le había dicho. Fue directo y no se molestó en utilizar palabras que la hicieran sentir más segura o contenida. Se retiró así como llegó, dejando a Carola junto a ella para que le ofrezca el cariño que él no podía.

Pero eso fue suficiente para ella. Porque así como la amistad de Spreen se gana con acciones, la de Mayichi también.

A ella sólo le importaron las dos semanas libres con pago extra que el empresario le había concedido. Le importó el hecho de que, una vez al día, Mariana o Carola se aparecían en su puerta a nombre de Spreen preguntando por su bienestar.  Le importó el trato levemente más suave (e incómodo) que su jefe tenía con ella.

Le importó el hecho de que no la haya dejado caer a ninguna adicción, incluso cuando utilizó palabras rudas y actuó fríamente.

Le importó despertar aquel día y encontrar la nueva revista de TortillaNews con:

"ENGAÑO EN EL PUEBLO. LA FAMOSA ANDROIDE, CRISTININI, QUEBRÓ LA CONFIANZA DE SU PAREJA, ¿DÓNDE QUEDÓ EL RESPETO?."

Fue todo lo que tuvo que leer, eso ya le había sido suficiente. Spreen se había asegurado de mantenerla fuera del foco pero de arruinar la reputación de su ex-pareja.

Quizás podría haber solucionado las cosas de otra forma, pero apreciaba este último gesto del oso, quien no dudó en ir a juicio con tal de proteger su honor. Y, lógicamente, ella asistió para también defenderlo a él.

Es por eso que ahora son amigos, y es innegable. Aquel día, Spreen había demostrado ser algo más que un triste y solitario empresario, había demostrado qué tanto valora y defiende a aquellos que ve como importantes en su vida, o "útiles", como él dice.

Spreen aprendió a confiar, y Mayichi aprendió que es importante ser reales. Porque, si, es raro decir algo tan obvio como si fuera, bueno, raro, pero es la verdad de Mayichi.

Y a pesar de haber llegado a poder a leer al otro híbrido tan bien, a conocerlo hasta el punto de ver a través de esos escondidos ojos negros detrás de los lentes, de poder llevarlo si así lo quisiera, jamás lo hizo. Porque podrá ser una muy buena manipuladora, pero no es una amiga falsa.

Y Spreen lo aprecia.