Cruel summer - Eddie Munson +18

Mi destino +18

- ¿Sarah? ¿estás despierta? -preguntó la voz de Billy.

- Sí. -dije sentándome en la cama.

- Venía a ver si seguías bien. -dijo él, entrando y cerrando la puerta detrás de él.

- Estoy bien, supongo. -dije encogiéndome de hombros.

- Puedo quedarme contigo. -dijo acercándose a la cama.

- Billy.. -susurré.

- Sin otras intenciones, solo dormir contigo. -dijo levantando las manos a modo de rendición.

- Está bien. -dije con una risita y él se metió en la cama conmigo.

Nos tumbamos, sin ni siquiera abrazarnos.

Billy cerró los ojos y en pocos minutos su respiración se volvió más tranquila, se había dormido.

Yo daba vueltas en la cama.

Mi cabeza daba vueltas.

El pánico se estaba apoderando de mi, y lo que tanto tiempo había querido guardar dentro de mi iba a salir en cualquier momento.

Un golpe suave en la puerta me alarmó.

Una cabeza rizada se asomó con una sonrisa.

Yo sonreí al verle.

Pero Eddie se dio cuenta de que Billy estaba a mi lado tumbado y bajó las cejas.

Aún así entró y se arrodillo con cuidado al lado de mi cama.

- Venía a ver si estabas dormida. -susurró mirándome en la oscuridad.

- No puedo dormir. -admití.

Él me dedicó una sonrisa algo triste.

- Iba a salir al patio a fumar, baja conmigo. -pidió.

Ni siquiera contesté, lo necesitaba, despejarme.

Salí de la cama intentando hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Billy y seguí a Eddie escaleras abajo.

Los chicos dormían en el salón, acurrucados unos con otros entre las mantas.

Les quería tanto a todos..

Salimos al patio y Eddie cerró la puerta corredera para poder hablar tranquilamente.

Eran las tres de la madrugada.

Nos tumbamos en la hierba, algo húmeda y miramos al cielo lleno de estrellas y algunas nubes.

Eddie encendió dos cigarrillos y me dio uno a mi.

El humo llenaba nuestro campo de visión.

Ninguno de los dos decía nada.

Nuestras manos se rozaban entre la húmeda hierba, sin llegar a entrelazarse.

- Eddie, tengo miedo. -dije sin pensar.

- Yo también tengo miedo, Sarah. -murmuró él.

- ¿De qué tienes miedo? -pregunté mirándolo.

- De perderte, de no poder tener tiempo contigo. -dijo y su mirada encontró la mía.

- No vas a perderme, Eddie. -aseguré.

- Siempre he creído en el destino. -dijo sin más, volviendo a mirar las estrellas.

- ¿Crees que el destino nos ha juntado por algo? todo esto, que te estén buscando, que Vecna quiera atraparme.. ¿crees que es por algo? -pregunté mirando también el cielo.